Las edades de Lola Flores: la niña que soñaba bailarinas cumple 100 años
- Jerez de la Frontera ultima el museo para honrar a la La Faraona en su centenario
- RTVE recupera su figura con entrevistas a lo largo de cuatro décadas
Lola Flores tenía cuatro años cuando un grupo de bailarinas rodeaban su cama antes de dormir. “Y lo curioso es que no eran gitanas, sino clásicas como la Paulova”, recordaba. Era una fantasía tan real que no podía ser sino su destino. Jugaba con su vecina a salir de los teatros envuelta en trajes centelleantes. Y todo se cumplió.
Se cumplen 100 años de su nacimiento y su Jerez de la Frontera natal ya ultima un museo para interpretar a La faraona que abrirá sus puertas esta primavera. Aunque quizá para interpretar a Lola Flores se necesita a Lola Flores, que en las distintas entrevistas que concedió a RNE y TVE a lo largo de casi cinco décadas se explicaba a sí misma con clarividencia: una entrevista a lo largo del tiempo con Lola Flores.
Años 60: "Fui una niña simpática, graciosa, que cantaba y que bailaba, pero no una niña repipi"
PREGUNTA.: ¿Cómo fue su infancia?
RESPUESTA: En clase media, bastante bien, aunque estuve solita por algún tiempo ya que mis hermanos vinieron bastante más tarde.
P.: ¿Qué recuerda con más ilusión de su niñez?
R.: Una amiguita que yo tenía cuando vivía en la Calle Sol de Sevilla, porque mi infancia transcurrió entre Jerez de la Frontera y Sevilla. Tenía una amiguita que se llamaba Salud, que era un gitana, pero una gitana señorita que se crió con una tía marquesa viuda con una herencia. Jugábamos al teatro las dos juntas y la recuerdo con mucho cariño.
P.: ¿Usted es gitana?
R.: A medias.
P.: ¿Fue precoz? ¿Una niña prodigio?
R.: No, prodigo no. Fui una niña simpática, graciosa, que cantaba y que bailaba, pero no una niña repipi. Fui una niña normal andaluza.
P.: ¿Cuándo se produjo el momento de su destino?
R.: Desde que tengo uso de razón, desde que recuerdo que tenía cuatro o cinco años, sabía que tenía que ser artista, porque durmiendo veía alrededor unas bailarinas que rodeaban mi cama bailando, pero lo curioso es que no eran gitanas, eran clásicas. Pero en mi cerebro estaba el nacimiento de que tenía que cantar y bailar. Cuando juagaba con mi amiga Salud soñaba que llevaba vestidos de plata y brillantes y salía de teatro.
P.: ¿Cómo conoció a su marido y se enamoró?
R.: Le conocí cuando era muy jovencita y él estaba de soldado. Nos gustábamos, dejábamos de vernos, pero parecíamos predestinados a casarnos. No es porque sea mi marido, pero es uno de los mejores guitarristas que tenemos en España. Como padre de familia es mejor que guitarrista.
P.: ¿Qué representa su popularidad?
Una gran satisfacción porque significa que el público me quiere. Y al mismo tiempo un poco de castigo porque una no es dueña de su voluntad. No me puedo tomar una cerveza sentada en la mesa de un café porque me acosan, me piden autógrafos. No se puede hacer la vida que una quisiera, pero tampoco amarga un dulce.
Años 70: "Gano el 90% viéndome en persona"
P.: ¿Qué gana de un disco vendido?
R.: Depende de lo que se venda. Pero no soy una artista que tiene un hit y luego queda apagada hasta el próximo. Yo estoy muy por igual: se venden igual mis discos buenos que los que no son tan buenos, la gente compra mis discos a medida que van saliendo. Al fin y al cabo es casi mejor así. No tengo buena promoción. Tengo canciones que podrían haber sido hits y me da mucha rabia que crea que pueda ser un éxito y no lo sea por no tener buena promoción.
P.: ¿Le interesa más el contacto directo con el público que el disco?
R.: Soy una artista que, aunque vayan muy bien en los discos, lo mío es muy personal. El público tiene que verme cantando la canción, que vea como lo hago. No es mi voz, la gracia que tenga al cante: hay que verme, ganó el 90% viéndome en persona.
P.: Aparte de su arte, ¿en qué se distrae?
R.: Me gusta mucho la ropa. Más que joyas y pieles, lo que más me gusta son los vestidos y los zapatos. Me gusta ir de boutique y ver los grandes modistos cuando presentan las colecciones. Soy una loca por la ropa y llevo gastado muchísimo dinero en trapos.
P.: ¿Haces deporte?
R.: Me gusta mucho nadar. Me gusta mucho la naturaleza, el mar, el aire, el sol. Me encanta el verano por eso. Soy acuario, un signo de aire que tiene que estar en la naturaleza viva. Montar a caballo me ha gustado mucho, pero siempre he sido muy miedosa de romperme algo, Y, en la cuestión de mi arte podría ensayar mucho más, soy un poco floja en eso. Tengo mucha seguridad en mi misma y en mi improvisación y ensayo muy poco. Nada más que cuanto no tengo más necesidad y queda una semana y me pongo a repasar las canciones. Eso es un deporte fenomenal. Aunque no sean artistas, que la chicas vayan a la academia a hacer baile es muy importan porque se cogen movimientos, una manera de andar, de sentarse, muy bonita.
Años 80 y 90: “No soy avara porque sé que me voy a morir y quiero disfrutar de la vida”
P.: ¿Cuál es su canción preferida?
R.: "Ay, pena, penita, pena”. Con ella me di a conocer en toda América.
P..: ¿En qué momento de su vida ha sentido más vergüenza?
R.: Con la portada de Interviu en la que salía con las mamellas fuera.
P.: ¿De qué película le hubiese gustado ser protagonista?
R.: De La rosa tatuada.
P.: ¿No cree que lo suyo con Hacienda es un insulto a los trabajadores?
R.: No, porque yo soy una trabajadora, desde que tengo 12 años.
P.:¿ Se ha planteado liderar un partido político?
R.: Varias personas me han dicho que sería un buen líder porque tengo facilidad de palabra y un gran corazón, y me podría llevar a las masas conmigo. Pero es demasiado trabajo. Creo que podría llevarme a las masas si hablara como trabajadora currante, que estoy de parte de que el trabajo. Soy una mujer real: mi padre era camarero y mi madre costurera. No milito en ningún partido. He vivido 40 años con Franco porque me tocó vivir, como el que tenga mi edad. Es un hombre que no me dio nada, pero me dio paz.
P.: ¿Ha ganado mucho dinero? ¿Lo ha gastado alegremente?
R.: Sí, lo he ganado pero no tanto como ahora. Tengo muchas amigas de la profesión que tienen muchas alhajas, no tienen hijos y meten un huevo frito que les sobra en la nevera. Yo me voy a morir, como todos. Y mis hijos tiene mucho más de lo que me dejó a mí mi padre. No voy a ser la más rica del cementerio. Soy una mujer que gozo y tengo la nevera llena. No soy avara porque sé que me voy a morir y quiero disfrutar de la vida. No tiro el dinero al suelo, pero si tengo que hacer un favor lo hago. He vivido muy bien. Los artistas hacemos vida de millonario sin serlo: viajamos, vamos a buenos hoteles. Tengo mi conciencia tranquila.