Fernando Moro: "'El niño, el topo, el zorro y el caballo' es muy bonito, aunque un poco triste"
- El reconocido animador madrileño ha participado en este cortometraje nominado al Oscar 2023
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En 2018 el ilustrador Charlie Mackesy empezó a publicar unos preciosos dibujos en internet sobre un niño y tres animales que coincidían en un paisaje nevado, un día de primavera, y se auxiliaban mutuamente. Luego lo convirtió en un libro: El niño, el topo, el zorro y el caballo. Una fábula llena de buenas intenciones sobre el amor, la amabilidad y el respeto a la naturaleza, a la que muchos han comparado con El principito y que fue uno de los libros más exitosos de las navidades de 2019. Y en diciembre pasado se estrenó bellísimo mediometraje de animación, codirigido por el propio Charley y el también británico Peter Baynton.
J.J. Abrams y Woody Harrelson son los productores ejecutivos de este mediometraje que Apple TV+ estrenó en todo el mundo durante el pasado día de Navidad. Uno de los favoritos al Oscar de este año después de haber conseguido el Bafta y cuatro premios Annie (Incluído el de mejor especial de animación).
Hemos hablado con uno de sus animadores, el veterano artista Fernando Moro, que ha participado en películas míticas como En busca del valle encantado, Anastasia, o Klaus. "Un día me contactó una mujer por linkedin, a la que no conocía de nada, me enseñó el libro, me contó que era de una empresa inglesa que estaba empezando y me preguntó si estaría interesado en hacer la película. Estuve trabajando con ellos un año y hace unos días mi supervisor, Tim Watts, ganó el Annie por este corto, así que estamos muy contentos".
"Sobre todo -nos comenta-, yo me he encargado de la animación de los animales, principalmente el caballo, aunque también he trabajado con el zorro y algo menos con el niño".
Una historia de autoayuda
El cortometraje cuenta la historia de un niño que se pierde en un paisaje nevado y al que auxilian un topo, un zorro y un caballo, creándose un vínculo especial entre ellos. "Yo creo que lo fundamental es que es una historia de autoayuda para niños. Es muy bonita, aunque un poco triste, y la historia es muy sencilla. Y va dirigia a niños con complejos o problemas de autoayuda. Como el niño protagonista que piensa que nunca va a volver a su casa, que no sabe qué hacer, que de mayor no sabe lo que quiere... hata que se da cuenta de todas sus opciones son bastante valiosas".
Además, cada animal representa una parte de ese niño protagonista y de nosotros mismos: El niño es curioso; el zorro desconfiado; el caballo sabio; y el topo es muy entusiasta... y un poco goloso. "Si, el topo le ayuda un poco en lo más básico, luego se encuentran al zorro, que al principio les da miedo proque parece malvado... Y se dan cuenta de que incluso los que parecen malos se pueden convertir en buenos con amistad y amor".
"Ha sido fácil animar las ilustraciones de Charlie"
Una de las razones del éxito del libro (y del corto) son las preciosas ilustraciones de Charlie Mackesy. "Adaptar su estilo a la película ha sido fácil -confiesa Fernando-, porque, exceptuando al topo, que era más cartoon y sus patas eran como rueditas, el caballo, el zorro y el niño eran bastante realistas. Así que, con mirar videos de zorros y caballos y grabar a tus hijos, era bastante sencillo que se movieran de forma más o menos realista. En cuanto al estilo de la línea, de eso se encargaba el departamento de Clean up, que son los que deciden el grosor final de las líneas y, en este caso, ese estilo que parece que los dibujos están hechos a tinta con plumilla. Conseguir eso ya es un poco más complicado, pero han hecho un trabajo excelente".
"Yo lo único que tuve que hacer es contenerme un poco, porque, por mi trayectoria, tiendo un poco a la exageración y querían que la animación fuese muy realista, casi como si fuera un rotoscopio (una técnica usada para dibujar fotograma a fotograma). he quedado muy contento con los resultados".
No es habitual que el escritor del libro en el que se basa la película también la codirija, como ha pasado con Charlie Mackesy. "Al principio nos parecía un poco excéntrico, comparado con el otro director, Peter Baynton, que era un tipo serio y muy enfocado en su trabajo. Charlie era un poco loco, en el buen sentido. Y después de cada reunión nos daba las gracias, nos decía que estaba encantado y que éramos admirables. Aunque en alguna contada ocasión nos pidió pequeños cambios que pueden parecer sencillos pero que en la animación no lo son tanto. No lo digo en el mal sentido porque es su criatua, su hijo y el lo quería así. De hecho, creo que su presencia durante todo el proceso fue fundamental, porque nos ayudó muchísimo".
"Hay muchas tonalidades de nieve"
Repasando la filmografía de Fernando, nos encontramos varios títulos en los que la nieve tiene gran protagonismo, como en este mediometraje. "No lo había pensado pero he trabajado en Klaus, Smallfoot, Hubi, el pingüino, Anastasia.. . Hice esas dos últimas con Don Bluth y Gary Goldman Yo ya me había hecho cargo de los Estudios Moro por aquella época pero era muy mal empresario y me junté con Sergio Pablos, cuando hizo Los Reyes Magos (2003) y desde entonces he colaborado con él. Me gusta la nieve, así que no pasa nada".
