El Museo de Pontevedra devuelve a Polonia dos obras expoliadas por los nazis durante la IIGM
- Son una Dolorosa y un Ecce Homo atribuidas al pintor flamenco Dieric Bouts
- La institución gallega desconocía el origen y arrancó de inmediato la devolución
En 2020, en pleno confinamiento por la pandemia, el Museo de Pontevedra recibió una sorprendente llamada desde Polonia: el Gobierno reclamaba dos obras expoliadas por los nazis a la familia polaca Czartoryski, que se encuentran en la institución cultural gallega que de inmediato, y tras una verificación a contrarreloj, inició las gestiones para devolverlas.
Las pinturas son un díptico del siglo XV atribuido al pintor flamenco Dieric Bouts y figuran en bases de datos internacionales de piezas saquedas durante la IIGM. Las dos obras retornarán a su país de origen en un acto de justicia histórica, tras firmarse este miércoles el acta de devolución formal entre España y Polonia, que perdió durante la II Guerra Mundial el 70% de todo su patrimonio artístico.
"La recuperación de una obra expoliada es la primera etapa de un proceso largo y tedioso que dura años, aunque en este caso ha sido todo lo contrario", ha explicado la directora del área de Bienes Culturales del Ministerio de Cultura de Polonia, Elzbieta Rogowska, sobre la "colaboración y diligencia" del museo gallego en el proceso "que esperamos que marque un precedente" para otras intituciones, recoge EFE.
Los cuadros de Bouts, uno de los principales representantes de la escuela de Lovaina, son una Dolorosa con las manos en oración y un Ecce Homo coronado de espinas con las manos entrelazadas. Están tasados en unos 15.000 euros cada uno y no estaban expuestos en el museo.
El díptico recuperado por Polonia, según Rogowska, "es muy pequeño pero tiene una gran historia y un gran valor" y supone, ha subrayado, un paso más en el proceso de "restitución" que su país impulsa para recuperar todo su patrimonio robado.
"Poco a poco nos están devolviendo todo y estamos muy contentos de haber avanzado hoy en este camino", ha sentenciado la dirigente polaca. Las autoridades de Polonia estiman que durante la IIGM desaparecieron unas 516.000 obras de arte en un expolio sistemático.
Para el Museo de Pontevedra, según su director, Juan Manuel Rey, el de hoy ha sido un "día grande" para esta entidad al haber contribuido a "hacer justicia" con una situación, el origen ilícito de estos dos cuadros, que para ellos era "totalmente desconocido".
Tras quedar los cuadros ya bajo custodia de Polonia, una empresa especializada en arte se encargará de trasladar este díptico a Madrid para, posteriormente, llevarlo en avión hasta territorio polaco, en donde quedará depositado en el Museo Nacional de Poznan.
El origen de las obras
¿Cómo llegaron estas piezas robadas por los nazis hasta Pontevedra? Pertenecían a la colección del empresario José Fernández López, uno de los grandes benefactores del museo, que al parecer los habría adquirido en alguna galería de Madrid o Barcelona a mediados de los 70.
Tras años en depósito en la institución gallega, sus responsables, amparados por la Xunta, compraron toda la colección de 313 obras en 1994. Con toda la documentación en regla, “fuimos adquirientes de buena fe, en ningún momento tuvimos la sospecha de que tuvieran semejante origen”, apuntaba José Manuel Rey a RTVE.es.
El origen histórico de los cuadros señala a la familia Czartoryski, miembros de la alta aristocracia polaca que llegaron a fundar su propio museo en 1796 donde sumaron más de 2.000 obras. Durante la IIGM, el heredero de la colección Augustyn Józef, y su esposa, la princesa española María Dolores Borbón-Dos Sicilias, ocultaron las pinturas en las paredes de su palacio, entre ellas el díptico.
Los nazis descubrieron los escondites. Los príncipes fueron arrestados por la Gestapo y posteriormente deportados a Sevilla por mediación de Franco y sus vínculos con la familia real española.
La medida de la riqueza de la colección de los Czartoryski, en la actualidad perteneciente al Gobierno polaco, la da otra de sus obras maestras: La dama del armiño (1490) de Leonardo Da Vinci que también fue robada y permaneció toda la guerra colgada en el despacho del gobernador nazi de Polonia, Frank Hans, hasta que fue hallada por los aliados.