Más rápido, más lejos y más potentes: las armas occidentales marcan el paso del primer año de guerra en Ucrania
"Necesitamos armas para sobrevivir". El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, imploraba hace una semana en Bruselas el envío a su país de más armas de largo alcance y aviones de combate ante la ofensiva de Rusia en torno al aniversario del inicio de la invasión. Armas que ya han permitido a Kiev pasar del anticuado armamento soviético a un arsenal de última generación y de la defensa al contraataque en este primer año de guerra.
Al mismo tiempo, la imagen de segunda potencia militar mundial de Moscú se ha desmoronado a base de más alcance, tecnología, portabilidad y una alta dosis de ingenio y moral del ejército ucraniano, según señalan los expertos militares consultados por DatosRTVE.
La llegada de misiles antitanque, drones y artillería pesada ha definido el devenir del primer año de una guerra que parecía claramente desigual: Rusia superaba con creces el arsenal y las tropas ucranianas. Los expertos coinciden en que, aunque con cuentagotas, los envíos y el apoyo económico de Occidente han dado una oportunidad a Ucrania.
Ni la llegada de los prometidos tanques Leopard, ni el despliegue de los anhelados caza F-16 serán definitivos en una contienda sin visos de estar cerca de acabar. Ningún arma por sí sola puede ganar una guerra. Por eso, este es el relato inacabado de cómo ha evolucionado la defensa de Ucrania con la llegada de cada tipo de armamento.
Estrategia defensiva contra una guerra relámpago
Aunque nunca le ha declarado la guerra a Ucrania, el pasado 24 de febrero Rusia apostó por una "operación militar especial", un intento de ataque relámpago organizado en tres ejes que fracasó. Con el pretexto de "desmilitarizar" y "desnazificar" a Ucrania, Moscú quería evitar la entrada del país en la OTAN, apoderarse por completo de la región del Dombás y consolidar la anexión ilegal de Crimea.
Con casi las mismas armas, ya que el arsenal ucraniano era una herencia de su pasado dentro de la desaparecida Unión Soviética, los rusos se apoyaron en su superioridad numérica. Pero no contaron con la "extraordinaria planificación y ejecución de las fuerzas ucranianas", señala el codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH), Jesús Núñez Villaverde. "Los ucranianos supieron convertir el armamento del que disponían en un utensilio operativo en el campo del combate", explica.
Mientras tanto, las armas occidentales comenzaron a llegar a Ucrania. Los datos del Instituto Kiel para la Economía Mundial, una fundación alemana independiente que monitoriza los compromisos de los países occidentales con Kiev, muestran que los primeros envíos se centraron en equipamiento militar y armamento ligero de infantería.
Uniformes, cascos, chalecos antifragmentos, generadores eléctricos, ametralladoras, munición o máscaras de gas que en marzo dieron paso a las primeras armas pesadas y los sistemas de defensa portátiles. Más de 800 envíos de equipamiento y ayuda económica en un año y un montante que en enero de 2023 ascendía a 62.000 millones de euros, en los que Estados Unidos es el principal donante con diferencia; Estonia, país fronterizo con Rusia, es, hasta la fecha, el único que ha comprometido más del 1% de su PIB de 2022.
Al buen uso del material se suman lo que el artillero de la Academia de las Ciencias y las Artes Militares Manfredo Monforte define como "acciones de combate no esperadas". Se refiere a la voladura de sus propios puentes para utilizar los ríos como fronteras naturales de la guerra y a la ventaja obtenida por la inundación de tierras de cultivo en torno a la capital, ya sea fortuita o intencional.
Misiles contra tanques y aviones
Desde el comienzo de la guerra, Zelenski siempre ha presionado a sus aliados para que le faciliten misiles antitanque y defensas antiaéreas, dos sistemas clave para neutralizar el poder militar ruso. "Con la llegada de los sistemas contracarro, la superioridad rusa se ve dañada y se establece un frente más o menos estable, con escaramuzas que siguen hasta hoy", resume Monforte.
En esta tipología, el misil antitanque portátil de fabricación estadounidense Javelin tuvo mucho protagonismo durante las primeras etapas del conflicto. Sistemas como este, cuyo uso sobre el terreno puede verse en un vídeo verificado por VerificaRTVE, o los NLAW británicos y suecos causaron grandes pérdidas en las filas rusas en la primera etapa de la guerra.
"Con 500 o 600 Javelin desplegados sobre el terreno, los carros de combate rusos se vieron muy debilitados", apunta Monforte, que señala que Rusia hizo un uso masivo de estos vehículos similar al que se ejecutó en la Segunda Guerra Mundial, pero sin adjuntar acompañamiento de infantería.
Estos misiles, explican los expertos, son útiles para ralentizar el avance de las fuerzas rusas. Pero son menos prácticos para atacarlas cuando han rodeado una ciudad y comienzan a bombardearla. Una versión más avanzada de estas defensas son los misiles antiaéreos como los Stinger, equivalentes a los Javelin, para atacar a aviones de combate a una distancia de hasta 8 km, o los Starsteak, de fabricación británica.
Artillería pesada y defensas antiaéreas
A mediados de abril, Rusia cambió de estrategia y centró su ofensiva sobre el Dombás. También sobre Mariupol, donde desplegó bombardeos de artillería pesada -bautizados por el Kremlin como el "dios de la guerra" por una frase atribuida a Stalin- que redujeron a escombros esta ciudad portuaria. La ventaja estratégica ucraniana destacó por la facilidad y rapidez de movimientos en la defensa. Pero el compás cambió, coincidiendo con un gran número de envíos de armamento pesado.
