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Cómic

Los colectivos de cómic de los 80 que lucharon por la cultura, la igualdad o el feminismo

  • Julio A. Gracia Lana publica Creatividad e independencia. Colectivos de cómic durante la Transición
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Detalle de la portada de un número de la revista 'Trocha'
Detalle de la portada de un número de la revista 'Trocha'

Cuando hablamos del 'Boom del cómic adulto' de los años 80 en España, solemos quedarnos con la calidad de los autores pero a veces olvidamos que las viñetas de la época estaban llenas de reivindicaciones sociales y culturales. Y es que en torno a la conocida como Generación del Compromiso y a revistas como Rambla, Metropol, El Víbora, Butifarra!, La Oca, El Jueves o Madriz surgieron colectivos autorales que ya lucharon por la cultura o el feminismo. El profesor universitario y estudioso del cómic Julio A. Gracia Lana recuerda a estos grupos en Creatividad e Idependencia. Colectivos de cómic durante la transición (Fundación Cine+Cómics / Ediciones Idea).

"Cuando desarrollé mi tesis doctoral sobre la progresiva desaparición de las revistas de historieta de los años ochenta y acerca de cómo esta crisis afectó a las autoras y autores de cómic, me quedaron varios aspectos pendientes de explorar -asegura el autor-. Uno de ellos fue profundizar en la acción de estos colectivos, de los que surgieron revistas como Rambla y sin los que no podemos entender la historia del cómic reciente en nuestro país. Lucharon por conquistas sociales tan importantes como el feminismo, la disminución de la precariedad o el indudable valor de la cultura".

Un libro que llega el momento indicado porque según Julio: "Nos encontramos en un momento en el que algunos derechos sociales son puestos en cuestión, así que por eso, quizás, la mirada se dirige más que nunca hacia estos colectivos".

Portada de un número de 'Troya'

¿Quiénes eran estos colectivos?

Preguntamos a Julio cuáles son los principales colectivos de cómic de los que habla en el libro: "Planteo un mapeo en el que busco destacar las conexiones existentes entre las diferentes propuestas de colectivos autorales. Encontramos desde el grupo vinculado con la combativa Butifarra! y capitaneado por Alfonso López hasta el Colectivo de la Historieta que dio lugar a Trocha / Troya. En el surgimiento de dicha publicación tuvo mucho que ver Antonio Martín, figura clave para entender la historia reciente del cómic en España".

"Los colectivos que durante el boom del cómic adulto dieron lugar a revistas como Metropol o la citada Rambla hunden sus raíces en las iniciativas anteriores, aunque desarrollen un planteamiento muy distinto -añade-. No fueron los únicos: en nuestro país se dieron cita agrupaciones que iban más allá de lo local, como Un equipo andaluz de tebeos o la reunión de guionistas y dibujantes que dio lugar primero a la revista Zeta e inmediatamente después a Bustrófedon".

Pero... ¿Qué era eso de la Generación del compromiso? y ¿Qué relación tuvieron estos colectivos de cómic con las organizaciones vecinales de la época? "Definir los difusos límites de una generación, a nivel creativo, resulta complicado -nos explica Julio-. Pero cuando hablamos de la Generación del compromiso (nos sirven como base los estudios en este sentido de autores como Antonio Altarriba o Manuel Barrero) nos referimos a guionistas y dibujantes nacidos mayoritariamente en la posguerra y que comenzaron en buena medida a trabajar en el medio siendo muy jóvenes, dentro de las agencias de historieta. Durante la Transición despertó en ellos una marcada conciencia autoral. Encontraríamos aquí, entre otros, a Josep Maria Beà, Montse Clavé, Alfonso Font, Luis García, Carlos Giménez, Felipe Hernández Cava, Alfonso López, Leopoldo Sánchez, Enric Sió, Mariel Soria, Adolfo Usero o Marika Vila.

Portada de un número de la revista 'Butifarra!'

"Contribuyeron de manera decisiva a los avances de la democracia"

Julio también considera que estos colectivos de cómic contribuyeron a debatir temas como la libertad de expresión, las relaciones laborales, la igualdad de la mujer... "Trataron esos temas con mucha libertad. Contribuyeron de manera decisiva a los avances que trajo consigo la llegada de la democracia. La viñeta aporta un aspecto determinante respecto a otros medios de expresión: la inmediatez. Fueron plumas muy rápidas que plasmaron su visión acerca de estos temas en publicaciones que, en algunos casos iniciales como Butifarra!, se repartían de mano en mano esquivando a la censura".

Encuanto a los colectivos de cómic que destacaría, Julio nos comenta: "Resulta complicado referir tan solo algunos. Quizás destacaría el Colectivo de la Historieta, por la gran cantidad de autoras y autores que reunió y porque fue clave para muchas de las propuestas surgidas con posterioridad. Colectivos como Zeta y Bustrófedon merecerían, en sí mismos, un estudio pormenorizado".

