ARCO 2023: más pintura a la caza de nuevos coleccionistas
- La feria internacional de arte contemporáneo, con 211 galerías, abre sus puertas en el IFEMA de Madrid del 22 al 26 de febrero
Comienzan los días claves para el mercado del arte en España. Cuatro jornadas en las que se llevan a cabo el 60% de las ventas anuales, arrancan en ARCO. En la galería ADN, una escultura de Picasso amortajado a cargo de Eugenio Merino, recuerda que, aunque la feria no es una muestra de tendencias artísticas, sí contiene ejemplos de más de 100 años de arte dialogando entre ellos. 42 años de ARCO es mucho.
La feria internacional de arte contemporáneo mira decididamente al futuro en su nueva edición, en las 211 galerías seleccionadas (con dos tercios de ellas internacionales), abren sus puertas en el IFEMA de Madrid del 22 al 26 de febrero (miércoles y jueves para profesionales, viernes, sábado y domingo abierto al público).
ARCO 2023 es la primera edición plenamente recuperada de la pandemia. El sector, eso sí, ha sufrido transformaciones. “Los grandes coleccionistas no desaparecen”, analiza la directora de la feria, Maribel López, que cumple su cuarto año al cargo. Los que no han vuelto del todo, no desde la pandemia, sino desde la crisis de 2008, son los compradores institucionales. “Aunque algunos están volviendo y muestran un interés por retomar. No hemos vuelto al nivel previo”.
Lo que sí detecta el mercado es la aparición de nuevos coleccionistas. “Me atrevo a decir que queremos más coleccionistas porque veo un deseo de gente por comprar. Y creo que eso está estrictamente vinculado con cómo nos sentimos en la pandemia, y también con lo que ahorramos. Yo tengo pocas obras y me puse a reordenarlas. Y sé que no soy la única. Eso repercute en las personas y el coleccionismo”.
Más pintura en los artistas jóvenes
¿Hay tendencias reconocibles en la edición de 2023? Es difícil generalizar en el heterogéneo panorama del arte moderno. “Hay más pintura, sí, porque es verdad que los artistas jóvenes están pintando. También hemos detectado algo que tiene que ver con cómo los artistas jóvenes conectan con el pasado a través de recuperaciones de textiles, la cerámica. Lo vemos en varios proyectos y los stands: cómo juegan con los objetos, los volúmenes y las formas”, describe la directora.
No faltan los clásicos contemporáneos. Una escultura de Juan Muñoz en la galería neoyorquina David Zwirner recibe a los visitantes en el pabellón 9, donde, al fondo, una de las pequeñas maravillas volumétricas de Jaume Plensa invita a no apartar nunca la mirada.
Tampoco los tótems. La femme et l'oiseau, de Joan Miró, se vende por 2 millones de euros, uno de los precios de la gama alta de la feria. Como las obras de Antoni Tapies, Antonio Saura, Fernando Zóbel o Eduardo Chillida.
La política se filtra en obras como la de Eugenio Ampudia en la galería Max Estrella: un Guernica plegable que sirve de caseta para refugiados. Una galería ucraniana con base en Kiev, la Voloshyn Gallery, tiene su stand en la que predominan esculturas y cuadros completamente negros con carteles que llaman a ‘descolonizar Rusia’. “La guerra ha incrementado el interés por artistas ucranianos”, explican a RTVE.es en la galería.
Sin boom NFT y esperando a la inteligencia artificial
El año pasado se hablaba del posible boom de las NFT. No ha ocurrido. Solo cuatro obras, las mismas que el año pasado, indican que el criptoinvierno también ha afectado al arte. “Absolutamente. Cuando hablábamos de lo que valían no hablábamos de arte. Pero siempre que aparece una nueva estructura tecnológica hay algo y surgirán cosas. Hay un proyecto”. Boa mistura, un equipo multidisciplinar con raíces en el graffiti, ha ‘tokenizado’ un mural de 10 x 10 m en 35 NFT que ponen a la venta bajo el nombre de RE-VS (REVERSUS). Cada vez que se venda uno de los NFT, Boa Mistura borrará del mural el fragmento correspondiente. Como hizo recientemente Damien Hirst, un intento de vincular el mundo virtual y el físico (a través del dinero).
Lo que todavía no ha llegado es la nueva ola, la inteligencia artificial. “Ahí van a suceder muchas cosas. Necesitamos tiempo. Cuando hay un boom entra la prisa y el miedo. Es una herramienta creativa superinteresante. Hay algunos artistas que empiezan a pensarla y la van a usar. Está estrictamente relacionado con cómo se crea y los artistas tienen capacidad de darle la vuelta, aunque no conocemos nada igual. Hay algo especial en ese diálogo”, concluye.