Enlaces accesibilidad

Gandhi, el activista de la paz que propició la independencia de la India

  • Se cumplen 75 años del asesinato del apóstol de la no-violencia, una de las figuras esenciales del siglo XX
  • Partidario del ayuno, la pobreza y la desobediencia civil, su labor fue esencial en el proceso de descolonización

Por
Mahatma Gandhi en su estudio de fotografía en Londres en una imagen de 1931.
Mahatma Gandhi en su estudio de fotografía en Londres en una imagen de 1931.

El 30 de enero de 1948, un hombre armado con una pistola semiautomática disparó a quemarropa en el pecho a Mohandas Gandhi, acabando con la vida del hombre que, con su apuesta por la no-violencia y la desobediencia civil, fue uno de los artífices de la independencia de la India. Aunque el asesino era un radical hinduista, opuesto a la tolerancia de Gandhi hacia los musulmanes, le hizo una reverencia antes de llevar a cabo el crimen, muestra del respeto que despertaba.

Su muerte fue llorada en todo el mundo y su legado le convirtió, con el paso del tiempo, en una figura esencial del siglo XX gracias a su activismo pacífico. Pese a su imagen de hombre enclenque y vestido con ropas humildes, encendió la mecha del proceso de descolonización que se produjo a partir de la década de los cincuenta, aunque vio con tristeza cómo las diferencias religiosas provocaron la separación de la India y Pakistán.

Mohandas Karamchand Gandhi nació el 26 de octubre de 1869 en Porbandar, una ciudad costera ubicada en el noroeste de la India. Pertenecía a la casta de los comerciantes, aunque su padre, Aramchand, logró prosperar y llegó a ser primer ministro de la región.

Gandhi, que fue un adolescente silencioso y retraído, no destacó en la escuela y a los 13 años sus padres, siguiendo la tradición hindú, concertaron su matrimonio con Kasturba Makharji, perteneciente a su misma casta. Pese al arreglo, el suyo fue un matrimonio bien avenido y dio como fruto cuatro hijos.

Tras el fallecimiento de su padre, la familia decidió en 1888 enviar al joven Gandhi -que acababa de ser padre de su primer hijo- a estudiar a Inglaterra, pese a la oposición de los jefes de su casta. En Londres se matriculó en el University College y mantuvo sus tradiciones religiosas: no comer carne, no beber alcohol y no mantener relaciones sexuales. Sin embargo, se inició en la lectura de la Biblia y, aunque no se convirtió al cristianismo, sí supuso la base para su posterior propuesta de sintetizar distintas religiones.

En 1891 regresó a la India con la licenciatura en Derecho pero en Bombay le esperaba uno de sus hermanos con la noticia de la muerte de su madre, que le ocultaron durante su estancia en Inglaterra para que no suspendiera los exámenes.

Una estatua de Mahatma Gandhi exhibida en el museo Gandhi Smriti de Nueva Delhi.

Una estatua de Mahatma Gandhi exhibida en el museo Gandhi Smriti de Nueva Delhi. EFE/Noemí Jabois

Toma de conciencia en Sudáfrica

El panorama que se le presentaba a Mohandas Gandhi parecía complicado: la muerte de su padre hizo que su familia perdiera influencia. A ello se sumó que su casta se negaba a ayudarle por su marcha al extranjero, lo que consideraban una desobediencia. Además, su primera actuación como abogado fue un fracaso, ya que enmudeció a la hora de dirigirse al tribunal.

Por estos motivos, aceptó una oferta como asesor legal de una factoría india que operaba en Sudáfrica, por lo que en 1893 viajó a Durban, dejando a su familia en la India. En Sudáfrica existía una importante colonia de trabajadores indios, que carecían de derechos laborales y sufrían discriminación por parte de los 'boers' y los ingleses, que ejercían el dominio sobre la población africana.

Gandhi sufrió el racismo en primera persona, cuando fue arrojado de un tren por negarse a cambiarse de vagón por el hecho de no ser blanco, lo que supuso una toma de conciencia personal sobre el alcance de este tipo de discriminación. Cerca de terminar su estancia, inicialmente prevista para un año, supo que el Gobierno sudafricano planeaba retirar el derecho al voto para los hindúes, por lo que trajo a su familia desde la India y prolongó su presencia en el país africano.

