Uigures, el pueblo a erradicar
- Investigaciones periodísticas revelan las instrucciones de Xi Jinping para aislar y borrar la identidad del pueblo uigur
- Uigures exiliados han denunciado ante el Tribunal Penal de la Haya al régimen chino por crímenes contra la humanidad
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En los últimos años, el pueblo uigur viene sufriendo por parte del régimen chino, vigilancia y detenciones masivas, torturas, trabajos forzados, esterilizaciones y desapariciones. Millones de personas temen por sus vidas y las de sus familiares.
Las investigaciones de periodistas extranjeros revelan el plan del gobierno chino para eliminar a esta minoría étnica, ante el silencio cómplice de la comunidad internacional.
Xinjiang, la región de los uigures
El territorio oriundo de los uigures es la región de Xinjiang, situada al oeste de China. Comparte frontera con ocho estados, entre ellos, dos importantes países: Afganistán y Pakistán. En su mayoría de religión musulmana y de lengua turcófona, los once millones de uigures que ocupan esta tierra llevan siglos asentados en estos territorios y no se sienten chinos.
“Tienen más en común con los pueblos de Asia Central que con los chinos de etnia han“
"Tienen más en común con los pueblos de Asia Central que con los chinos de etnia han", subraya el antropólogo Sean Roberts. Xinjiang es una región rica en recursos naturales.
Contiene un tercio de las reservas de petróleo, carbón y gas de China, produce el 20% del algodón mundial y es la puerta de paso para el macroproyecto chino de infraestructuras de comunicación de la nueva ruta de la seda que unirá China con Europa.
“Lo que está en juego no es solo su política en esta zona fronteriza, sino la economía de todo el país“
El politólogo exiliado en Estados Unidos y exmiembro del Partido Comunista de China, Xia Ming, lo tiene claro. Asegura que, para la gran potencia, "lo que está en juego no es solo su política en esta zona fronteriza, sino la economía de todo el país".
El Partido Comunista de China vio ya, en 1949, la forma de dominar Xinjiang. Millones de personas de etnia han, la mayoritaria en el este de China, fueron enviadas a territorio uigur. Más de 70 años después, Xi Jinping ha acelerado esta política migratoria y de asentamientos continuados, a fin de que los han dominen este territorio. Pero el control demográfico fue solo el primero de los pasos de sometimiento del pueblo uigur a manos de la dictadura china.
“Están intentando eliminar la identidad, la lengua, la cultura, la historia y la religión de los uigures“
Los ciudadanos uigures afirman que el objetivo es acabar con toda una etnia. "Están intentando eliminar la identidad, la lengua, la cultura, la historia y la religión de los uigures", denuncia una joven que, como su pueblo, se sienten invadidos por los han.
Los "papeles de Xinjiang"
El resultado de esa ocupación se salda con el enfrentamiento de las dos etnias. Tras los atentados uigures en la plaza de Tiananmen y en la estación de Kunmimg, Xi Jinping anima a las tropas a "golpear con fuerza" a los enemigos del régimen.
“Se habían producido detenciones masivas, prácticamente, no quedaba nadie en libertad“
La represión a gran escala comenzaba en Xinjiang ante el desconcierto de la población. "Se habían producido detenciones masivas, prácticamente no quedaba nadie en libertad", denuncia el periodista uigur, Shohret Hoshur, exiliado en Estados Unidos. Sus familiares sufrieron las represalias por su denuncia de esta política represiva.
Bajo el velo de oscurantismo y el silencio, tan propios de las actuaciones del régimen comunista chino, el pueblo uigur continuó sufriendo durante los últimos años todo tipo de violaciones de derechos humanos. "Me dan a entender que el sufrimiento de mi familia acabará cuando deje de investigar", cuenta Hoshur.
En otoño de 2019, una fuente anónima envió una información crucial al New York Times. Se trataba de más de 400 páginas de documentos internos del Partido Comunista de China. Contenían informes sobre la vigilancia masiva y el control de la población uigur.
Pero la filtración de estos documentos, conocidos como "Los papeles de Xinjiang", revelaron que la historia más perversa del siglo XX volvía a repetirse. La implantación de un sistema de campos de concentración concluye con la construcción de 1.400 de estos recintos fortificados, donde el régimen autorizaba, sin piedad alguna, llevar a cabo todo tipo de excesos y abusos contra los uigures.
Los campos de concentración del siglo XXI
Algunos periodistas extranjeros consiguieron robar imágenes sobre estos campos de reeducación y confirmaron la existencia de salas de tortura. Omir Bekali sabe de lo que habla. Durante algo más de siete meses, en un viaje de trabajo a Xinjiang, fue detenido e internado en uno de estos campos de concentración.
“Se trata de un trabajo para reformatear al pueblo uigur“
"Te atan y te cuelgan de la pared", recuerda Bekali con espanto. Estuvo encadenado a la cama con la espalda curvada. "Es la peor tortura", prosigue. Según explica el experto investigador del Instituto Australiano de Política Estratégica, James Leibold, "se trata de un trabajo para reformatear al pueblo uigur". De hecho, en el norte de Xinjiang, la etnia han supera ya a la uigur. La política de esterilizaciones impuesta desde Pekín también está dando sus frutos.
Adrian Zenz, antropólogo y especialista en China, trabajando en una investigación encontró unos documentos que dicen claramente que, en 2019, unas 15.000 mujeres uigures debían ser esterilizadas. "Esto facilita el control a largo plazo y la homogenización", sentencia el experto. "Lo que está sucediendo, da igual que lo califiquen de crimen de lesa humanidad o de genocidio", denuncia el que fue embajador de Francia en China, durante 2017 y 2019, Jean Maurice Ripert. "Es tan grave que la comunidad internacional no puede permanecer en silencio", declara.
“Es tan grave, que la comunidad internacional no puede permanecer en silencio“
Tan solo 39 países occidentales condenaron la represióncontra los uigures en Xinjiang. Los estados alineados a Pekín ascienden a 45. La gran potencia juega con la ventaja que da el silencio cómplice del que apoya al verdugo.