Pedro Pitarch, teniente general: "Rusia tiene prisa por romper el frente del Donbás"
- El teniente general Pedro Pitarch, ex Comandante General del Cuerpo de Ejército Europeo, analiza la guerra
- "Si China se decantara por Rusia estaríamos en los prolegómenos de una guerra mundial", advierte el militar
- Guerra Ucrania - Rusia, sigue la última hora del conflicto en directo
La guerra en Ucrania cumple este viernes un año. En un mundo dividido por la invasión lanzada por Rusia, RTVE entrevista al teniente general Pedro Pitarch, ex Jefe de la Fuerza Terrestre de España y ex Comandante General del Cuerpo de Ejército Europeo, que analiza la situación bélica en Ucrania y la globalización del conflicto.
PREGUNTA: ¿Cuál es la situación actual en el campo de batalla en Ucrania?
RESPUESTA: Hay una especie de pausa en casi todo el teatro de operaciones, exceptuando los bombardeos a las infraestructuras por parte de Rusia. Y luego hay una actividad combativa grande en la zona del Donbás, entre Vulehdar en el sur y Kreminna en el norte. Esta es la situación actual.
P:¿Puede hablarme con más detalle de esa línea entre Vulehdar y Kreminna?
R: Es lo que yo llamo el Frente Central, de una longitud aproximadamente de 130 kilómetros. Ahí las tropas rusas están haciendo todo el esfuerzo posible, porque si lograsen entrar en lo que yo llamo el trapecio que forman Bajmut, Konstantinivska y Kramatorsk lograrían prácticamente la conquista del Donbás, que es uno de los objetivos fundamentales de esta operación.
P: ¿Usted cree que se detendrían ahí?
R: Desde ahí ya tendrían abierta la puerta en dirección al codo del río Dnieper, a la zona de Dnipropetrovsk y Zaporiyia. Depende de cuál fuera la situación en esos momentos, es decir, del quebranto que pudieran haber sufrido las tropas rusas en su entrada en el corazón del Donbás, y depende también de la situación de las tropas ucranianas, si tuvieran capacidad para pararlos antes de que siguieran hacia el río Dnieper. Inicialmente, el objetivo operacional de toda la campaña rusa a partir del 24 de febrero era precisamente la línea que iba desde Jersón hasta Zaporiyia, Dnipropetrovsk y de ahí a Jarkov. Por tanto, yo diría que, desde el punto de vista de las operaciones terrestres, la finalidad y los objetivos rusos no han variado demasiado.
P: ¿Cree que a día de hoy Rusia está cerca de romper el frente ucraniano en el Donbás?
R: Yo pienso que tiene la posibilidad de hacerlo, porque, además, desde su punto de vista, debería hacerlo porque le corre prisa. Le corre prisa antes de que lleguen a la zona los carros de combate pesados que enviará la OTAN y todo el armamento y munición que acompaña a todo eso. Llevará su tiempo porque lo que mandan no son carros de combate solamente, sino que es todo un sistema de armamento, con su logística, con su mantenimiento, etc. Por tanto, desde un punto de vista militar, Rusia tiene prisa por meter toda la carne en el asador para romper el Donbás.
P: En el caso de que no consiga romper el frente y lleguen los blindados y todo lo que les acompaña a Ucrania, ¿eso crea la posibilidad de un contraataque ucraniano o de una nueva situación de contención mutua?
R: Bueno, lo primero que está por demostrar es que esa transferencia de la potencia ofensiva y de choque que supondrían, teóricamente, los carros de combate pesados en Ucrania, sea realmente definitiva. Porque los carros no son autómatas, los carros están tripulados y, por tanto, influye la moral de los combatientes, el entrenamiento, la experiencia, el conocimiento del empleo de esos medios que, además, son nuevos y mucho más sofisticados, seguramente, de los que estaban utilizando hasta ahora, que son de la era soviética. Y luego, por otro lado, yo tengo la sensación de que Rusia también ha aprovechado este tiempo de invierno y las relaciones que tiene con otros países para rearmarse. Podemos llevarnos alguna sorpresa.