Al final, su período en Sudáfrica duró 22 años, en los que se dedicó de manera incansable a defender los derechos de sus compatriotas y fue moldeando el sistema de lucha pacífica que le haría mundialmente famoso. Su insistencia tuvo éxito, ya que en 1914 el Parlamento eliminó la mayor parte de las regulaciones antiindias que había puesto en marcha en los años previos.

Cinco continentes - Gandhi: cien años de lucha - Escuchar ahora

'Mahatma', el alma grande

En 1915 regresó definitivamente a su país, donde los ecos de su trabajo en Sudáfrica habían convertido a Gandhi en un héroe. Rabindranath Tagore, el escritor indio más importante del momento, le describió como "un alma grande" y con ese apelativo, 'Mahatma', sería conocido popularmente.

Consciente de que tenía un gran desconocimiento de lo que era la India, ya que había pasado buena parte de su vida en el extranjero, Gandhi -acompañado de su mujer- inició un largo viaje a lo largo del país para conocer a sus gentes, lo que incrementó su popularidad.

En Admedabad fundó una comunidad casi monástica, en la que estaban prohibidas la propiedad privada, las vestimentas extranjeras y las comidas con especias, y dio cabida en ella a la casta más baja, la de los intocables, lo que supuso una revolución.

Su entrada en política tuvo lugar en 1919, tras la aprobación de la Ley Rowlatt, que establecía la censura y duras penas para los sospechosos de terrorismo y sedición. Gandhi encabezó la oposición a la ley, con una huelga general que se extendió a nivel nacional y que le llevó a ser detenido.

Las protestas fueron duramente reprimidas por las autoridades inglesas, que ordenaron disparar contra la multitud en la ciudad de Amristar, con un saldo de casi 400 muertos y un millar de heridos. Sin embargo, los británicos se vieron obligados a retirar la Ley Rowlatt, que nunca entró en vigor.

Líder del nacionalismo indio

En los años posteriores, Mahatma se convirtió en el líder del nacionalismo indio, alcanzando la presidencia del Congreso Nacional Indio, el partido que abogaba por la independencia. Partiendo desde la moral y asegurando que colaborar con el "Gobierno satánico" que había propiciado la matanza de Amristar era "pecaminoso", Gandhi impulsó un movimiento pacífico de desobediencia civil, que incluía la negativa a pagar impuestos y el boicot a las autoridades coloniales. Su posición le llevó de nuevo a prisión en 1922 tras declararse culpable de tres delitos de sedición, aunque dos años después fue puesto en libertad tras sufrir una apendicitis.

A su salida de prisión, el Mahatma se encontró con una fuerte división en el seno del Congreso Nacional y la disolución de la unión entre hindúes y musulmanes, lo que le llevó a iniciar un ayuno de tres semanas para instar a la reconciliación. Luego se retiró temporalmente de la política, optando por vivir como un anacoreta, abandonando las relaciones sexuales y renunciando a toda posesión material, salvo una serie de objetos básicos. Uno de ellos fue la rueca, como forma de expresar su rechazo a las manufacturas británicas, que se convertiría en un símbolo de la independencia.

Pese a su retiro, Mohandas Gandhi siguió publicando artículos en los que desarrollaba sus ideas de no-violencia, ética y política y que no hicieron más que incrementar su influencia, convirtiéndole en el líder invisible de la nueva India. Pero en 1927 regresó después de que el Gobierno británico planeara reformar la Constitución de la India sin participación de los nativos. Gandhi impulsó el boicot de todos los partidos a la comisión y el Congreso Nacional Indio declaró la independencia en 1930.

150 años de Gandhi, el padre de la No Violencia

La marcha de la sal, símbolo de la independencia

El símbolo de la campaña fue la llamada marcha de la sal que, en la línea de la protesta no violenta, fue un hecho crucial para la posterior independencia del país asiático. Las leyes británicas no solo prohibían a los indios recoger o vender sal -fundamental en la dieta- sino que gravaban su consumo con impuestos que afectaban sobre todo a los más pobres.

A lo largo de 24 días, Gandhi -ya un hombre de 61 años, delgado y débil, vestido con ropas sencillas y apoyado en un bastón de bambú-, recorrió acompañado de miles de personas casi 400 kilómetros hasta la ciudad costera de Dandi. Allí realizó un simple gesto: hundió sus manos en el agua y recogió un puñado de sal, como símbolo de desobediencia civil.

