Los retos éticos del metaverso y la inteligencia artificial: ¿cómo afectarán las nuevas tecnologías a nuestro día a día?
- Distintos expertos debaten sobre los nuevos retos que plantea la tecnología en el futuro
- Más allá del móvil: la tecnología del futuro se huele, se prueba y se siente
- En el Mobile World Congress ya se habla del 6G, pero aún queda mucho para que se haga "realidad"
¿Podrá una persona con depresión recibir una terapia a través de un videojuego del metaverso? ¿Deberíamos tener derecho a no estar en el mundo digital? ¿Cómo incluir la ética en el diseño de la tecnología? ¿Podría el metaverso luchar contra la corrupción?.
El uso ético y responsable de la tecnología es uno de los debates que se ha colado este año en la edición del Mobile World Congres. El evento tecnológico de Barcelona ha celebrado el Digital Future Society, un foro organizado por Mobile World Capital en el que diferentes expertos han debatido sobre la ética, la inclusión de los derechos y nuestra responsabilidad dentro de estos cambios.
Recientemente, la irrupción de ChatGPT y otros servicios como Kuki Al ha dado un vuelco a las posibilidades de la tecnología. Ante un mundo digital que abre las puertas a la inteligencia artificial, la realidad virtual y el metaverso en total efervescencia, también se presentan nuevos retos a los que hay que dar respuesta.
El metaverso aún no está aquí, pero lo estará en algún momento. Expertos en tecnología como la directora asociada del IE Centro para la Gobernanza del Cambio, Esther Paniagua, lo dan por hecho. Las mejoras en la conexión y en la tecnología lo permitirá. Ahora mismo el 5G permite que esas conexiones aún están fragmentadas, pero el 6G llegará para permitir desplegar el metaverso, que promete eliminar los límites entre el mundo digital y el real. Uno de los principales retos a los que hay que enfrentarse es cómo puede ser un lugar “seguro”.
¿Inteligencia artificial para combatir la soledad, la depresión y el suicidio?
Según los expertos, en la actualidad hay tres importantes epidemias a combatir: la soledad, la depresión y ansiedad y el suicidio. ”La inteligencia artificial puede ser decisiva para prevenir el suicidio”, apunta Poonacha Machaiah, cofundador y director de Metaverso en Seva.Love, una web que se define como “el Metaverso Global para la Plataforma de Bienestar”.
“Con la Realidad aumentada, la Realidad virtual y la inteligencia artificial se pueden crear comunidades. Y construir amor y compasión con un algoritmo“
Para Machaiah, la soledad se podría tratar con “chatbots”. “No deberíamos sentirnos solos nunca, ni siquiera a las tres de la mañana. Sería un servicio 24 horas”, detalla. Para la ansiedad, este emprendedor propone diseñar un juego en el metaverso que haga disminuir la ansiedad. “Con la Realidad aumentada, la Realidad virtual y la inteligencia artificial se pueden crear comunidades. Y construir amor y compasión con un algoritmo”, asegura Machaiah.
Una idea que parece "irrealizable" reflexiona Paniagua: “¿Cómo podemos hacer eso teniendo en cuenta que las redes se establecen relaciones superficiales?”
La ética, indispensable
La filósofa Carissa Véliz, profesora asociada de la Universidad de Oxford, tampoco ve sencilla la tarea "Creemos que hay buenas intenciones, pero la historia nos dice que eso no es suficiente. Las soluciones en el metaverso también generan amenazas".
Tampoco le cuadran la cantidad de datos que se deberían recoger: "Para que una aplicación de realidad funcione bien, es importante que traquee, por ejemplo, el recorrido de tus ojos... y de ahí se puede extraer mucha información". Y pone otro ejemplo: "Como se mueve la gente es increíblemente único. Tan solo se necesitan cinco segundos de datos para detectarlo".
“La ética no dependen del azar, la tenemos que crear“
"Pero tenemos que pensar en lo peor", asegura. Por ello, esta filósofa defiende que es clave incluir la ética en cómo se va configurando la tecnología, insistiendo en esta idea: "La ética no depende del azar, la tenemos que crear".
"Una parte importante de la ética es la autonomía. Si diseñamos la tecnología para ser autoritaria, que te obligue a dar los datos para usarla, entonces nos estamos cargando la autonomía", reflexiona Véliz. Y, según esta experta, una gran parte de la solución pasa para "convencer las compañías que hay una ventaja competitiva siendo éticas": "Las que lo son, también son mejores adaptándose a la regulación".
Por la inclusión financiera y la regulación, también en el mundo digital
La regulación por la que aboga Mónica Taher, empresaria y vicepresidenta de Marketing de RocketFuel, es la inclusión financiera. Durante su intervención, Taher reclamó que no se deje de lado a todas las personas que ya ahora no tienen acceso a servicios digitales, por ejemplo, en el mundo bancario. Se trata de unos 1.700 millones de personas en todo el mundo que no están 'bancarizadas', lo que significa que no tienen una cuenta bancaria.
“Es un gran problema, especialmente para las mujeres, ¿por qué? Porque 980 millones de esos 1.700 resultan ser mujeres, lo que representa el 56 % de todas las personas en el mundo que no tienen acceso a los servicios bancarios. Eso significa, literalmente, que el 56 % de las mujeres viven en el umbral de pobreza”, denuncia Taher.
“Para que llegue a todo el mundo en el metaverso, se necesita regulación“
Añade, además, que las mujeres son las más desfavorecidas: "Las nuevas tecnologías deberían hacer que ese acceso también esté asegurado en el metaverso", por ejemplo. “Para que llegue a todo el mundo en el metaverso, se necesita regulación”. Taher propone que sean los gobiernos los que se pongan manos a la obra en el asunto.
También apuesta porque el metaverso se convierta en una herramienta contra la corrupción. “¿Cómo podríamos lanzar las 'cripto' para hacer aflorar la transparencia? El blockchain utilizado en las monedas digitales permitirían luchar contra la corrupción. El blockchain es una necesidad, no un lujo”, reclama.
El derecho a no estar en el mundo digital
Del mismo modo opina Ricardo Baeza-Yates, director de Investigación del Instituto de IA Experimental de la Universidad del Noreste, Asegura que durante la pandemia se pensaba que el problema sería el acceso a internet. “La mayor parte de la gente tiene internet, solo hay una minoría de gente que no. Nos dimos cuenta de que ese no fue el problema. Digamos que tienes un ordenador para una familia. ¿Cómo lo haces para compartirlo si los padres tienen que trabajar? Las mujeres son las grandes afectadas porque la prioridad va a ser siempre para que el hijo estudie”, detalla. Por eso, para este investigador evitar incrementar no solo la brecha digital en toda la población, sino incluso dentro de la familia es una de las cuestiones que se deberían debatir.
“No estamos pensando lo suficiente cuál será el próximo paso y lo que todos queremos“
Por último, Baeza-Yates plantea una reflexión: el derecho de la gente a no estar en el mundo digital." Creo que, a veces, estamos siendo forzados por la tecnología. La ética se está quedando atrás hasta que tengamos un problema Siempre vamos por detrás de eso. No estamos pensando lo suficiente cuál será el próximo paso y qué es lo que todos queremos, no lo que algunos quieren. Entonces lo único que estamos haciendo es aumentar la desigualdad”, concluye.