Enlaces accesibilidad
Cómic

'La espera', el dolor de las familias coreanas que llevan 70 años separadas

Por
Detalle de la portada de 'La espera'
Detalle de la portada de 'La espera'

Hierba, en la que Keum Suk Gendry-Kim contaba la historia de las ‘mujeres de consuelo’ coreanas durante la segunda Guerra Mundial, fue una de las mejores novelas gráficas de 2022 (y de las más premiadas). Y ahora la autora surcoreana regresa con La espera (Reservoir Books), otra dramática historia basada en hechos reales: la de las familias separadas por la guerra de Corea (1950) que, más de 70 años después, siguen sin poder reunirse.

Una historia que se basa en testimonios reales, incluyendo el de la madre de la propia Keum Suk Gendry-Kim, que no ha perdido la esperanza de reencontrarse con su hermana mayor, de la que se separó en los primeros días de la guerra. “Mi madre, que tiene más de 90 años –nos cuenta-, sigue pidiéndome que investigue sobre el posible paradero de su hermana. Intenté buscar información entre la frontera de China y Corea del Norte, mientras me documentaba para este libro, pero no encontré nada”.

Página de 'La espera'

Pero esa historia personal no es lo único que la ha motivado a hacer este cómic: “Tengo mucho interés en la historia moderna de Corea , porque mis padres vivieron esos acontecimientos en primera persona, la colonización japonesa y la guerra de Corea. Son víctimas directas. Y quería contarlo porque aunque sea una historia personal y particular, a la vez es una historia muy universal, que atañe a todo el mundo”.

“Por eso -añade-, hablé con varias familias separadas por la guerra, con expertos… y leí muchísimos libros sobre el tema. E intenté contar la historia desde un punto de vista personal pero también objetivo. Para convertir esos relatos personales en una novela gráfica sobre la historia de Corea”.

El cómic narra la historia de Gwija, una anciana de 92 años que vive en Corea del Sur. Tras décadas de espera, desea reencontrarse con su hijo mayor. Lo perdió de vista en una columna de refugiados, huyendo del norte, mientras amamantaba al bebé que llevaba en brazos. En un encuentro auspiciado por la Cruz Roja, su amiga Jeong-Sun acaba de reunirse con su hermana pequeña después de sesenta y ocho años separadas. Gwija solo desea poder seguir sus pasos en una nueva edición.

Página de 'La espera'

Más de 132.000 familias separadas por la guerra

La madre de Keum Suk Gendry-Kim logró refugiarse en el sur, pero por el camino perdió a su hermana mayor de la que, más de 70 años después, no ha vuelto a saber nada. Aunque, como nos cuenta el cómic, nunca ha perdido la esperanza de reencontrarse con ella. “La espera, también es un homenaje a mi madre, que ya tiene más de 90 años –asegura la autora-. Ella esperó a que yo fuera lo suficientemente madura como para contarme su historia. Cuando yo era una niña, en los 80, emitían un programa especial en televisión, que se llamaba Busco a mi familia, y muchos coreanos lloraban viendo a gente que se había reencontrado con familiares del Norte. Mi madre iba a menudo a la emisora para intentar saber algo de su hermana".

Sin embargo, para el cómic prefirió contar la historia de una madre y su hijo. ”Escuché muchos testimonios cuando me documentaba y todos eran muy dolorosos y tristes–nos confiesa-. Pero para el libro elegí la historia de una madre y su hijo porque me pareció que podía conmover más a los lectores y llegar a una audiencia más numerosa”.

Según el Gobierno de Seul, fueron más de 132.000 las familias separadas a raíz de la guerra de Corea (1950), que causó entre dos y tres millones de muertos y dividió el país en dos.

“A los jóvenes no les interesa la separación de las dos Coreas”

Una de las razones por las que la autora ha querido escribir La espera es porque asegura que a los jóvenes no parece preocuparles esa separación de las dos Coreas: “A los jóvenes no les interesa porque están muy ocupados con sus asuntos y preocupados por la economía, por si van a poder alquilar una casa, conseguir un trabajo o casarse. La mayoría piensan que la guerra de Corea es un asunto muy lejano que no tiene nada que ver con ellos. Pero no podemos olvidar que recientemente ha empeorado la tensión entre las dos Coreas, lo que ha llevado a algunos de estos jóvenes a mostrar un poco más de interés en el tema”.

“Espero que a los lectores extranjeros, como los españoles, les interese más este tema –continúa- porque es un problema que puede surgir en cualquier parte del mundo. Ya llevamos más de un año de guerra en Ucrania y estamos viendo cosas parecidas a lo que pasó en la guerra de Corea, con muchas familias separadas. Desgraciadamente creo que es un tema que nunca dejará de estar de actualidad”.

“Otro de los principales motivos por el que empecé a escribir el libro –continúa-, fue porque la historia de Corea y la de cada uno de nosotros está íntimamente relacionada. No podemos separar una cosa de la otra. Y no podemos olvidar que, técnicamente, las dos Coreas están en guerra y que tenemos la necesidad de lograr la paz. Además, Corea ocupa un lugar esencial en el sureste asiático, en términos geopolíticos, y su historia es fundamental para la historia del mundo entero”.

Página de 'La espera'

Las mujeres hacían todo el trabajo

En el cómic también vemos cómo era de machista la sociedad coreana de los años 50. “Por la influencia del confucionismo en la sociedad Coreana, antes se respetaba a los hombres y se menospreciaba a las mujeres -asegura la autora-. Ellas se ocupaban de todo el trabajo de casa y también del campo. Su única esperanza era casarse y entonces trabajaban igual de duro, aunque para otra familia. Y además tenían la obligación de dar hijos varones a su nueva familia”.

