España afronta una segunda ola de gripe casi consecutiva que sorprende a los especialistas
- No es habitual que haya dos oleadas, y menos que una de ellas se produzca en febrero-marzo, cuando los contagios bajan
- Hay diferentes hipótesis para explicarlo, entre las que destaca que la COVID-19 también ha generado problemas inmunológicos
España afronta su segunda ola de gripe estacional, en la que han aumentado con fuerza los contagios del virus de la influenza B. Aunque la incidencia parece haberse estabilizado en los últimos días, los especialistas se muestran sorprendidos por el hecho de que la nueva oleada se haya producido prácticamente a las puertas de la primavera, cuando los contagios habitualmente descienden, y de que se trate de la segunda en una misma temporada, después de la de gripe A que tuvo lugar en otoño.
Según el último informe del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), el organismo encargado de monitorizar la situación epidemiológica en España, la tasa de gripe en atención primaria, el ámbito asistencial en el que repercuten la mayor parte de los casos, "describe una segunda onda estacional de gripe asociada a la circulación de virus de la gripe B", al mismo tiempo que puntualiza que "las mayores tasas de gripe se observan en los menores de 15 años". También refleja que los casos no se están caracterizando por ser especialmente graves, ya que se estima "una tasa de hospitalización por gripe de 2,9 casos hospitalizados por cada 100.000 habitantes".
El informe semanal del ISCIII, con registros de atención primaria y hospitales del 20 al 26 de febrero, indica que la transmisión de esta segunda oleada muestra "signos de estabilización" con 258 casos por cada 100.000 habitantes, tras el pico de incidencia de mediados de febrero que superó los 270.
La actual ola comenzó en el pasado mes por un repunte de casos de gripe B, principalmente en los niños de 0 a 14 años, y también causó un leve aumento de las hospitalizaciones globales, que pasaron del 2,1 a 2,9 casos por cada 100.000 habitantes, con los mayores registros de ingresos en ciudadanos mayores de 80 años (18,1 casos por 100.000). En la última semana, algunas comunidades autónomas han indicado que este aumento de gripe, en medio de una ola de frío, ha superado el "umbral basal" estimado para esta temporada otoño-invierno y han llamado a incrementar la cobertura vacunal en las personas de mayor edad y en niños.
Patrones alterados de los virus
Desde la irrupción del SARS-CoV-2, los virus respiratorios han alterado sus patrones, hasta el punto de que esta temporada de otoño-invierno la incidencia de todos ellos ha registrado valores anómalamente elevados, desde el Virus Respiratorio Sincitial (VRS), causante de la bronquiolitis, a los de la gripe A y B; sin olvidar al propio coronavirus, que sigue generando problemas de salud pública a pesar de que su incidencia en este momento está claramente a la baja.
Las causas de este comportamiento irregular siguen sin estar claras, aunque los especialistas destacan dos por encima del resto. La primera, que es la que más fuerza tiene, apunta a que los millones de infecciones por SARS-CoV-2 que se han producido en la población han generado problemas inmunológicos a nivel general. Sin embargo, otros expertos se decantan por la teoría de la deuda inmunitaria, que sostiene que las medidas que han protegido a la población durante casi tres años han generado también una falta de memoria inmunológica ante estos mismos virus respiratorios. Al haber estado menos expuestos a ellos, han visto cómo su barrera de protección inmunitaria se debilitaba gradualmente.
"Los inmunólogos predecíamos que este año iba a haber muchas más infecciones, pero entre nosotros hay dos teorías. La primera dice que el problema es que el COVID afecta al sistema inmunitario, algo que está descrito científicamente, sobre todo cuando se trata de COVID persistente, lo que nos iba a hacer más propensos a tener todo tipo de enfermedades respiratorias", explica a RTVE.es Matilde Cañelles, inmunóloga del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), quien asegura que "eso es justo lo que hemos visto en este otoño e invierno, con un virus sincitial desbocado y dos oleadas de gripe". "Todos los virus respiratorios nos han estado atacando, incluso ha habido más estreptococos de la cuenta", recalca.
"Aunque otros inmunólogos están a favor de la deuda inmunitaria, y sostienen que como hemos estado tomando medidas de protección durante casi tres años, ahora no íbamos a tener la suficiente memoria inmunológica de esos virus e íbamos a sufrir una oleada de enfermedades infecciosas de todo tipo", continúa desarrollando.
"Puede ser cualquiera de estas dos cosas", opina Cañelles, aunque subraya que "lo importante va a ser lo que pase después del próximo verano, porque si vuelve otra vez a haber muchísimas infecciones respiratorias, entonces sí que lo podemos achacar directamente al COVID, y no a la deuda inmunitaria".
Una "bomba atómica sobre el sistema inmunológico"
El exdirector de Acción Sanitaria de la OMS Daniel López Acuña se inclina claramente por la primera opción, y manifiesta a RTVE.es que "la acumulación de infecciones por COVID a lo largo de estos tres años no han sido solo casos aislados que desaparecen, sino que han sido una verdadera bomba atómica sobre el sistema inmunológico de las personas". "Cada día tenemos más evidencia no solo del COVID persistente, sino de la disrupción que genera la infección por SARS-CoV-2 en el sistema inmunológico, lo que significa más susceptibilidad a otros patógenos", enfatiza este epidemiólogo.
Lo que a él le "llama poderosamente la atención" es que las autoridades sanitarias no estén hablando de este problema desde un punto de vista de la salud pública, ya que "se está dejando pasar, como si esto no tuviese ni implicaciones ni consecuencias, y no tuviésemos que adaptar conductas preventivas mayores".
En este sentido, López Acuña considera que "hay un silencio sepulcral sobre esta evolución de las enfermedades respiratorias agudas en este otoño-invierno", que él achaca al "síndrome de querer enterrar la pandemia, y con ella enterrar toda referencia a problemas de tipo epidémico de enfermedades infecciosas respiratorias", cuando en realidad "hay un número elevado de casos que están acudiendo a la atención primaria".
Este exdirectivo de la Organización Mundial de la Salud critica que, ante la retirada casi total de la mascarilla, una parte importante de la población haya decidido prescindir por completo de ella, incluso cuando padece síntomas compatibles con una enfermedad respiratoria. "Hicimos borrón y cuenta nueva con la mascarilla, y no hemos entendido que estamos todavía en una dinámica precaria", declara.
En cuanto a la situación actual de la pandemia de COVID-19, aunque reconoce que "no hemos ido a un pico ascendente en este inicio de año", cree que todavía es demasiado pronto para cantar victoria, ya que "sigue habiendo casos, hospitalizaciones y fallecimientos por esta enfermedad". Por esta razón, insta a "actualizar la protección inmunológica con la vacuna bivalente a los veinte millones de personas en España que no están en estos momentos suficientemente protegidas", ya que "corremos el riesgo de otro pico de COVID, y no sabemos de qué magnitud", además de que "pueda surgir una variante más agresiva, más contagiosa, y que escape a la eficacia vacunal".