La marcha de la sal provocó protestas similares por todo el país y más de 60.000 indios fueron detenidos, incluido el propio Gandhi, encarcelado en 1930. Pero la mecha fue imparable y la fama del Mahatma trascendió tanto que la revista Time le nombró 'Hombre del año'.

Tras salir de prisión en 1931, llegó a un acuerdo con el virrey británico, Lord Irwin, para liberar a los presos a cambio de frenar las promesas y, aunque la ley de la sal no fue derogada, sí se permitió el derecho a quienes vivían en las costas a recoger la sal del mar. Además, Gandhi viajó a Londres como único representante del Congreso Nacional Indio para participar en la mesa redonda para modificar la Constitución de la India, pero se encontró con la negativa a aceptar la independencia del país y el desprecio de políticos como Winston Churchill, que le calificó como "faquir sedicioso y medio desnudo".

A su regreso a la India, fue de nuevo encarcelado a instancias del nuevo virrey, Lord Willingdon, dispuesto a revertir algunas de las cesiones de la Corona. En prisión llevó a cabo un "ayuno hasta la muerte" contra la decisión de segregar a los "intocables", miembros de la clase más baja en el sistema de castas, asignándoles electorados separados. El clamor popular echó atrás la propuesta de los británicos.

Salió de nuevo en libertad en 1934 pero abandonó el liderazgo del Congreso Nacional Indio y volvió a alejarse de la política, centrándose en la educación, la pobreza y los problemas de las zonas rurales.

La marcha de la sal fue un factor fundamental para la posterior independencia de la India.

Mohandas Gandhi, durante la marcha de la paz en 1930. GTRES / Courtesy Everett Collection

Oposición a la Segunda Guerra Mundial

Su retorno se produjo en 1942, con la entrada del Reino Unido en la Segunda Guerra Mundial y la implicación del subcontinente en el conflicto sin tomar en cuenta la opinión de los políticos locales, muchos de los cuales dimitieron en masa. Gandhi exigió la completa independencia de la India para que pudiera tomar libremente sus decisiones respecto a la guerra, lo que nuevamente le llevó a prisión junto a otros miembros del Congreso Nacional, lo que provocó revueltas violentas por todo el territorio.

Tras el final de la contienda, los laboristas se hicieron con el poder en Londres e iniciaron conversaciones para la independencia con el Congreso Nacional y la Liga Musulmana. Gandhi, que había sido liberado en 1944 por problemas de salud, jugó un papel activo en las negociaciones, pero no pudo hacer prevalecer su esperanza en una India unificada. Por el contrario, el plan preveía la partición del subcontinente por criterios religiosos en dos estados independientes: la India, de mayoría hindú, y Pakistán, de mayoría musulmana.

La pugna entre ambas facciones dio lugar a violentos enfrentamientos en 1946, que ocasionaron miles de muertos. Gandhi marchó descalzo, de pueblo en pueblo, intentando detener las masacres, pero no hizo más que incrementar el odio de los extremistas de cada una de las partes.

El 15 de agosto de 1947 la India y Pakistán se convirtieron oficialmente en estados independientes, pero el Mahatma no quiso participar en las celebraciones, ayunando en un intento de reconciliar a ambas comunidades.

El 30 de enero de 1948, cuando contaba con 78 años de edad, Mohandas Gandhi fue asesinado a tiros por el extremista hindú Nathuran Godse, molesto por la tolerancia del Mahatma hacia los musulmanes. El autor y su cómplice fueron sentenciados a muerte y ejecutados un año después y otras personas fueron condenadas por su participación.

La violencia puso fin a la vida del apóstol de la paz y cuya influencia posterior fue enorme en movimientos para la lucha de derechos civiles, como el de Martin Luther King en Estados Unidos o Nelson Mandela en Sudáfrica, precisamente el país que despertó su conciencia.

Cada 30 de enero, coincidiendo con la fecha de su asesinato, los centros escolares celebran el Día de la Paz, un legado que, con su propio ejemplo, Gandhi dejó al mundo pero que, 75 años después de su muerte, sigue en riesgo cada día.