De las pinturas de Altamira al grafiti urbano, Carlos Saura reflexiona sobre la necesidad artística del ser humano
- Su nuevo documental, Las paredes hablan, llega a los cines este viernes, 3 de febrero
- Os ofrecemos un clip en primicia de este film, que cuenta con la participación de RTVE
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¿Qué relación hay entre las huellas de manos pintadas en las cuevas prehistóricas y los grafitis urbanos actuales? ¿Por qué el ser humano tiene esa necesidad de dejar su huella o su firma para que otros sepan que estuvo allí?
Esa es la pregunta que se plantea Carlos Saura (¡Ay, Carmela!, La prima Angélica, Deprisa, deprisa, Cría cuervos, Carmen, Fados, etc.) en su nuevo documental: Las paredes hablan, en el que nos muestra la evolución y la relación del arte con la pared como lienzo de creación.
“Pensamos que ya había bastantes documentales sobre el Arte Paleolítico y que nosotros teníamos la oportunidad de buscar un camino diferente –ha declarado el director-. Después de recorrer algunas de las cuevas más significativas, descubrimos que había cierta relación entre ese impulso de pintar en las paredes y los grafitis actuales, y nos pusimos a trabajar en ello”.
Y para ello utiliza ese original planteamiento de hablar con expertos en arte rupestre y con grafiteros, desde los pioneros de este arte urbano hasta los jóvenes artistas que destacan en la actualidad. Para comprobar cómo están relacionadas ambas pulsiones artísticas.
Encabezando esta noticia tenéis un clip que os ofrecemos en primicia, en el que Pedro Saura, pintor de la neocueva de Altamira, y Roberto Ontañón Peredo, Director del Museo de Prehistoria y Arqueología y de las Cuevas Prehistóricas de Cantabria visitan y comentan una de estas cuevas paleolíticas.
Un estupendo documental que se estrena en cines este 3 de febrero.
¿Por qué dejamos nuestra huella en las paredes?
El documental es una apasionante reflexión sobre lo que es el arte y por qué los seres humanos tenemos esa necesidad de crear cosas que nos sobrevivan. Y para ello Saura nos invita a retroceder a esas pinturas del paleolítico pintadas sobre las paredes de cuevas, que también nos recuerdan al propio cine.
Porque, como nos cuentan los expertos que aparecen en el documental, esas pinturas de Altamira, de Chauvet… tienen vida y movimiento. E incluso son más vanguardistas que la mayoría del arte moderno actual. Como las “nubes de puntos” rojos que recorren las paredes de Las cuevas del Monte Castillo (Puente Viesgo) o las más de 50 figuras geométricas de la misma gruta, cuyo significado seguimos sin descubrir.
Sin olvidar los famosos bisontes de Altamira o las manadas de leones de la cueva de Chavet. Leones que parecen vivos y a punto de moverse.
Pero hay una constante en casi todas esas cuevas y es la de las siluetas de manos humanas (en la del Castillo hay más de 50). Unas manos que pueden responder a ese mismo impulso de los grafitis (cuya forma más pura es el nombre o la firma del autor), de dejar constancia de que hemos estado allí.
Lo curioso es que, como nos descubre el documental, los artistas de la prehistoria también pintaban encima de las obras de otros los que los precedieron, como pasa en el grafiti actual. Aunque, mientras esas pinturas rupestres han sobrevivido miles de años, los grafitis actuales se crean pensando en su caducidad, en que no durarán mucho.
Además, el documental nos descubre numerosas curiosidades sobre esas pinturas prehistorias, como que utilizaban diferentes técnicas, sabían cómo espolvorear la pintura, las mezclaban con conatos de escultura... o que lo de que usaban antorchas para tener luz mientras pintaban es un mito. Ya que usaban lámparas de grasa de animal. Incluso descubriremos la Gruta Cosquer, que está por debajo del nivel del mar y a la que solo se puede acceder buceando para contemplar sus pinturas.
De la cueva de Atapuerca a las paredes de Lavapiés
Este documental ha sido rodado en 14 localizaciones, entre las que destacan el Yacimiento de Atapuerca y el Museo de la Evolución Humana en Burgos, además de las Cuevas de Puente Viesgo y Altamira en Cantabria y las calles de Barcelona y Madrid donde el graffiti es el protagonista.
Destacar la participación de artistas, personalidades y expertos como Pedro Saura, pintor de la neocueva de Altamira; Juan Luis Arsuaga, Director científico del Museo de Evolución Humana y Codirector de Atapuerca; Miquel Barceló, uno de los iconos más reconocidos del arte contemporáneo; Anna Dimitrova, Comisaria de Arte; Roberto Ontañón Peredo, Director del Museo de Prehistoria y Arqueología y de las Cuevas Prehistóricas de Cantabria; Zeta, artista de graffiti; Suso33, creador urbano; Cuco, muralista; y Musa71, escritora de graffiti.
Por cierto, que resulta absolutamente fascinante ver trabajar, en el documental, a estos artistas urbanos que, en mi humilde opinión, siguen sin recibir todo el mérito que deberían.
El guion corre a cargo de Carlos Saura y José Morillas, el montaje es de Vanessa Marimbert (ganadora del Goya a Mejor Montaje por El buen patrón), la fotografía es de Juana Jiménez y Rita Noriega y el sonido de Inés Almirón y Raquel Forcén.
Y la banda sonora original y la canción original, una combinación de estilo clásico y electrónico, han sido compuestas por Alfonso G. Aguilar, compositor de Klaus, película de animación nominada al Oscar.
En fin, un nuevo tour de force de uno de nuestros mejores cineastas, Carlos Saura, que el próximo 11 de febrero recibirá el Goya de Honor en la 37.ª edición de los Premios Goya que se celebrará en Sevilla.
Os recomendamos ver este documental en cines y que, si podáis, asistáis a algunos de los pases especiales que se celebrarán los próximos 4, 5, 11 y 12 de febrero en los Cines Embajadores de Madrid, que incluyen proyección con el equipo y safari urbano, que es un recorrido por las intervenciones artísticas que aparecen en la película o que la han inspirado en los barrios de Embajadores y Lavapiés.