Delitos contra las mujeres en la red: "La violencia digital funciona igual que la violencia de género en el ámbito real"
- Las mujeres tienen 27 veces más posibilidades de ser atacadas en Internet que los hombres
- A través de WhatsApp, con el 43% de los casos, se producen la mayor parte de agresiones sexuales online a menores en España
- 'Ciberviolencia machista' en Objetivo Igualdad, domingo 14.30h en el Canal24h
Cada vez más voces alertan sobre la violencia digital sobre las mujeres. Las mujeres tienen 27 veces más posibilidades de ser atacadas en Internet que los hombres, según la ONU. "La violencia de género que se produce en el ámbito digital tiene la misma estructura, la misma forma de operar, que la violencia de género que se produce en el ámbito físico, que conocíamos hasta ahora. Lo que pasa es que ahora hay nuevos canales, que pueden amplificar y agudizar el control y seguimiento que se haga por parte de una pareja", asegura Beatriz Bonete, socióloga experta en género.
“La violencia de género que se produce en el ámbito digital tiene la misma estructura que la violencia de género en el ámbito físico“
Los móviles y las redes sociales pueden ser empleados para controlar o chantajear a la pareja o expareja. De hecho, se trata de conductas delictivas en auge en España, según informan personas expertas como Teresa Peramato, Fiscal de Sala de Violencia sobre la Mujer; Carmen María García, Presidenta del Observatorio SOS en Red, Salvador Samper, Presidente del Observatorio Español de Delitos Informáticos y Daniel Moreno, Teniente de la Guardia Civil y jefe del Equipo de la Mujer y el Menor, en las jornadas "LideresA" origanizadas en Madrid.
“Los delitos contra la intimidad y contra la libertad sexual se denuncian muy poco“
"La Fiscalía General del Estado ha puesto el enfásis en que hay cierto tipo de violencia digital que se denuncia muy poco, que está relacionada con el acoso, con los delitos contra la intimidad, con los delitos contra la integridad moral, y con los delitos contra la libertad sexual, que son, precisamente, los que afectan a las mujeres y las niñas", afirma Peramato, quien asegura también que la violencia machista bucea en los móviles de las chicas más jóvenes.
"La atención temprana a la víctimas, a las niñas, a las adolescentes, a las mujeres, es muy necesaria tanto a nivel nacional como internacional porque, cada 39 segundos a nivel global se produce un ciberataque, un ciberdelito. Además, en muchas ocasiones y cuando lo conectamos con la violencia de género, las mujeres, las adolescentes y jóvenes mayoritariamente no se dan cuenta de que están siendo objeto de ese tipo de violencia: violencia de control, violencia de abuso, amenazas, coacciones, incluso violencia sexual. Se puede hacer con cualquiera, pero ellas sufren consecuencias peores. Desde el plano digital, citando la difusión de contenido íntimo o de vídeos de contenido íntimo, donde las propias víctimas, las mujeres, en este caso, cargan todo el peso desgraciadamente", concluye Samper.
Graves consecuencias para la víctima
La ciberviolencia machista supone graves consecuencias para las víctimas. El 54% de las mujeres que ha sufrido acoso a través de redes sociales ha experimentado ataques de pánico, ansiedad o estrés, según el último estudio de El Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad. El 42% de las niñas y jóvenes que ha padecido amenazas online mostraron estrés emocional, baja autoestima y pérdida de confianza en sí mismas. "En el estado en el que nos llegan las víctimas, en muchas ocasiones les tienes que levantar la cabeza para que te miren, para que sepan contarte lo que quieren o lo que ellas tienen la intención de decirte. Muchas veces tienen miedo de contarnos qué es lo que les ha pasado, sienten vergüenza, sienten que no es su caso, sienten que las vas a mirar de diferente manera y no saben ni expresarse", cuenta Carmen María García, presidenta del Observatorio SOS en Red.
