El primer convoy con ayuda humanitaria tras el terremoto llega a las zonas opositoras del noroeste de Siria
- Los Cascos Blancos lamentan que no llegue el material que necesitan para los rescates
- Los sirios de las zonas opositoras "necesitan más de absolutamente todo", según la ONU
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Un convoy de la ONU con ayuda humanitaria ha cruzado este jueves la frontera turca y ha entrado en la zona controlada por la oposición en el noroeste de Siria. Se trata de la primera asistencia externa que llega a esta zona desde que el pasado lunes se produjeran los dos terremotos con epicentro en Turquía que han causado ya más de 20.000 muertos.
El convoy, compuesto por seis camiones, ha atravesado el paso fronterizo de Bab al Hawa, que une la provincia siria de Idlib con Turquía, según ha confirmado un funcionario del puesto.
Parte de la ayuda que transporta ya estaba prevista antes de los terremotos, pues formaba parte de los envíos habituales a este territorio donde la población civil sufre por los combates entre la oposición y el gobierno de Bachar al Asad. Los convoyes se suspendieron tras los seísmos por los daños en las infraestructuras.
Pero este primer envío no incluye las herramientas y maquinaria pesada que llevan días pidiendo los Cascos Blancos, la organización de rescatistas que habitualmente socorren a las víctimas de los bombardeos de la aviación siria y rusa, y que ahora busca a supervivientes del terremoto.
Los Cascos Blancos defienden que la entrega "es la ayuda regular y periódica" que se entregaba antes del terremoto y que se interrumpió durante los primeros días tras el seísmo. "No se trata de ayudas y equipos especiales para los rescatistas", han dicho a través de Twitter, donde aseguran estar "decepcionados" y "desesperados".
“La ONU no nos está enviando la ayuda que más necesitamos para salvar vidas“
"La ONU no nos está enviando la ayuda que más necesitamos para salvar vidas, cuando el tiempo se nos acaba", se ha lamentado, en declaraciones a Reuters, Raed al Saleh, portavoz de los Cascos Blancos.
"Es una reanudación del programa de ayuda habitual de la ONU que había antes del terremoto, contienen alguna ayuda que estaba previsto que entrase antes del sismo (...) Es un buen presagio para que entre ayuda especial para el terremoto en los próximos días", ha explicado a Efe un responsable del envío, bajo condición de anonimato.
En Siria, el número de fallecidos por el terremoto se eleva a 3.317 y el de heridos supera los 5.000.
La única vía directa para la ayuda exterior
El gobierno sirio está recibiendo por avión ayuda de varios países árabes y de Irán, entre otros, pero esta ayuda no llega a los territorios que aún controla la oposición en el noroeste: la provincia de Idlib y zonas de Alepo.
El paso de Bab al Hawa es la única vía directa de entrada de suministros a esos territorios, donde residen más de cuatro millones de personas que ya antes de la catástrofe dependían de la ayuda humanitaria, y cerca de tres millones de desplazados internos.
Desde que se produjo el terremoto, solo habían pasado por Bab al Hawa coches con cadáveres de refugiados sirios fallecidos en territorio turco por los temblores.
La ONU espera que en los próximos días sea posible realizar un envío "translineal", es decir, atravesando las líneas de conflicto desde el sur, una opción que presenta más limitaciones, según ha explicado el portavoz de la organización, Stéphane Dujarric.
Los habitantes de la zona necesitan "más de absolutamente todo", según la ONU
Los habitantes del noroeste de Siria necesitan "más de absolutamente todo", ha declarado el enviado especial de la ONU para el país, Geir Pedersen, que ha pedido que la llegada de ayuda no se vea dificultada por razones políticas.
"Necesitamos ayuda que salve vidas. La necesitan desesperadamente los civiles, donde quiera que estén, sin tener cuenta fronteras o límites. La necesitamos urgentemente a través de las rutas más rápidas, seguras y efectivas", ha explicado Pedersen.
“Necesitamos ayuda que salve vidas. La necesitan desesperadamente los civiles, donde quiera que estén, sin tener cuenta fronteras o límites“
Además de comida y agua, los sirios afectados por el seísmo necesitan mantas, tiendas y combustible para combatir el frío. Incluso antes del terremoto, ya sufrían la falta de electricidad y agua.
La Unión Europea (UE) ha pedido a los países miembros que colaboren con Siria dentro del mecanismo de protección civil, pero Francia ha anunciado la donación de 12 millones de euros, pero ha advertido que toda la ayuda se canalizará a través de las ONG y de la ONU, y no del gobierno de Bachar al Asad.
El seísmo de magnitud 7,8 registrado en la madrugada del pasado lunes, con epicentro en la provincia turca de Gaziantep, golpeó el sur de Turquía y el norte de Siria. Las vibraciones se sintieron en Irak, Líbano, Israel y Chipre. Posteriormente, a las 13.25 hora local del lunes se produjo otro seísmo de magnitud 7,5.