Domenico Starnone, el maestro italiano que aflora la debilidad humana: "Los libros deben removernos"
- El escritor presenta en España su última novela Vida mortal e inmortal de la niña de Milán
La literatura de Domenico Starnone es cualquier cosa menos complaciente. Con mecanismos precisos de maestría decapa los detalles de lo cotidiano, enmascarado en el tejido denso de las relaciones humanas, y aflora un espejo incómodo.
“La literatura no es consoladora, si queréis algo que os tranquilice comprar en la farmacia. Los libros tienen que remover y desestabilizar”, señala citando a su idolatrado Kafka “para mí este escritor es como un dios”, afirma vehemente.
“La tarea del novelista es romper la cáscara de la obviedad”, siempre desde la experiencia de lo personal pero sin “azucarar” y sin moralinas, redondea.
Valorado como uno de los maestros italianos de las letras, Starnone atesora los premios más prestigiosos como el Strega (Via Gemito, 2001), es autor teatral de decenas de textos, articulista, y ha consagrado su reverencia por el lenguaje impartiendo clase durante más de 40 años.
El escritor ha presentado en España su último libro Vida mortal e inmortal de la niña de Milán (Lumen). Un cuento corto de rito de iniciación tan emocionante como crudo, en el que un niño napolitano se enamora de una misteriosa niña, “La milanesa”, que danza grácil en el balcón.
El pequeño anhela convertirse en poeta acunado por el cariño sin fisuras de su “nonna”. Una abuela maltratada por la vida y congelada en el recuerdo de su esposo fallecido en su juventud cuya historia deriva en mito, impulsada por la imaginación del niño.
“El amor en cualquier forma es un salvavidas. Cuando vivimos con angustia, el enamoramiento hacia otro ser humano o el de la abuela hacia su nieto da de inmediato una finalidad a nuestra existencia. La promesa de amor es galvanizante y la falta de amor es deprimente”.
"No hay que oponerse a los cambios en la lengua"
Dos universos conectados que se distancian por la barrera invisible del idioma que trabaja como metáfora del ascensor social: del italiano “culto” de la milanesa, que admira el niño, al dialecto napolitano de los trabajadores que usa la “nonna” en su jerga cotidiana.
“La voz de los muertos perdura en el lenguaje. El de la abuela está cargado de historia y a través de ella hablan generaciones que han usado ese dialecto y llevan esa experiencia. Lo han cargado de fuerza emotiva y lo han traído hasta nosotros”, desarrolla el Starnone profesor que afina sobre los matices que amasan la lengua y sus inputs generacionales.
“Creo que hay que observar los cambios, intentar gobernarlos pero nunca oponerse a ellos de ninguna forma porque no tiene sentido”.
Cortés, enérgico y apasionado a sus 80 años, la escritura de Domenico Starnone ha llegado más bien tarde a España pero a cambio ha sumado un aterrizaje más que aplaudido.
En 2018 se publicó Ataduras (Lumen), la incisiva autopsia de un matrimonio en descomposición que ha sido llevada al cine por Daniele Luchetti con el título de Lazos, y cuenta con una aclamada versión teatral.
“Creo que al final cuando alguien escribe algo valioso se acaba apreciando a través del tiempo”, señala retornando a la corta vida creativa de Kafka, y añade que los novelistas españoles que le perturban son Javier Marías, “Corazón tan blanco es una pequeña obra de arte” y Javier Cercas, “creo que sus libros te hacen reflexionar y hablar sobre las cosas”.
Al napolitano también se le ha vinculado durante años con el enigma de la identidad de Elena Ferrante. Una investigación atribuía a su esposa, la traductora Anita Raja, estar detrás del pseudónimo de la exitosa creadora de La amiga estupenda e incluso se barajó una autoría a cuatro manos con el propio Starnone.
El escritor lo ha negado categóricamente: “Es que es una tontería”, responde ahuyentando la idea y se marcha resuelto por las calles de Madrid donde se funde anónimo entre el gentío sin desperdiciar una gota de su misterio.