Jugarse la vida por un 'selfie': cada 13 días muere una persona por hacerse fotos peligrosas
- La edad media de las víctimas ronda los 24 años y más de la mitad son hombres
- La última muerte en nuestro país por esta causa fue en enero, cuando un hombre fue arrollado en unas vías de tren
Cada 13 días muere una persona tomándose una foto a sí misma en sitios peligrosos: en sitios que dan vértigo, con animales salvajes demasiado cerca o cometiendo alguna imprudencia. 'Selfies' que pueden costar muy caros, según los datos de un estudio de la Fundación iO, especializada en Medicina Tropical y del Viajero.
"Normalmente, buscan la foto que ha visto en las redes, si ese sitio supone un riesgo, ahí tenemos el problema", afirma en 'La Hora de la 1', Cristina Juesas, portavoz de la fundación, que ha elaborado el informe.
Según este mismo estudio, la edad media de las víctimas ronda los 24 años y más de la mitad de las víctimas son hombres. La última muerte en nuestro país tuvo lugar en enero, cuando un hombre fue arrollado en unas vías de tren en Fuenlabrada, cuando trataba de hacerse un 'selfie' extremo.
Una práctica que preocupa a los expertos
Estas personas pierden la vida por un “puñado de likes”. La búsqueda de la originalidad y la creatividad en las fotos que luego cuelgan en sus redes sociales, termina siendo mortal para algunos usuarios de estas plataformas: "Se trata de gente que tiene el foco en si tengo mil 'likes', mañana tengo que tener 1.200, porque si no les genera ansiedad. Eso es lo que les lleva a cualquier precio por tener la repercusión que ellos quieren", explica José Noblejas, experto en Marketing Digital.
Precisamente esa necesidad de aprobación en las redes sociales es lo que llevó al fotógrafo británico Jordan Howes a arriesgar su vida en numerosas ocasiones. Lleva desde los once años inmortalizando escenas de infarto: "Es más peligroso caminar por la calle que estar haciendo cosas en grúas, o en edificios muy altos", apunta en 'La Hora de la 1'.
Además, este joven asegura que antes de cada foto estudia minuciosamente el terreno, aunque el riesgo de caer al vacío siempre está ahí: "Una vez estaba escalando un edificio y una de las partes de la grúa que estaba sobre el mismo se movió. Y en ese momento pensé que podía morir", relata.
El auge de esta práctica preocupa a los expertos. El efecto imitación ha llevado a decenas de jóvenes a reunirse cada tarde a determinados puntos considerados peligrosos para conseguir la anhelada foto que le proporcione un mayor número de 'me gusta' en sus cuentas de redes sociales.
"Es triste que se pierda así la vida"
El motivo por el que algunas personas se juegan la vida por conseguir un autorretrato, está claro: conseguir mayor notoriedad en las redes sociales. Además, otro dato que desprende el informe es que la mayoría de muertes por esta causa se producen de vacaciones. Es el caso que sucedió en Benidorm, que acabó con el angustioso rescate que protagonizó un socorrista en una playa. Trató de salvar la vida a una turista que cayó al mar mientras se hacía una foto.
Una historia que no acabó con final feliz y que provocó que el socorrista se jugará la vida para intentar salvar a la joven: "Ese día teníamos bandera roja. A los cuatro días nos informaron los compañeros de que la mujer había fallecido. Es triste que se pierda así la vida", explica el socorrista.
Otro de los ejemplos de los últimos años es la moda de sacarse una foto en un conocido lago gallego de aguas turquesas. El lugar es el Monte Neme, una antigua mina de wolframio ubicada en La Coruña. Este paraje paradisiaco ha mandado al hospital a más de un 'instagramer'. "Son aguas que poseen metales pesados, que están en las rocas, que pueden provocar toxicidad y, por tanto, irritar también todo el sistema gastrointestinal, producir vómitos, náuseas o diarrea", concluye Beatriz Palacios, médico Ambiental del Hospital de La Paz.