Ucrania, un enorme campo de tiro
P: ¿Qué tipo de armas podría haber adquirido? ¿Nuevos drones? Se habla de drones chinos…
R: Drones, por descontado. Además, los drones son una lección aprendida y son un objetivo ya buscado por todos los países para la defensa de sus respectivos territorios. Yo tengo la sensación de que, lógicamente, Rusia, tenía gran cantidad de municiones y tenía gran cantidad de armas, las va consumiendo y tiene que reponerlas. Puede ser que la acumulación previa fuera muy grande, pero realmente esas reservas se van consumiendo, y además diariamente y a muy buen ritmo. Hay que entender que Rusia está recibiendo armamento de ese tipo y supongo que está rearmando sus aviones, está poniendo a punto sus misiles supersónicos que son inalcanzables por las defensas que tiene Ucrania… En fin, es una guerra en la que Ucrania se ha convertido en una especie de enorme campo de tiro, enorme campo de maniobras para todo el mundo.
P: Hemos hablado del escenario bélico actual. ¿Qué posibles situaciones se pueden ahora?
R: Escenarios teóricos hay muchos. Por empezar de norte a sur, y del lado ruso, está la amenaza desde territorio bielorruso. La sensación que dan es que han conseguido una mayor integración entre las tropas rusas y las bielorrusas. De momento eso ha tenido un efecto importante y es que se ha ampliado el frente que tiene que defender Ucrania de un enemigo potencial.
P: ¿Y la contraofensiva ucraniana?
R: Eso sería en el sur. Teóricamente, Ucrania podría intentar una penetración desde la zona de Zaporiyia, desde la misma Zaporiyia y desde Dnipropetrovsk, para intentar romper esa franja del litoral norte del mar de Azov, que es la que permite la unión física por tierra entre Rostov del Dom en Rusia y la península de Crimea. Esa amenaza ucraniana potencial está precisamente atajada en estos momentos por Rusia, que está fortificando una línea que va desde el codo del Dniéper en dirección hacia el este en unos 50 kilómetros, precisamente para intentar cerrar esa posible penetración. Los rusos, por su parte, podrían hacer lo contrario: intentar desde ahí, desde el bajo Dniéper, una penetración directa en combinación con una potencial ruptura del Frente Central del que hemos hablado antes en el Donbás, en dirección a Zaporiyia y Dnipropetrovsk.
P: ¿Habría algún punto más?
R: En el sur, en la zona de Jerson, tras el repliegue de las tropas rusas, que dejaron por medio el curso del río Dniéper. Pero ahí yo creo que los rusos se sienten fuertemente protegidos en su defensa y no necesitan demasiado potencial. Y luego aparece una nueva región a la que Rusia está, digamos, apuntando, está delimitando, que es la zona de, digamos, la cola que tiene Ucrania en dirección al río Dniéster en el sur, en el Mar Negro. Recientemente ha enviado algún dron náutico a la franja que cierra el estuario del río Dniéster y de ahí a Transnistria, e incluso lo ha apuntado con la decisión de no reconocer de algún modo la independencia de Moldavia. Eso sería, digamos, un salto de escala importante, porque ya estaría a las puertas de la OTAN por la vía de Rumanía.
P: De hecho, en las últimas horas se han visto movimientos de tropas ucranianas cerca de Moldavia, y las tropas rusas acantonadas en Transnistria están en alerta. ¿Qué podría pasar ahí?
R: Ahí podría pasar que ya estaríamos hablando de un frente hasta ahora no contemplado, consumidor de esfuerzos y sobre todo políticamente, como he dicho antes, estaría apuntando a una posible o potencial amenaza de penetración por la zona de Rumanía. Esto ya son palabras mayores. En mi opinión, sería un despliegue o una operación muy posterior que no sé si está o no en el ánimo de Moscú realizarla. Pero, en todo caso, es una amenaza que ellos apuntan y que posiblemente obligue, y ese es uno de los efectos colaterales de los objetivos principales de Rusia, a fijar fuerzas ucranianas en determinados sitios simplemente como defensa.