Pero... ¿es fácil dibujar la nieve y darle volumen? "Es curioso porque hay muchísimos tipos de blanco -asegura-. La gente de efectos usa un montón de tnalidades. Por ejemplo, el blanco de los glaciares es azul. la nieve, dependiendo de como caiga tiene una tonalida u otra... me encantan los efectos que consiguen pero no soy un experto en ese tema. A veces, en El niño, el topo, el zorro y el caballo tenía que sugerir las huellas sobre la nieve para que las dibujasen los de efectos".
No hay cortometrajes en 3D entre los finalistas al Oscar
Este año en los Oscar no hay ningún cortometraje nominado de Pixar ni de Disney y entre los cinco finalistas no hay ninguno que sea completamente en 3D. Preguntamos a Fenando si la animación más tradicional, que es la que el utiliza, está recobrando fuerza. "Creo, sinceramente, que el 3D sigue predominando. Hace diez o quince años el 2D era el hermano menor y estaba un poco menospreciado, pero gracias a las productoras japonesas, a gente como Sergio Pablos, ahora hay muchas series y películas que apuestan por el 2D. Pero el 3D se sigue imponiendo".
"Actualmente -añade- estamos atravesando una época un poco extraña, con numerosos proyectos cancelados, algunos incluso a pesar de estar bastante avanzados. Pero si la película es buena da igual que esté hecha en 2D o 3D. Para mí lo ideal sería llega a un híbrido con ambas técnicas. Y el mejor ejemplo reciente es Los Mitchells contra las máquinas, que combina ambas técnicas con muy bueen criterio, consiguendo una película fresca y muy diferente a lo que se hace actualmente. Ya lo hicieron con Spiderman: Un nuevo universo. Y yo creo que el futuro podía ir por ahí, por una combinación de técnicas".
Un corto realizado a distancia durante la pandemia
El corto se realizó a distancia durante la pandemia, como nos cuenta Fernando: "Trabajar a distancia fue más fácil de lo que esperaba. Al principio pensaba que sería un caos, pero yo tenía una reunión diaria con mi supervisor y todas las semanas nos reunimos con los ingleses y al final fue fácil coordinarnos un equipo de 150 personas desperdigadas por todo el mundo. De hecho teníamos un mapa con chinchetas de donde estaba cada uno: España, la India, Canada, Argentina, Inglaterra..."
"Todo salió muy bien gracias a que la preproducción estaba muy bien hecha y las órdenes eran muy claras. No había ningún animador que se desviara del estilo que nos habían marcado. Y cuando pasaba lo corregían enseguida. De hecho, yo tuve que cambiar mi forma de dibujar los ojos del caballo porque mi supervisor me dijo que los que yo hacía eran muy bonitos, pero que no eran exactamente los del modelo que nos habían dado. Así que los cambié sin ningún problema".
"Tengo que decir que, desde la pandemia, casi todas las productoras de animación funcionan online. Siempre es bueno relacionarte con la gente, formar un eqeuipo, tomarte un café... pero en la animación este sistema ha venido para quedarse porque podemos trabajar online sin ningún problema".
Fernando es hijo y sobrino de los famosos hermanos Moro
Si el apellido de Fernando os suena es porque es hijo y sobrino de los míticos José Luis y Fernando Moro, fundadores de los famosos Estudios Moro, pioneros de la animación publicitaria para televisión y cine en España y creadores de La famillia Telerín y la Ruperte, la calabaza del 1,23, responda otra vez.
"Yo empecé a dibujar desde muy pequeño con mi padre -nos confiesa-. Traía dibujos a casa todos los fines de semana y mi madre también pintaba. Recuerdo el día que Chicho Ibáñez Serrador apareció por casa con su puro y le pidió que creara un personaje que simbolizara la mala suerte pero a la vez resultase muy querido. Y dijo: "Cuando era joven las chicas me daban calabazas". Y así nació la Ruperta. Además, enseguida empecé a ir por el estudio y de verlo se te pega".
"Empecé a trabajar con ellos profesionalmente cuando tenía 18 años y estaba en COU -añade-. Llegó una película de Televisa, Katy la oruga (1983) y me apetecía probar. Yo quería ser biólogo, pero había que estudiar mucho... así que empecé a ir al estudio por las tardes y fuí aprendiendo. Nunca quisé ser el hijo de papá, así que trabajé muy duro. Luego me surgió a oportunidad de irme a Dublín, a trabajar en el estudio de Don Bluth (Anastasia, En busca del valle encantado... ) Entre mi padre, mi tío, Don Bluth y Gary Goldman me dieron el empujón para aprender animación y que me gustase. Y más de treinta años después sigo aprendiendo. He tenido que hacerme viejo para darme cuenta de lo poco que sabía en aquella época".
La primera película de Bluth en la que trabajó fernando fue un clásico de los 80: "Fue en En busca del valle encantado. Para mí el protagonista no es Piecito sino Little Foot, porque trabajábamos en inglés".
En cuanto a sus proyectos actuales, Fernando nos comenta: "Estoy trabajando como freelance en casa, en un par de series nuevas de las que todavía no puedo comentar nada, porque es secreto. Siempre en 2D. El 3D lo toqué un poco cuando fui supervisor de animación de Planet 51 (Jorge Blanco, 2009). Pero como no me ha hecho falta no he seguido practicando, me siendo muy a gusto con el 2D".