Antioquia, cuna de una cultura milenaria convertida en una ciudad fantasma: "Todo ha desaparecido"
- Iglesias, mezquitas y sinagogas han quedado completamente sepultadas en esta ciudad
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"¿Cómo está el centro? ¿Se ha caído?", nos pregunta Onur, un hombre de unos 40 años que se encuentra alrededor de una hoguera frente a las ruinas que hace menos de una semana eran la casa de su tía en Antioquia. "¿Y el bazar? ¿El bazar también se ha caído?", insiste. Al responderle que sí, que de lo que era antes su ciudad natal apenas han quedado escombros, dice apenado: "No ha quedado nada".
"La gente dice que ha sido el peor terremoto en 100 años, puede que más. Es horrible. Toda la ciudad se ha colapsado. Todo ha desaparecido", señala con la mirada perdida. "Creo que puede que un 10% de los edificios se podrá usar en el futuro. El resto está dañado", añade este hombre que espera con paciencia encontrar los restos de la hermana de su madre.
Cuesta hacerse a la idea de que hace tan solo siete días esta ciudad, encajada entre Siria y el mar Mediterráneo, contaba con grandes avenidas con palmeras, calles repletas de comercios o gente paseando tranquilamente por los puentes que pasan por el río Orontes.
El terrible terremoto que ha afectado a varias regiones del sureste de Turquía ha acabado con los edificios y gran parte del centro histórico de Antioquia, incluso puede que con la propia cultura de esta ciudad, un mosaico de cristianos, judíos y musulmanes.
"No voy a volver a Antioquia"
Los habitantes de Antioquia y también aquellos que se criaron en esta ciudad de la región de Hatay y ahora viven en otras ciudades de Turquía, nunca habrían pensado que algo así podría pasar. Tampoco que dejarían de llamar hogar a esta ciudad.
"La gente dice que no volverá a vivir en Antioquia nunca más. Se lo he escuchado decir ya a cuatro personas. Se van de la ciudad y cuando les pregunto qué plan tienen dicen: 'No lo sé, pero no voy a volver a Antioquia'", cuenta Mustafá, un doctor de Médicos en el Mundo.
Mustafá asegura que siente que todo lo que ha pasado es como un sueño. "Es como si todavía no estuviera despierto. Cuando me preguntan cómo salí de mi casa, les digo que no me acuerdo", afirma.
Por su parte, Onur ha venido a esta ciudad desde Ankara y subraya con sinceridad que no tiene razones para volver. "Mi prima se ha ido, mi tía seguramente esté muerta, acabamos de enterrar a mi tío. No hay más razones por las que venir aquí", lamenta. "La próxima vez que venga aquí será a un hotel por primera vez en mi vida. Es horrible", puntualiza con una risa triste.
Una cultura "única"
Fundada en el año 300 a.C, Antioquia era un poderoso núcleo de comercio que llegó a ser la tercera ciudad más grande del Imperio Romano. El dominio estratégico a través del noroeste de Siria contribuyó a su crecimiento y prosperidad en las épocas helenística, romana y bizantina.
Esta ciudad ha sido reconstruida varias veces sobre las capas de ruinas de civilizaciones desaparecidas, pero su historia se asomaba en muchos lugares.
Antakya, como se llama en turco, se ha mantenido como una de las ciudades del país más antiguas con un carácter multicultural tradicional desde el Imperio Romano. Entre sus habitantes hay árabes, turcos y kurdos, armenios, afganos, sirios y gitanos vinculados a diversas religiones bajo el paraguas del cristianismo, el islam y el judaísmo.
El casco histórico de la ciudad era una prueba de la diversidad religiosa de Antioquia. Esta zona, llena de antiguas mezquitas de piedra, iglesias y una sinagoga a pocas calles unas de otras, ha quedado casi completamente destruida.
Paseando por lo que queda de la calle Kurtulus, que significa "Salvación" en castellano, se ven por el suelo las piedras que ponían en pie la histórica mezquita Sarimiye. Casi escalando por sus rocas, se llega al patio de la iglesia católica turca de Antioquia, en cuyo escondido patio parece que el terremoto no ha pasado y sirve de refugio para algunas personas.
"He estado en muchas ciudades, pero la cultura de Antioquia era única. Era muy abierta, multicultural. Muchos cristianos, musulmanes, judíos viviendo en armonía. Mi prima es musulmana y se ha casado con un cristiano", apunta Onur.
El futuro de la ciudad
Antioquia, una ciudad que antes del terremoto tenía una población de más de 200.000 habitantes, durante la última década también ha puesto a prueba su tolerancia con la llegada de miles de refugiados sirios.
Esta ciudad se encuentra a unos 20 kilómetros de la frontera y fue parte de Siria hasta 1939. En los últimos años ha acogido a alrededor de medio millón de refugiados sirios. Tras el terremoto, la mayoría de las personas que se pueden ir de Antioquia son gente con dinero y casi todos los que se quedan son los refugiados sirios.
Alrededor del parque Vali Ürgen, una gran parte de los que han convertido las grandes tiendas de campaña instaladas por la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD) y otras organizaciones en sus nuevos hogares son sirios.
Con colchones en el asfalto, los pocos enseres que pudieron coger durante el terremoto y rodeando pequeñas fogatas, esperan a que la ciudad vuelva a ser como antes, algo que tardará varios meses e incluso años en ocurrir.
Por esta razón, Onur opina que esa mezcla de culturas que hacía a su ciudad única va a desaparecer. "Creo que la ciudad se va a llenar de sirios porque la gente que tiene dinero no va a volver aquí. Así que todos los turcos se están yendo y, seguramente, los sirios llenarán la ciudad", destaca.