Diego Lerman: "La educación es el valor más importante de la sociedad para transformar las injusticias"

• El cineasta dirige El suplente, premiada en el Festival de San Sebastián, con Juan Minujín Alfredo Castro o Bárbara Lennie

Juan Minujín, en 'El suplente'

El cine de colegios, de clase problemática y docente entregado, es prácticamente un subgénero que suele tener en común el humanismo. Quizá no puede ser de otro modo: elegir ese tema es ya un gesto sobre la potencia de cambiar el mundo que se atribuye a la educación. El cineasta Diego Lerman asiente y concede que su nueva película, El suplente, se inscribe en parte en esa tradición, con todas las peculiaridades añadidas del entorno argentino.

Presentada en el último Festival de San Sebastián, El suplente se centra en Lucio, un profesor de literatura universitario que vuelve al suburbio de su infancia para impartir clase en una escuela. La película tiene mucho lujo en el reparto con el argentino Juan Minujín como protagonista, el chileno Alfredo Castro, o Bárbara Lennie, junto a un grupo de actores no profesionales. Y, Renata Lerman, hija del director, que logró con 12 años la Concha de Plata a la mejor interpretación de reparto.

RTVE.es estrena el tráiler de 'El suplente', protagonizada por Bárbara Lennie y Alfredo Castro

“¿Para qué sirve la poesía?”, se pregunta el protagonista en la escena inicial –una presentación de un libro- antes de salir de algún modo de su torre de marfil de clase media para adentrarse en los suburbios de Buenos Aires. Diego Lerman responde a la misma pregunta aplicada al cine: “No sirve para nada, pero justamente aquellas cuestiones supuestamente inservibles, no cuantificables, como el cine o la literatura, son importantes. No pueden cambiar el mundo, pero pueden abrirle la puerta a alguien”.

¿Y de qué sirve la educación? “Diría que es el valor más importante que puede tener una sociedad para poder transformar las injusticias o carencias”, resume Lerman, que también ha ejercido la docencia. “El acceso a la información es donde, al fin y al cabo, se hace a la humanidad mucho más manipulable. Cuando es más manipulable, más fácil que tenga miedo. Cuando tiene miedo una sociedad es más posible que pierda sus libertades”.

Así es 'El suplente', de Diego Lerman

El elogio de la enseñanza se combina con un llamamiento a implicarse en los problemas de la sociedad. Lucio abandona su zona de confort y transita del individualismo a la conciencia común. “Perder el concurso para ser titular de una cátedra en la universidad le parecía el fin del mundo. Es a partir de la relación con su padre (Alfredo Castro) cuando empieza a abrir el espectro –explica-, y empieza a hacerse las preguntas esenciales: ¿Quién soy? ¿Para qué hago esto?Lerman tuvo que documentarse en la realidad de los barrios marginales y el narcotráfico donde, dice, nunca dejó de encontrar una parte luminosa y solidaria dentro de un entorno peligroso en el que mueren jóvenes en tiroteos.

Fotograma de 'El suplente'

El suplente, al fin, es un elogio de lo mejor de la docencia. "Hay algo que tiene que ver con brindarse al otro y hay profesores que lo abordan de manera muy personal y conmovedora, encaucan su vida al servicio de ese hecho", concluye.