La inflación bajó en febrero al 8,5 % en la eurozona, pero la subyacente marcó un nuevo récord del 5,6%
- España cerró el mes de febrero como el tercer país con menos inflación tanto de la eurozona como de la Unión Europea
- La tasa de inflación interanual de la zona euro acumula cuatro meses consecutivos de desaceleración
La tasa de inflación interanual de la eurozona se situó en febrero en el 8,5%, lo que implica una bajada de una décima frente al dato de enero, según ha confirmado la oficina comunitaria de estadística, Eurostat, mientras que la tasa subyacente, que excluye el efecto de energía y alimentos, escaló a un récord del 5,6%.
De este modo, la tasa de inflación interanual de la zona euro acumula cuatro meses consecutivos de desaceleración y se situó en su nivel más bajo desde mayo de 2022, antes de que el Banco Central Europeo (BCE) comenzara a subir los tipos de interés.
La inflación encadena así cuatro meses de descensos en ambas zonas desde el pico que alcanzó el pasado octubre, del 10,6 % en el área del euro y del 11,5 % en los Veintisiete.
En el conjunto de la Unión Europea, la tasa de inflación interanual se situó en febrero en el 9,9%, una décima por debajo de la subida de los precios en enero, lo que también supone la cuarta bajada mensual de la lectura de inflación.
España cerró el mes de febrero como el tercer país con menos inflación tanto de la eurozona como de la Unión Europea, donde la tasa de inflación se situó en el 8,5% y en el 9,9%, respectivamente, frente al 6% registrado a nivel nacional.
Entre los países de la UE, quince de ellos vieron reducirse la tasa de inflación, mientras que esta aumentó en diez Estados y se mantuvo estable en dos. En concreto, las menores tasas de inflación se observaron en Luxemburgo (4,8%), Bélgica (5,4%) y España (6%), mientras que las mayores subidas se registraron en Hungría (25,8%), Letonia (20,1%) y Chequia (18,4%).
Además de Luxemburgo, Bélgica y España, se situaron por debajo de la media de la eurozona Grecia (6,5 %), Chipre (6,7 %), Malta (7,0 %), Francia (7,3 %), Finlandia (8,0 %) y Dinamarca (8,3 %).
Aunque superaron esa media, Portugal (8,6 %), Países Bajos (8,9 %), Alemania (9,3 %), Eslovenia (9,4 %), Suecia (9,7 %) e Italia (9,8 %) registraron cotas inferiores al 10 %, mientras que el resto alcanzaron los dos dígitos.
Este fue el caso de Austria (11,0 %), Croacia (11,7 %), Rumanía (13,4 %), Bulgaria (13,7 %), Eslovaquia (15,4 %), Lituania y Polonia (ambas 17,2 %) , Estonia (17,8 %), República Checa (18,4 %), Letonia (20,1 %) y Hungría (25,8 %)
Subida de la inflación subyacente
En el mes de febrero, el alza de los precios de la energía en la eurozona se moderó al 13,7% desde el 18,9% de enero, mientras que el encarecimiento de los alimentos frescos fue del 13,9%, frente al 11,3% del mes pasado.
Asimismo, los servicios subieron un 4,8% interanual, cuatro décimas más que en enero, y los bienes industriales no energéticos se encarecieron un 6,8%, una décima más que en el mes anterior.
Al excluir del cálculo el impacto de la energía, la tasa de inflación interanual de la zona euro se situó en febrero en el 7,8%, frente al 7,3% de enero.
Asimismo, al dejar fuera también el efecto de los precios de los alimentos frescos, el alcohol y el tabaco, la tasa de inflación subyacente de la zona euro escaló al 5,6% desde el 5,3% de enero, su nivel más alto de toda la serie histórica.
Previsiones del BCE
Las nuevas previsiones del BCE, que ayer elevó los tipos en 50 puntos básicos, hasta el 3,50%, prevé que la inflación se situará, en promedio, en el 5,3% en 2023, por debajo del 6,3% anticipado en diciembre de 2022, mientras que en 2024 la subida de los precios será del 2,9%, medio punto menos de lo previsto anteriormente, y para 2025 la inflación será del 2,1%, todavía por encima de la meta del 2%, pero dos décimas mejor de lo anticipado anteriormente.
A pesar de esta revisión a la baja, el BCE ha advertido de que las presiones inflacionistas subyacentes siguen siendo fuertes, ya que la tasa de inflación, excluidos la energía y los alimentos, continuó aumentando en febrero y los expertos del BCE esperan que se sitúe en una media del 4,6% en 2023, por encima de lo estimado en las proyecciones de diciembre.
Posteriormente, esta tasa subyacente descendería hasta el 2,5% en 2024 y el 2,2% en 2025, en un contexto de desaparición gradual de las presiones al alza debidas a las perturbaciones de oferta anteriores y a la reapertura de la economía y en el que el endurecimiento de la política monetaria frena cada vez más la demanda