La nómina de febrero llega con cambios: ¿en qué debemos fijarnos para entenderla?
- Pese a su importancia, no todos los trabajadores la consultan habitualmente ni tampoco son conscientes de sus componentes
- Con el fin de entenderla, es importante atender a los ingresos brutos, las retenciones y, por supuesto, a la cuantía final
La nómina es uno de los documentos más esperados a final de cada mes, pero no todos los ciudadanos la entienden con claridad. De hecho, pese a su importancia, no todos los trabajadores la consultan de forma habitual ni tampoco son conscientes de sus componentes, lo que puede conllevar que se pasen por alto posibles errores en las cuantías o en las retenciones.
Sin embargo, algunos meses hay diferencias en la cuantía final y para muchos empleados es difícil de identificar dónde se han producido los cambios. Precisamente, la nómina de febrero llega con novedades para algunos trabajadores: los sueldos inferiores a los 35.200 euros tendrán menos retención tras la rebaja en el IRPF aprobada por el Gobierno, por lo que podrían ver incrementada su nómina a partir de ahora.
Pero, ¿qué pasos hay que seguir para entender una nómina? Es importante atender a los ingresos brutos, las retenciones y, por supuesto, a la cuantía final.
Comprobar los datos personales
En primer lugar, a la hora de leer una nómina, es importante comprobar que los datos que aparecen en la parte superior son correctos. Encontraremos datos sobre la empresa (nombre, domicilio social, NIF y número de inscripción a la Seguridad Social) y sobre el trabajador (nombre y apellidos, DNI, número de afiliación, puesto de trabajo, grupo profesional, categoría y antigüedad), así como referencias a los días trabajados por los que se está recibiendo el pago salarial.
Son los datos que, como mínimo, debe recoger cada documento, que recordamos la empresa debe entregar de forma obligatoria, ya sea en formato papel o digital, a los trabajadores. No obstante, se puede ampliar con otras especificaciones de interés para ambas partes.
Asimismo, asegura a TVE la abogada laboralista y socia en Ecija Advisory, María Jesús Álvarez, también es obligatorio que "la empresa te explique qué se aplica en la nómina", pues "muchos de esos conceptos vienen por convenio colectivo según la actividad, por la categoría o la posición que tiene el empleado".
Analizar los devengos
El segundo paso es el de analizar los devengos o ingresos brutos, esto es, las cantidades que la empresa entrega al trabajador como retribución por su trabajo. En este apartado se incluyen las percepciones salariales, como el salario base y los complementos, pero también es posible incluir otras 'no salariales' como las horas extra, las dietas o los pagos por desplazamiento.
En el caso del salario base, es una cifra que viene marcada por nuestro convenio. Por ejemplo, para un convenio que marque 25.000 euros brutos al año, nuestro salario base será de 1.785,71 euros en doce pagas, más dos pagas extra por la misma cantidad. Por lo general, esta cantidad contabiliza pocos cambios, y son más habituales a principios de mes con las subidas de sueldos.
Los complementos, por su parte, se fijan en función de las características relativas de cada trabajador o empresa. Mientras que las horas extraordinarias son aquellas que se desempeñan fuera de nuestro horario laboral.
Deducciones por el IRPF
No obstante, la cantidad que aparece en los devengos no es la que finalmente nos llega a final de mes a nuestra cuenta bancaria. Antes, la empresa aplica una serie de retenciones a cuenta del pago del IRPF del ejercicio fiscal en curso y por otros conceptos relacionados con la Seguridad Social, como el desempleo o la jubilación.
De ellos, será la deducción por el IRPF la que más cuantía restará a la nómina, si bien el porcentaje es variable y depende de la situación personal del trabajador, su situación familiar o su tipo de contrato. "Si tiene hijos, tiene esposa o marido a su cargo, alguien minusválido... eso va totalmente relacionado con el algoritmo que tiene la agencia tributaria para calcular qué tenemos que pagar", añade Álvarez.
Así, tal como apunta la experta, la retención puede variar en cada nómina si hay cambios económicos o personales en las condiciones del trabajador. Y, por lo general, suele ser más alta a final de año que al principio por los ajustes.
En el caso de febrero, con la rebaja del IRPF a las rentas inferiores a 35.200 euros, estos trabajadores verán cómo en este capítulo se aplica un porcentaje inferior al del mes de enero. No obstante, cabe recordar que dichos porcentajes después se ajustarán en la Declaración de la Renta, cuando se establece una cantidad concreta en función de los ingresos totales en el conjunto del año.
En el caso de los trabajadores que cobren menos de 15.000 euros anuales, su retención se situará en el mínimo, el 2%, ya que están exentos de tributación. Esta es otra novedad de 2023, pues el Gobierno acordó subir esta cantidad en 1.000 euros (antes eran 14.000 euros anuales).
Comprobar el líquido total a percibir
Por último, hay que atender a la cantidad neta o líquido total a percibir. Se trata de la cuantía que se obtiene cogiendo el total devengado y restándole todas las deducciones anteriormente comentadas. Además, de un tiempo a esta parte, en la nómina también se refleja la aportación de la empresa a la Seguridad Social en nombre del trabajador.
Por lo general, la cantidad debe ser similar todos los meses, por lo que si detecta errores, lo mejor es contactar con el servicio de Recursos Humanos de su empresa para que resuelva cualquier tipo de duda.