“Tienen miedo y vergüenza de contarnos qué les ha pasado“
"Es importantísimo que ellas mismas detecten desde el primer momento, desde las primeras manifestaciones que están siendo objeto de control y de abuso, para que ellas mismas tomen, primero, sus propias medidas de protección y, también, para que sean capaces de identificarlo y por lo tanto, denunciarlo. La detección por parte del conjunto de la sociedad y de las personas del entorno de la persona que lo está sufriendo es, también, fundamental para poderlo denunciar", añade Teresa Peramato.
Una violencia contra las adolescentes que no hace más que crecer. "Lo primero que tiene que hacer una víctima, de manera temprana y urgente, es no dejar que ese problema escale a más, que busque unidades multidisciplinares, bien las propias unidades de fuerzas de Seguridad del Estado, las diferentes que hay, a nivel judicial, las oficinas de atención a víctimas del delito, y por parte del Observatorio Español de Delitos Informáticos también nos van a tener para todo lo que puedan necesitar", dice Samper.
Unas conductas que son violencia machista
Recordamos el llamado 'caso Iveco'. Una mujer se suicidó tras difundirse varios vídeos sexuales suyos entre los trabajadores de la empresa Iveco en Madrid, en 2019. Durante los últimos días de la vida de la víctima, arreciaron los ataques y las burlas hacia ella. Bajo una tremenda presión, decidió quitarse la vida. "Ya no puedo más", dijo.
Esta madre de dos hijos, uno de cuatro años y otro de nueve meses, llevaba más de un mes bajo una amenaza colectiva: circulaban entre sus compañeros de trabajo unos vídeos íntimos en los que ella aparecía. Primero, entre un grupo de unas 20 personas, después, entre más de 200. La Fiscalía acabó archivando su caso.
A raíz del suicidio de la trabajadora de esta empresa del noroeste de Madrid se abrió un debate sobre la intimidad y la culpabilización sexual de las mujeres y, de forma mayoritaria, la sociedad se manifestó contra dicho acoso que hizo sufrir a la mujer durante días.
Una de las novedades legislativas que incorpora la nueva Ley de 'sólo sí es sí' es que reenviar fotos y vídeos sexuales se considera delito. Según ONU Mujeres, el 73% de las mujeres están expuestas a violencia digital y la llamada 'sextorsión' les afecta, sobre todo, a ellas. "Cuando a las chicas se les da su primer móvil, hay que explicarles cuáles son esas conductas que les pueden poner en riesgo, como, por ejemplo, compartir fotos íntimas porque tiene unas consecuencias y les hace entrar en un contexto de coacción, que, a lo mejor, en un primer momento, no se identifica", explica Bonete.
“Cuando a las chicas se les da su primer móvil, hay que explicárles cuáles son las conductas que les ponen en riesgo. “
Según la Agencia de Protección de Datos, la ciberviolencia machista contra mujeres y niñas aglutina el 70% de los casos que se denuncian en el llamado 'Canal prioritario', creado por dicho organismo en 2019. Se trata de una iniciativa pionera a nivel mundial que permite solicitar la retirada urgente de contenidos sexuales o violentos publicados en internet sin el consentimiento de las personas que aparecen en ellos. En 2022 la Agencia realizó 51 intervenciones de urgencia para retirar información, imágenes, vídeos o audios que se habían publicado en Internet sin permiso y que mostraban contenido sensible.
Concienciación de la sociedad
Los agresores abusan de la buena fe de las víctimas, que no se esperan el peligro. Aunque para Teresa Peramato, son delitos que afectan a la sociedad en su conjunto y por tanto, es necesario concienciarse y restituir en todos los sentidos a las mujeres que han sufrido dicha violencia machista. "Es importantísima la concienciación también de toda la sociedad. Es un fenómeno que es consecuencia de la evolución tecnológica que nos está amenazando, que está amenazando a nuestras niñas, a nuestras mujeres, y, por lo tanto, tenemos que tomar partido para evitarlo".
“Tenemos que tomar partido para evitar estos delitos. Nos afectan a todos “
En conclusión, es clave conocer cómo se articula la ciberviolencia machista, las causas que la provocan y el papel agravante que juegan plataformas como las redes sociales. Los delitos en la red contra las mujeres aumentan en España. Las principales víctimas, cuando las conductas van contra la intimidad y contra la libertad sexual, son niñas, adolescentes y adultas.