Los Jesuitas de Portugal reconocen que 11 sacerdotes de su orden abusaron sexualmente de menores
- Abusaron sexualmente de "por lo menos" 24 menores, desde el año 1950, la mayoría en ambiente escolar
- El Gobierno luso se reunirá con la comisión que elaboró el informe sobre los abusos sexuales para aprender "lecciones"
La orden religiosa Compañía de Jesús en Portugal ha reconocido a 11 jesuitas y un laico ya fallecidos en sus registros como las personas que abusaron sexualmente de "por lo menos" 24 menores, desde el año 1950, la mayoría en ambiente escolar.
La orden ha precisado en un comunicado que las víctimas registradas tenían entre 7 y 17 años en el momento de los hechos y que la "gran mayoría" era de sexo masculino. También han indicado que los abusadores tenían entre 24 y 65 años de edad durante las agresiones y que "en algunos casos" eran "prácticas reiteradas".
Abusaron sexualmente
"La mayor parte" ocurrió en el contexto escolar, incluyendo "lugares para dormir" y espacios donde los estudiantes estaban a solas con el abusador, como oficinas, enfermería y clases, aunque también hay denuncias de abusos cometidos en el contexto de acompañamiento espiritual.
Las agresiones incluyeron "tocamientos en zonas íntimas y la manipulación de genitales", según han explicado los jesuitas, que reconocieron que algunos documentos solo hablan de "abuso sexual" sin explicar los hechos, por lo que "se pueden haber practicado actos más invasivos".
Estos abusos estarían incluidos en el informe divulgado este lunes por una comisión independiente de expertos en el que reveló que al menos 4.815 niños han sido víctimas de abusos sexuales por miembros de la Iglesia católica en Portugal.
El comunicado precisa que las víctimas dijeron a la comisión que no contaron las agresiones en el momento de los hechos, que "hablaron con sus familiares mucho después" y que "solo unas pocas personas denunciaron su caso" a la orden.
Sus archivos les "llevan a creer" que se tomaron medidas contra los sacerdotes que sí fueron denunciados, como apartarlos o aislarlos en recintos religiosos con la prohibición de ejercer su actividad.
"Hubo casos en los que el proceso llevó al sospechoso a abandonar la Compañía de Jesús, pero no tenemos información de que haya habido procesos judiciales o canónicos", ha añadido la orden. También ha especificado que "en ningún caso hubo comunicación a la Fiscalía".
"Con pesar, lamentamos que no siempre se hayan tomado las medidas que hoy consideramos adecuadas, es decir, en lo que respecta a la atención y protección de las víctimas", han asegurado los jesuitas.
Más de 100 sacerdotes sospechosos siguen en activo
El informe divulgado confirma que Portugal no fue una excepción y que, como en países vecinos, los abusos fueron una práctica durante años, en especial entre las décadas de 1960 a 1990. Además, la comisión calcula que en Portugal hay más de 100 sacerdotes sospechosos de haber abusado de menores todavía en activo, según ha indicado jefe de la comisión, Pedro Strecht.
"Hay un número aproxinado de sacerdotes acusados, y es más de 100", ha indicado Strecht. Además, ha indicado que desde la comisión están preparando una lista de sacerdotes acusados que siguen trabajando: "Los que están en la lista deberían ser eliminados de sus roles o se les debería prohibir interactuar con niños y adolescentes durante la investigación".
Los obispos portugueses se reunirán el próximo 3 de marzo para implementar "mecanismos más eficientes y apropiados" que prevengan futuros abusos, según ha indicado José Ornelas, presidente de la Conferencia Episcopal.
"Lecciones" para otros ámbitos
El Gobierno portugués se reunirá con la comisión que elaboró el informe sobre los abusos sexuales para sacar "lecciones" que se puedan aplicar a otros ámbitos.
"Creo que hay un conjunto de lecciones que se pueden sacar para otros dominios, porque seguramente aquella realidad no ocurrió solo en ese contexto específico", ha dicho este martes en declaraciones a periodistas el primer ministro, el socialista António Costa, en un acto en Oporto (norte).
Costa ha considerado que es un tema que "obviamente choca a toda la sociedad" y "perturba a todos", sobre todo porque los expertos alertaron de que se trata de una "realidad más transversal a la sociedad", más allá de los espacios de la Iglesia.