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Francia

Macron afronta un momento crítico con la votación en la Asamblea de dos mociones contra su reforma de pensiones

  • La aprobación sin voto del aumento de la edad de jubilación pone contra las cuerdas al Gobierno francés
  • La coalición de Macron no tiene mayoría en la Asamblea aunque es difícil que la oposición se una para un acuerdo

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Macron afronta un momento crítico con la votación de dos mociones contra su reforma de pensiones

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, afronta este lunes un momento crítico con la votación en la Asamblea Nacional de dos mociones de censura contra su Gobierno, presentadas después de la aprobación por decreto del aumento de la edad de jubilación a los 64 años. "Será la hora de la verdad", ha declarado en una entrevista a Le Parisien el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, un peso pesado del Ejecutivo francés.

El Gobierno de la primera ministra, Élisabeth Borne, se ha visto debilitado por la decisión de sacar adelante la reforma de las pensiones con el recurso al artículo 49.3 de la Constitución, que permitió dar luz verde a la medida sin votación de la Asamblea, lo que ha generado disturbios en las principales ciudades del país, con un centenar de personas arrestadas. Unas movilizaciones que recuerdan a las de los 'chalecos amarillos' en 2018 por los altos precios del combustible.

Este domingo se ha celebrado la cuarta jornada seguida de protestas espontáneas y sin autorización. En París, una marcha irrumpió en el centro comercial de Forum Les Halles, en pleno centro de la capital, sin que, hasta el momento, se registrasen incidentes reseñables.

La presión social en la víspera de la votación fue mencionada por la presidenta de la Asamblea Nacional, la macronista Yael Braun-Pivet, quien, desde el plató del canal BFMTV, aprovechó para denunciar un clima de intimidación contra los diputados oficialistas.

Braun-Pivet defendió la necesidad de la reforma para preservar la financiación del sistema social francés. "El objetivo es trabajar más para que nuestro sistema perdure", aseveró, descartando una retirada del impopular plan que eleva la edad mínima de jubilación de los 62 a los 64 años.

El Gobierno de Macron afronta dos mociones de censura por las pensiones

Acuerdo complicado pero aritméticamente posible

La aprobación sin voto de la controvertida reforma hizo que el viernes se presentaran dos mociones de censura: una de ellas a propuesta del grupo centrista LIOT (centristas y regionalistas), que fue firmada por la alianza de toda la izquierda, agrupada en la coalición Nupes; y otra posterior, presentada por la ultraderechista Agrupación Nacional de Marine Le Pen.

Aunque la coalición de Macron perdió la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional tras las últimas elecciones legislativas, parece complicado que exista un acuerdo de todo el arco político de la cámara para que las mociones salgan adelante, aunque es aritméticamente posible.

El ministro de Trabajo, Olivier Dussopt -cuestionado por la reforma de las pensiones-, no cree en una unión de la oposición de izquierda, derecha y extrema derecha en torno a las mociones de censura, pues daría lugar a una "mayoría muy heterogénea sin una línea política común", estimó en las páginas del Journal du Dimache.

El futuro del Gobierno estará en las manos de los 61 parlamentarios de Los Republicanos (centroderecha), quienes podrían hacer bascular el resultado, aunque sus dirigentes han dado instrucciones de no apoyar las mociones. Sin embargo, el partido está sufriendo presiones y en Niza, la sede parlamentaria de su líder, Éric Ciotti, fue vandalizada en la madrugada del domingo.

"Quieren presionar con violencia para que vote el lunes. Nunca cederé ante los nuevos discípulos del terror", aseguró Ciotti en un mensaje en Twitter. Otros parlamentarios partidarios de la reforma también fueron objeto de ataques.

Nuevos disturbios en Francia en vísperas de la votación de las mociones de censura

Mientras, la oposición de izquierdas intenta proyectar la cuestión más allá de la votación del lunes y evitar la desmovilización, lo que sería sinónimo de adopción de la reforma. "La lucha continuará sea cual sea el resultado", ha asegurado a la emisora RTL el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon.

La conferencia de los presidentes de la Asamblea se reunirá a las 15.30 hora local (13.30 GMT) y, si aprueba el orden del día, las dos mociones se someterán al voto. De salir adelante, el Gobierno tendría que presentar su dimisión a Macron, quien debería disolver la Asamblea y convocar unas nuevas elecciones legislativas, nueve meses después de las últimas. Además, el proyecto de ley sobre las pensiones sería aplazado.

"¿Merece la pena que la reforma de las pensiones haga caer al Gobierno y (crear) desorden político? La respuesta es claramente 'no'. Cada uno debe asumir sus responsabilidades", aseguró a Le Parisien el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire.

Desde la instauración de la V República francesa en 1958, solo una moción de censura ha sido aprobada, en 1962.

La popularidad de Macron, bajo mínimos

La crisis política provocada por la reforma de las pensiones llega en un momento complicado para el presidente Emmanuel Macron, cuyo índice de popularidad se ha desplomado hasta el 28%, el más bajo desde la crisis de los 'chalecos amarillos' de 2018, según una encuesta realizada antes de la decisión de activar el artículo 49.3.

Esta caída de la popularidad se ve incrementada por las continuas protestas sociales, que comienzan a ser más imprevisibles y volátiles. Desde la adopción definitiva de la reforma, el pasado día 16, se han recrudecido y muchas veces han ido al margen de los partidos de izquierda y de los sindicatos, a menudo a través de las redes sociales. Un frente sindical unido ya ha convocado para el jueves una nueva jornada de movilización.

De forma paralela, las huelgas sindicales siguen bloqueando sectores clave de la economía, como el transporte, la recogida de basuras y el suministro de energía. Varias refinerías están bloqueadas, como la de Le Havre, la mayor del país. Aunque aún no hay datos consolidados, varias gasolineras en la región de Lyon y de Marsella ya sufren de la falta de carburante.