La comedia se pone seria: así son los 4 cortos españoles que aspiran al Oscar
- Son Tula de Beatriz de Silva, Votamos de Santiago Requejo, Plastic killer de José Pozo y El tratamiento de Álvaro Carmona
- Este martes se han presentado en Madrid
- Todas las nominaciones Oscar 2023
El cine español ha sumado un nuevo hito en el último año: cuatro cortos españoles han sido preseleccionados para los próximos Oscar. Son historias locales y usan la comedia para hablar de temas serios como la educación sexual, el medio ambiente, la obsesión por la estética o la salud mental.
Ese logrado equilibrio entre reflexión y entretenimiento puede ser uno de los factores que expliquen su buena acogida por parte de los académicos de Hollywood, a juicio de los cuatro directores reunidos este lunes en un encuentro en la Academia de Cine.
"Tula" de Beatriz de Silva, "Votamos" de Santiago Requejo, "Plastic killer" de José Pozo y "El tratamiento" de Álvaro Carmona son cuatro de los quince cortos que pelearán por una de las cinco nominaciones al Oscar al mejor corto de ficción que se anunciarán el 24 de enero. El ganador se desvelará en la gala del 12 de marzo en Los Ángeles.
Historias genuinas y referentes, la clave del éxito
Pozo, que se ha pasado al corto tras haber rodado varios largos con una delirante historia sobre una mujer que convive con una bolsa de plástico como si fuera su hija, ha recordado que hace tiempo que el cine español se valora en Estados Unidos y que este año la cosecha de cortos ha sido "espectacular".
Juan Carlos Fresnadillo logró la primera nominación al Oscar para un corto español con "Esposados" (1996) y desde entonces otros seis directores españoles han entrado en la liza final por la estatuilla en esa categoría, aunque nunca lo han ganado. Sí se lo llevó, el año pasado, Alberto Mielgo con "El limpiaparabrisas", en la categoría de animación.
Beatriz de Silva, que en "Tula" reúne en un baño de instituto a una limpiadora y una alumna para hablar de educación sexual, ve lógico que destaquen más cortos a medida que se invierte más y que hay más cantidad de producciones, como está ocurriendo en los últimos años y subraya la importancia de los referentes.
"Hemos visto en años anteriores a directores que han llegado lejos y eso nos permite soñar con llegar ahí también", ha dicho. En su caso, además, ha sido importante ver cómo hay cada vez más mujeres directoras y ha mencionado a su madre, la directora y guionista Maite Ruiz de Austri, como su máximo referente.
Para Santiago Requejo, que en "Votamos" narra la crisis en una junta de vecinos ante la llegada de un nuevo inquilino con problemas de salud mental, es reseñable que los cuatro cortos son "muy españoles, muy locales".
"No nos preocupaba intentar ganar premios sino hacer ver nuestra realidad y contar nuestra historia", ha dicho.
Álvaro Carmona, que habla de la alopecia y de hasta dónde nos puede llevar la obsesión por la estética en "El tratamiento", ha defendido la comedia, más allá de como una forma de hacer reír, como "una manera de relacionarse con el mundo" por parte de sus autores.
Espíritu de equipo y el público, asignatura pendiente
Lejos de sentirse rivales, los precandidatos al Oscar aseguran que estarían encantados de que cualquiera de ellos lo consiguiera.
"Desde fuera se puede ver como que estamos en competición, pero para mi estar aquí ya es una alegría inmensa", ha dicho Carmona.
Requejo ve difícil valorar las opciones de cada uno pero está convencido de que "tiene que haber representación española".
Sí cree que, a diferencia del largometraje, esta es una categoría más abierta a otras nacionalidades.
En cuanto al público, admiten que sigue siendo una asignatura pendiente para los cortometrajistas, pero consideran que eso está a punto de cambiar y de hecho ha empezado a hacerlo gracias a la explosión de nuevas formas de distribución, más allá de las salas de cine.
De Silva pone como ejemplo la serie "Love, death and robots" de Netflix que tuvo muy buena acogida y se trataba de una colección de cortos independientes. "El formato vende, es cuestión de que las plataformas le den más cancha y no creo que tarden mucho porque es rentable", ha valorado.
Tampoco Carmona ve el salto muy lejano. "A diario vemos en Youtube vídeos de diez minutos, la gente consume cada vez más vídeos cortos", señala, al tiempo que defiende propuestas más tradicionales como sesiones de cortos en salas de cine en las que "la gente se lo pasa pipa"