Por cierto que la revista El Víbora, la más famosa de la época, comenzó gestionándose en Asambleas. "Efectivamente -afirma Julio-, durante sus primeros años. Dibujantes como Max aportan buenos testimonios sobre ello. Al fin y al cabo, El Víbora (gran buque insignia e iniciador en muchos sentidos del boom de las revistas de cómic adulto en España), reunió en su redacción a numerosos autores procedentes del underground y de colectivos como El Rrollo".

Portada del primer número de la revista 'El Víbora'

'Tio Vivo' y otros ilustres precedentes

En españa, uno de los precedentes más famosos de esas asociaciones de dibujantes de cómic fue el de la revista Tío Vivo, creada en plena dictadura por un grupo de dibujantes de la Editorial Bruguera (Escobar, Peñarroya, Conti, Cifré y Giner), quienes, sintiéndose explotados y deseando poder controlar los derechos sobre sus creaciones, se independizaron y fundaron en 1957 la cooperativa D.E.R. (Dibujantes Españoles Reunidos).

Aunque, según Julio, los colectivos de los 80 se inspiraban más en sus homólogos francobelgas: "Los precedentes más directos para algunos de los colectivos incluidos en el libro tienen un origen francobelga. Son los configurados en torno a L`Écho des Savanes y Métal Hurlant. Sin embargo, es cierto que España aporta la referencia de Tío Vivo. No fue quizás un influjo directo, por ejemplo, para la emergencia de Rambla o Metropol, pero sí un precedente importante para la forma de entender la gestión de algunas de estas revistas. Tío Vivo supuso un desafío para el gigante empresarial que representaba Editorial Bruguera y para un sistema de producción muy injusto con los autores. Nos dejó el ejemplo de que era posible un planteamiento distinto".

Portada del primer número de 'Bustrófedon'

Ha entrevistado a autores clave de los 80

Para confeccionar este libro, Julio A. Gracia Lana ha hablado con algunos autores míticos de la época: "He entrevistado a Antonio Altarriba, Montse Clavé, Herikberto, Felipe Hernández Cava, Alfonso López, Leopoldo Sánchez, Mariel Soria, Strader y Marika Vila. También he planteado algunas consultas puntuales a Paco Baena y a Pepe Gálvez. Aprovecho para agradecer de nuevo a todos desde aquí su generosidad al compartir conmigo su visión de la época".

"Entre la realización de las entrevistas y la publicación del libro -continúa- hemos perdido además a Leopoldo Sánchez, una de las voces más claras del momento. He aprendido mucho con estas charlas, muchas desarrolladas a distancia, porque la elaboración del libro se vio condicionada por la pandemia. La principal reflexión que saco de ellas es lo mucho que queda todavía por estudiar y por reivindicar respecto a la historia del cómic español".

Portada del primer número de la revista 'Rambla'

Los desafíos sociales del cómic actual y futuro

Ahora también hay fanzines. Pero... ¿Tienen algo que ver con el espíritu reivindicativo de esos de los 80? "Quiero pensar que muchas de las enseñanzas y de las conquistas de la Transición siguen muy vivas -afirma Julio-, pero el universo actual del fanzine no puede responder a las mismas premisas que estas publicaciones de los años setenta y ochenta. Aunque las autoras y autores jóvenes tienen por desgracia desafíos sociales similares, que van desde la comentada precariedad hasta la presencia del machismo".

En cuanto al papel que debe jugar el cómic en la sociedad, Julio nos comenta: "El cómic es un medio artístico y de expresión con muchas posibilidades todavía por desarrollar, en el que sigue teniendo un espacio crucial la reivindicación. Desde mi punto de vista, la democracia no es algo de lo que vayamos a disfrutar siempre sino la defendemos. Tenemos que seguir para ello consolidando y aumentando el abanico de los derechos sociales".

"Existe una tendencia que podemos entender como «social» en la novela gráfica actual -continúa-. Es paralela a la que tiene lugar, por ejemplo, en el cine reciente. Todo ello muestra cómo para muchos guionistas, dibujantes o directores, la cultura puede servir como punta de lanza para desarrollar cambios".

Desgraciadamente la únic arevista que nos queda de esos años ochenca, El Jueves, acaba de pasar a mensual después de más de 40 años de publicación semanal. "El Jueves es la gran superviviente de las revistas satíricas de la Transición. El paso de semanal a mensual, acostumbrado a su constancia, lo observo personalmente con cierta inquietud, pero confío en que suponga el mantenimiento de su publicación" -asegura Julio-.

Portada de 'Creatividad e Idependencia. Colectivos de cómic durante la transición'