“Las mujeres coreanas fueron discriminadas tanto desde una perspectiva del poder como desde una perspectiva del sexo -añade-. Yo nací en los años 70 y en esa época seguía habiendo mucha discriminación sexual, alqo que no empezó a mejorar hasta los 90. Hasta entonces, mucha gente seguía diciendo que las niñas no tenían que estudiar, sino ocuparse de las tareas del hogar. Como yo también viví esa discriminación, tenía que contarlo en el libro”.

Página de 'La espera'

Los reencuentros no son nada fáciles

En el libro también se refleja la corrupción que hay en esos encuentros entre familias de Corea del Norte y del Sur. “Hasta la fecha se han celebrado 21 de esos encuentros –nos comenta-. Mi madre siempre fue excluida de las listas, por lo que estaba muy triste y decepcionada. Esos encuentros suelen realizarse en épocas pacíficas y desaparecen en épocas de tensión entre las dos Coreas, por lo que deberíamos lograr un ambiente de paz para que fueran más habituales. Y permitir a las familias que se comunicasen también por cartas o videollamadas. Porque lo que realmente necesitan saber es si sus familias están vivas. Pero, como digo, para eso necesitamos que haya paz y presionar para que muchos tengan oportunidad de reencontrarse con sus familiares”.

“Lo más sorprendente –continúa-, es que, cuando por fin reciben la carta para participar en ese reencuentro, muchos dudan si ir o no. Porque piensan que su familia de Corea del Norte tiene graves problemas económicos y eso puede perjudicar a sus familias de Corea del Sur”.

“Algunos de los que acuden a esas reuniones –añade-, se llevan casi todo lo que tienen para dárselo a sus familiares del norte, ya sea dinero, medicamentos, ropa… temiendo que las autoridades de Corea del Norte se lo quiten todo tras esa reunión. Pero aun así lo hacen. La reunión suele ser en un salón grande, todos a la vez y no hay espacio privado para las familias, a las que hacen dormir separadas. O sea, que no pueden tener conversaciones íntimas ni saber realmente como lo están pasando sus familias del norte”.

“Habían esperado ese reencuentro durante toda su vida y al final es decepcionante, porque casi no pueden hablar, Y saben que será la última vez que los vean. Así que, cuando veo esas imágenes, de las familias cogiéndose de las manos, a través de las ventanillas de los autobuses que los separan de nuevo, no puedo evitar las lágrimas” -concluye-.

Páginas de 'La espera'

La naturaleza es otro de los protagonistas del cómic

Como ya pasaba en Hierba, la naturaleza es otro de los protagonistas del cómic: “Mi pueblo natal está al sur de la península coreana y pasé mi infancia rodeada de naturaleza –confiesa-. También he visitado otros parajes muy bellos sin saber que habían sido escenario del sacrificio de muchas personas y del conflicto contra los comunistas”.

“Una vez –añade-, visité Hiroshima y Nagasaki, para reunirme con las víctimas de la bomba atómica, y allí también sentí la belleza de la naturaleza. Creo que si expreso de manera explícita el dolor de cada una de esas víctimas los libros serían demasiado duros, por eso aprovecho esa belleza de la naturaleza para que los lectores lo comprendan a través de esa metáfora”.

“Los campos de Corea todavía conservan muchos rasgos de la antigüedad –asegura la autora-. Muchos jóvenes de esos pueblos no llegan a casarse, la natalidad baja y la edad media de su población pronto será de más de 65 años. Yo vivo en una pequeña isla, que queda muy cerca de Corea del Norte, y soy la más joven de los residentes, porque la mayoría de la gente es muy mayor. La brecha entre los campos y las ciudades no deja de ampliarse”.

“Hace años –añade-, hablaba sobre esto con un periodista extranjero que había participado en la guerra de Corea, hace 70 años, como miembro de la tropa de las Naciones Unidas, y él describió como un milagro la evolución de Seúl, porque se convirtió en una ciudad muy moderna y sofisticada. Por eso insisto en que a los jóvenes no les interesa el campo ni el pasado, porque pasan la mayoría de su tiempo navegando y les interesa más el futuro”.

Keum Suk Gendry-Kim

‘Hierba’ y ‘La espera’ forman parte de una trilogía

La madre de Keum Suk Gendry-Kim sigue confiando en la reconciliación de las dos Coreas, pero ella lo ve complicado: “Las relaciones entre las dos Coreas atraviesan uno de los peores momentos de su historia. Desde hace cuatro años vivo en una isla cerca de Corea del Norte y he sido testigo de las recientes provocaciones de Corea del Norte, como una prueba nuclear o las pruebas de misiles de largo alcance. El año pasado hubo un cambio de gobierno en Corea del Sur y el actual responde de forma dura a esas provocaciones. Además, sean intensificado las maniobras conjuntas entre Corea del Sur y Estados Unidos. Y en mi casa escucho frecuentemente los sonidos de helicópteros, aviones… Puedo sentir en persona esa tensión que existe entre las dos Coreas. Y creo que este año y el que viene será la época más complicada en esas relaciones”.

Keum Suk Gendry-Kim confiesa que Hierba y La espera forman parte de una trilogía: “Las protagonistas de estas historias son mujeres de la generación de mi madre a las que nadie ha querido escuchar. Son historias y heridas que todavía no se han cerrado y que son muy dolorosas para nuestra historia y también personalmente para mí”.

“Llevo ya bastante tiempo preparando el tercer capítulo de esta trilogía. Documentándome, haciendo entrevistas… Actualmente la música pop de Corea, como el grupo BTS, las telenovelas… son lo más popular entre los jóvenes. Pero quiero que la literatura, la novela gráfica y el cine, que retratan el dolor de la sociedad coreana, sigan presentes en mi nueva obra, para intentar conectar con más público y con la gente de todo el mundo”.

Portada de 'La espera'