P: A día de hoy, un año después de la invasión, ¿cree que puede haber un ganador en el campo de batalla?
R: Aquí la pregunta es ¿qué significa la palabra ganador? Este es el tema. Cada uno, digamos, intenta destruir al otro por completo. Pero eso no va a suceder, creo yo. No puede suceder. Porque, realmente, lo que hay y lo que se está dirimiendo ahí es una confrontación entre la OTAN, liderada por Estados Unidos, y Rusia, sobre el terreno ucraniano. La victoria de uno supondría la derrota del otro. Estoy hablando, no de Ucrania, que es un medio, es un escenario, es el campo de fútbol, pero los jugadores reales son otros. Entonces, la derrota de la OTAN sería tremenda desde nuestro punto de vista, y la derrota de Rusia podría llevar a una implosión de Rusia como tal. Y entonces tendríamos que prepararnos, quizás y desafortunadamente, a ver pequeñas repúblicas radicales islámicas, cada una con su pequeña porción de armas nucleares. Eso es un espectáculo que no quiero ni imaginármelo, pero que está ahí y hay que contemplarlo en cualquier planeamiento serio.
P: Usted ha hablado de rumbo de colisión entre los grandes bloques. ¿Qué significa?
R: Estamos en una deriva de confrontación superior. Estamos en una escalada, tanto de armamentos como de tensión política. El rumbo de colisión al que me refiero tiene un componente muy globalizador. ¿Por qué? Porque de un mes a esta parte están los viajes, por ejemplo, del secretario general de la OTAN, Stoltenberg, a Corea del Sur y a Japón, donde dijo que iba a incrementar y reforzar los lazos que unen a esos países con la Alianza Atlántica. Claro, yo he sido un general de la Alianza Atlántica, de la OTAN, en el cuartel General, en el mando supremo aliado en Mons, en Bélgica y ver al secretario general de la Alianza pululando por un escenario muy comprometido en el que ya entra de lleno China, los intereses chinos, ya me preocupa un poco. Y, por otro lado, todo esto ha coincidido con una visita también del señor Austin, secretario de Defensa de Estados Unidos, también a Corea del Sur y a las Filipinas. Por tanto, eso realmente es preocupante como potencial de lo que puede pasar. Y luego, por otro lado, está la reunión del ministro de Exteriores chino en Moscú con el señor Putin. No sé qué saldrá de todo eso, pero algo se está fraguando, y no bueno.
P: ¿Hasta dónde puede llegar la escalada?
R: Lo que se está haciendo es incrementar la tensión y la potencialidad de derivar a mayores. Luego hay que combinarlo, claro, y esto lo vengo diciendo desde el principio de la invasión, con la cuestión nuclear. El arma nuclear está ahí, en reserva y es factible. Rusia y Estados Unidos tienen una triada nuclear tremenda, cosa que no les ocurre a las otras potencias nucleares, que no tienen los tres espacios: silos terrestres, aviones estratégicos y submarinos. Pero realmente está ahí y es toda una incógnita. No tengo una bola de cristal, pero, en el plano de operaciones convencionales, esto puede durar muchísimo tiempo, demasiado tiempo, para todos los que estamos sufriendo en la guerra, sin querer nada más que la paz.
P: China ha hecho una propuesta para frenar la guerra: en síntesis, alto el fuego, respeto de fronteras y Ucrania fuera de la OTAN con garantías de seguridad. ¿Qué le parece?
R: Yo espero que esto acabe en una mesa de negociaciones y que realmente lleguen a un acuerdo. China efectivamente podría desempeñar un papel muy relevante en dicha negociación. Porque si China se decantara decididamente por el apoyo a Rusia, al igual que nosotros proporcionamos armamento a Ucrania, entraríamos en un escenario tremendo y estaríamos, quizá lo estamos ya, en los prolegómenos de una guerra mundial.