Muere el escritor japonés y Nobel de Literatura Kenzaburo Oe a los 88 años
- Ganó el premio Nobel en 1994 convirtiéndose en el segundo autor japonés en lograr este reconocimiento
- Denunció incansablemente en su obra la violencia infligida a los débiles y fue defensor de la causa antinuclear
El Nobel de Literatura japonés Kenzaburo Oe murió durante la madrugada del 3 de marzo a los 88 años por causas naturales, según ha anunciado este lunes su editorial nipona, Kodansha en un comunicado, en el que ha agregado que ya se ha realizado un funeral familiar, a la espera de que se realice una ceremonia pública en su recuerdo.
Nacido en la prefectura de Ehime (suroeste de Japón) el 31 de enero de 1935, Oe estudió literatura francesa en la Universidad de Tokio y ganó el premio Nobel en 1994, convirtiéndose en el segundo autor japonés, después de Yasunari Kawabata (1968), en lograr este reconocimiento, "por su fuerza poética y capacidad de crear mundos donde se condensan la vida y el mito para proporcionar una imagen desconcertante de la situación humana actual", según la organización.
Kenzaburo Oe, uno de los más importantes novelistas japoneses contemporáneos, denunció incansablemente en su obra la violencia infligida a los débiles y se pronunció contra el conformismo de la sociedad japonesa moderna.
Figura intelectual en Japón, se mantuvo constante en su lucha como defensor de la causa antinuclear y de la Constitución pacifista de su país.
Creció en una remota aldea de la isla de Shikoku, en medio de un vasto bosque, escenario que utilizaría con frecuencia en su obra, como un mítico microcosmos de la humanidad. Durante su infancia escuchó las leyendas sobre su pueblo que le contaron su madre y su abuela.
Su juventud se vio oscurecida por la Segunda Guerra Mundial y la mortífera propaganda del régimen militarista japonés inculcada en la escuela.
Traumatizado por la capitulación de Japón después de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki en 1945, sin embargo, es rápidamente conquistado por los principios democráticos traídos por el ocupante estadounidense.
Apasionado de las letras francesas
A los 16 años, la lectura de un libro sobre el Renacimiento francés provocó en él una iluminación: "La expresión y el sentido de libre examen que a menudo aparece en este libro parecía indicarme el camino a seguir para el futuro", diría mucho después el escritor.
Cuando era adolescente decidió ir a estudiar literatura francesa a la prestigiosa Universidad de Tokio, y comenzó su carrera literaria siendo aún estudiante. Gozó de un éxito temprano, con cuentos de temas inquietantes y personajes grotescos o descentrados, espejo inconsciente del malestar de la juventud japonesa de la posguerra.
En 1958, ganó el prestigioso premio Akutagawa para autores jóvenes por Gibier d'Elevage. Esta trágica historia protagonizada por un piloto afroamericano cautivo de una comunidad aldeana japonesa durante la Segunda Guerra Mundial será adaptada al cine poco después por Nagisa Oshima.
El mismo año publicó, de la mano de su editorial habitual, Kodansha, su primera gran novela, Arrancad las semillas, fusilad los niños, una fábula social sobre niños de un reformatorio abandonados a su suerte en Japón durante la guerra. La obra, que acabó siendo uno de sus libros más conocidos, narra la tragedia de la guerra desde una perspectiva rural, un reflejo de sus años de infancia y con influencias de autores modernistas de la época como Jean-Paul Sartre.
“Nunca colaborar con los que están en el centro y tienen el poder“
El escritor, que había vivido una infancia provinciana, decidió quedarse "en la periferia", prometiéndose nunca colaborar "con los que están en el centro y tienen el poder".
En 1963, el nacimiento de su hijo Hikari (Luz en japonés) -ahora compositor-, con una deformidad craneal y discapacidad mental, afectó a su vida personal y dio un nuevo impulso a su obra. Oe escribe en 1964 Una cuestión personal, que se convertiría en una de las obras más destacadas de su literatura. La primera de una larga serie de novelas inspiradas en su vida privada retrata a un joven padre que se enfrenta al impacto del nacimiento de un bebé gravemente discapacitado, hasta el punto de considerar matarlo.
"Escribir y convivir con mi hijo se superponen y estas dos actividades no pueden sino profundizar la una en la otra. Me dije que ahí sin duda sería donde mi imaginación podría tomar forma", explica más adelante.
El salto a la fama: 'Cuadernos de Hiroshima'
Su salto a la fama se produciría de la mano de Cuadernos de Hiroshima (1965), un relato de su viaje a esta ciudad del sur de Japón en 1963 y años posteriores con el fin de entrevistar a las víctimas del bombardeo atómico de 1945. Reúne en esta obra una colección de conmovedores testimonios de las víctimas del 6 de agosto de 1945.
Más tarde, en 1970, también publicó Cuadernos de Okinawa, un cuaderno de viaje donde Oe narra sus encuentros con los residentes de este conjunto de islas del sur de Japón, y cuestiona las condiciones de vida en esta región y el poder ejercido por el gobierno central sobre la misma y la ocupación estadounidense. Se interesa así por el trágico destino de este pequeño archipiélago periférico de Japón, que no fue entregado por los Estados Unidos hasta 1972.
A partir de entonces, su literatura toma dos vertientes: por una parte, una cruda narración de la paternidad cuando se tiene un hijo con discapacidades y por otra, el reflejo de la sociedad japonesa y la vida en las ciudades tras la guerra.
Odiado por los nacionalistas japoneses, Kenzaburo Oe sería demandado por difamación décadas más tarde por haber recordado en este ensayo que los civiles habían sido llevados al suicidio por soldados japoneses durante la Batalla de Okinawa en 1945. Ganó el juicio al final de un procedimiento largo.
Su nostalgia por el bosque y los mitos de su infancia serán otra gran fuente de inspiración para sus novelas (El juego del siglo, M/T y la historia de las maravillas del bosque...).
Poco después de recibir el Nobel en 1994 rechazó recibir de la Orden de la Cultura, una distinción japonesa otorgada por el Emperador, lo que causó un escándalo en su país. "No puedo reconocer ninguna autoridad, ningún valor superior a la democracia", había justificado el escritor, fiel a su ideal.
Su faceta activista y rol más periodístico
En su rol más periodístico, Oe escribió también artículos en periódicos y revistas sobre la situación nuclear a la que se enfrenta el Japón actual y participó activamente de varios grupos en contra de este tipo de energía.
En décadas recientes, el autor también encabezó un movimiento cívico para recoger firmas con el fin de eliminar las plantas nucleares tras el terremoto y tsunami de 2011 que devastó el noreste del país y provocó la crisis nuclear de la que todavía se está recuperando.
"Repetir el error exhibiendo, a través de la construcción de reactores nucleares, la misma falta de respeto por la vida humana es la peor traición posible a la memoria de las víctimas de Hiroshima", escribió Oe en un artículo para la revista estadounidense The New Yorker, fechado 10 días después del desastre.
En 2004, también fundó la Asociación del Artículo 9, un grupo pacifista que pedía al Gobierno japonés renunciar a emprender acciones bélicas bajo ningún contexto.