"La artillería pesada es un elemento importante para dar cobertura a las unidades de infantería y, si es autopropulsada, puede acompañar a las tropas", explica Núñez Villaverde. Coincide con Monforte en afirmar que el mayor alcance de armas como los obuses CAESAR franceses o los lanzamisiles HIMARS estadounidenses facilitaron el cambio de estrategia de Ucrania.
Ucrania pasó a de la defensa al contraataque en la última semana de agosto y los primeros días de septiembre. Consiguió recuperar casi todo el territorio de la provincia de Járkov en muy pocas jornadas ante la retirada de las tropas rusas, así como la parte occidental de la provincia de Jersón, incluyendo su capital, ya en noviembre. Ahora, el ejército de Kiev bombardea desde posiciones seguras arsenales y bases aéreas rusas de Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón.
Desde el inicio de la contienda, Occidente se ha comprometido a entregar a Ucrania obuses y lanzacohetes múltiples. Más del 60% de ellos ya están sobre el terreno, según el seguimiento del Instituto Kiel. Se trata de armas con alcances máximos de entre 50 y 300 km que superan los de sus equivalentes rusos. También mantienen la agilidad para cambiar de posición. "Poder batir al enemigo sin que nos pueda ni siquiera rozar es fundamental y una ventaja estratégica de primer nivel", sentencia Monforte.
En cuanto a las defensas antiaéreas, el artillero de la Academia de las Ciencias y las Artes Militares considera que "han cumplido con creces su misión", ya que los rusos aún no han conseguido dominar por completo el espacio aéreo de Ucrania. Al uso inicial de los S-300 y S-400 de fabricación rusa, Ucrania ha sumado modelos más modernos como el IRIS-T de origen alemán. "Los suministros [occidentales] y la inteligencia [ucraniana con apoyo británico] han conseguido mantener a raya la capacidad aérea rusa", coincide Jesús Núñez Villaverde.
En este escenario, a ambos expertos militares se les antoja complicado que los países occidentales cedan pronto a la última demanda de Zelenski, aunque no lo descartan. El presidente ucraniano lleva meses reclamando contar con aviones de combate F-16, pero por ahora solo ha conseguido la puesta en marcha de un programa de entrenamiento para sus pilotos en el Reino Unido bajo el estándar de la OTAN.
Drones convertidos en granadas teledirigidas
Los cazas todavía no sobrevuelan un cielo ucraniano que sí surcan los drones desde el principio de la contienda. Moscú y Kiev han incorporado esta tecnología a sus arsenales con aeronaves militares y civiles. El ejército ruso utiliza drones kamikazes como los Shahed iraníes, con los que ataca la red eléctrica de Ucrania. Por su parte, el ejército ucraniano usa los llamados "drones de ataque" Bayraktar de fabricación turca, que le han servido para vigilar y distraer a las defensas antimisiles rusas en determinados ataques, entre otras funciones.
Más allá del uso de drones militares y de una posible incorporación de vehículos terrestres no tripulados (UGV) por parte de Rusia, los expertos se muestran sorprendidos por la modificación para la guerra de drones comerciales. "Usan drones de tipo civil, que se pueden comprar en China por 300 dólares, y los arman para dejar caer munición sobre las tropas enemigas, como granadas de mano o de fusil", explica Monforte. Ahora bien, aunque es la primera vez que se emplean de forma masiva en una guerra, Núñez Villaverde rebaja su relevancia: "No deciden la suerte en el campo de batalla y la cantidad de explosivo que pueden trasladar está limitada por su peso".
Tanques para desencallar la guerra en primavera
Rusia y Ucrania llegan al primer aniversario de la guerra en una "situación de empantanamiento", sin grandes avances en ninguno de los dos bandos. El ejército del Kremlin ya ha iniciado una campaña para rodear las posiciones ucranianas en Donetsk y las inteligencias británica y estadounidense consideran que prepara una gran ofensiva para la próxima primavera. Ucrania, por su parte, podría atacar al mismo tiempo o defenderse y esperar hasta el verano para intentar llegar a la costa del mar de Azov y romper el abastecimiento ruso a Crimea.
Con una disminución de los envíos de armas en los últimos meses de 2022 que se refleja en los datos de Kiel, parece que su decisión dependerá de la llegada de más suministros, entre los que se encuentran la promesa de una panoplia de carros de combate para remplazar a los T-72 y T-80, fabricados en tiempos de la Unión Soviética.
Por ahora, la llegada de estos carros se está haciendo de rogar y, como recuerda Manfredo Monforte, el primer paso es superar los problemas logísticos, como montar radios comunes para facilitar las comunicaciones o unificar el calibre de la munición. No obstante, el artillero señala que los ucranianos no deben cometer el mismo error en el que ya cayeron los rusos: "[El carro de combate] Es un arma principal que puede hacer frente a los T-90 rusos y puede ser muy útil para una contraofensiva ucraniana, pero necesita muchas otras cosas alrededor, como vehículos antiminas, acompañamiento de infantería y una buena defensa antiaérea, para sacarles todo el partido".
Sobre esta información
En la elaboración de esta noticia, se ha utilizado la base de datos de seguimiento del apoyo militar a Ucrania elaborada por el Instituto Kiel para la Economía Mundial. Las especificaciones técnicas del armamento provienen de las webs de sus fabricantes: Lockheed Martin, KMW, Nexter y Baykar Technologies. El uso de las armas sobre el terreno ha sido verificado con vídeos distribuidos en redes sociales por International volunteer Report, Radio Free Europe/Radio Liberty, el Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania, el Ministerio de Defensa de Ucrania y el Ministerio de Defensa de Canadá.