Las protestas contra la reforma judicial del gobierno de Netanyahu se extienden y bloquean el principal aeropuerto
- Los manifestantes bloquean carreteras, el aeropuerto de Ben Gurion y el puerto de Haifa
- Cada vez más sectores se suman a la protesta contra la reforma judicial
Las multitudinarias protestas en Israel contra la reforma judicial impulsada por el Gobierno del primer ministro, Benjamín Netanyahu, se extienden. Los manifestantes han cortado este jueves varias carreteras y el principal aeropuerto del país, el de Ben Gurion, en Tel Aviv, en una jornada bautizada como "Día de la Interrupción" o "Día de Resistencia contra el Dictador".
Posteriormente, una gran manifestación ha recorrido la capital. De momento, al menos 13 personas han sido detenidas este jueves en enfrentamientos con la Policía.
Las manifestaciones contra la reforma duran ya diez semanas consecutivas.
Bloqueo del aeropuerto de Tel Aviv
En Tel Aviv, los manifestantes se han concentrado frente al aeropuerto con la intención de bloquear la llegada de Netanyahu, que a las 13:00 hora local tenía previsto viajar a Roma.
El primer ministro finalmente se ha desplazado al aeropuerto desde Jerusalén en helicóptero. Una vez allí, ha mantenido una breve reunión con el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, que precisamente este jueves visita Israel.
"Dictador mentiroso, no vuelvas aquí", han gritado los manifestantes en alusión al primer ministro, pidiéndole que se quede en Italia.
El ministro de Seguridad Nacional, el ultranacionalista Itamar Ben Gvir, ha acudido a Ben Gurion para supervisar personalmente que el aeropuerto mantenía su funcionamiento y que la policía, que depende de su Ministerio, hacía todo lo posible para dispersar a los manifestantes, informa Efe.
"Nadie dice que no se proteste - ha declarado Ben Gvir - pero no está bien arruinar las vidas de 70.000 personas", en referencia a los viajeros afectados en las carreteras y en el aeropuerto.
En el resto del país también se han bloqueado carreteras y accesos a ciudades, como en Jerusalén, Haifa, o Ranana.
Más sectores se suman a la protesta
Cada semana, nuevos sectores sociales se unen a la protesta, que ya incluye a importantes referentes de la cultura, la economía, la justicia y hasta el Ejército.
En Haifa, que alberga el mayor puerto mercante del país, soldados y reservistas del Ejército han llegado a bloquear el tráfico marítimo.
Otro grupo de reservistas han rodeado con sacos terreros y alambre de espino las oficinas del Foro Político Kohelet, el centro de análisis político que ha promovido la reforma, informa Reuters.
El diario Haaretz ha informado en las últimas semanas de que el malestar por el intento de reforma judicial se ha extendido a varias ramas de las fuerzas de seguridad, incluyendo el Ejército y la Policía. Incluso reservistas de los servicios de inteligencia han escrito a sus superiores advirtiendo de que rehusarían actuar o cumplir con sus tareas si la reforma se lleva a cabo, ya que les provocaría inseguridad jurídica.
Una reforma impopular que pondría al Ejecutivo por encima de la Justicia
La reforma propuesta por el gobierno de Netanyahu, el más ultraderechista y religioso de la historia de Israel, otorgaría más poder al Ejecutivo y menos capacidad de intervención al Tribunal Supremo. Hay que tener en cuenta que el primer ministro está acusado en un caso de corrupción y abuso de poder.
La reforma permitiría que una mayoría simple de parlamentarios pueda anular una decisión del Tribunal Supremo que implique derogar una ley o decisión gubernamental, conocida como "la cláusula de anulación". Esto allanaría el camino para que el Ejecutivo prevaleciera sobre el poder Judicial en caso de conflicto entre ambos.
También contempla regulaciones que reemplazarían a los abogados del Comité de Designaciones Judiciales por cargos políticos y elimina el llamado supuesto de "razonabilidad" para que el Tribunal Supremo pueda impedir el nombramiento de altos cargos políticos si considera que estos han vulnerado la ley.
Las encuestas muestran que la reforma es impopular entre una mayoría de israelíes, que prefieren algún tipo de acuerdo político en lugar de que la mayoría gubernamental haga valer sus votos en la Kneset (Parlamento).
Dos profesores de Derecho, Yuval Elbashan y Daniel Friedman, han hecho circular otra propuesta, y tanto Netanyahu como dos de sus ministros le han dado la bienvenida. Pero los líderes opostiores aseguran que pararán hasta que se suspenda el voto de ratificación de la ley.