Las 'dos Españas' y dos bloques ideológicos protagonizan una moción que da inicio a una campaña sin tregua
- La moción de censura fracasa y Vox solo obtiene los 52 votos de su partido y de un ex de Ciudadanos
- Las dos jornadas evidencian la cercanía de Sánchez y Díaz y la distancia entre el ausente Feijóo y Abascal
El candidato de la moción de censura fallida de Vox, Ramón Tamames, ha lamentado "la vuelta a las dos Españas" en su alegato final de dos jornadas de sesión parlamentaria que ha definido como un "mitin preparatorio y espurio" de las elecciones que vienen.
Lo cierto es que si no dos Españas, la moción sí ha servido para poner de manifiesto que la política española sigue pivotando sobre dos bloques: el de derecha y el de izquierda, entre los que hay poco o ningún consenso, tal y como ha evidenciado esta moción. Y también dentro de cada bloque se han escenificado asperezas, diferencias y fisuras, más o menos profundas, que deben, o no, resolverse de cara a las elecciones.
No parece, además, que las palabras 'acuerdo', 'consenso', 'pacto' o 'entendimiento' vayan a protagonizar la vida política de los próximos meses cuando toda España entre en campaña electoral para los comicios municipales y autonómicos de mayo y los generales de diciembre.
Cercanía entre Sánchez y Díaz y distancia entre Feijóo y Abascal
No ha sido improvisada la puesta en escena del Gobierno de coalición. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, han escenificado su unión y sintonía para dejar claro que quieren reeditar un Gobierno de coalición que ven como el único garante para "no volver atrás en el tiempo" con la única otra suma posible de cara a La Moncloa, según todos los sondeos: la de un Gobierno de PP y Vox.
El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, ha afirmado este miércoles en un corrillo con la prensa que fue un "ejercicio estratégico y de sincronización" para explicar "cómo se transforma un país".
Ambos se afanaron en la primera jornada en defender ese primer gobierno de coalición de la actual democracia y en poner en valor a todos y cada uno de sus ministros y ministras, también las de Podemos, que han vertido, eso sí, un poco de sal a la miel entre Sánchez y Díaz.
A cada uno le han dicho lo que querían decirle en este debate parlamentario, eso sí, fuera del hemiciclo porque finalmente ni Ione Belarra ni Irene Montero han intervenido.
A Sánchez, la ministra de Igualdad, Irene Montero, le ha vuelto a pedir este miércoles en los pasillos del Congreso que "se suelte de la mano del PP" en la ley 'del solo sí es sí' y que apruebe la ley de vivienda para demostrar con "hechos" y no solo con palabras que representa a la izquierda, principal idea que lanzó Podemos en su intervención en el pleno. Y a Díaz, desde Podemos le siguen dejando claro que si no hay un pacto de mínimos que determine cómo van juntos a las elecciones generales, no acudirán al acto en el que Díaz se postulará como candidata a La Moncloa el 2 de abril en Madrid, y al que ya han anunciado su asistencia la líder de Más Madrid, Mónica García, y la de los 'comunes', Ada Colau.
Este mismo miércoles, en los micrófonos de RNE, Díaz ha calentado más el ambiente recordando al exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, que quien la "puso a dedo" fue él, aunque ha querido dejar claro que no se cierra a las primarias que piden desde el partido 'morado'.
En estas dos jornadas de debate, por tanto, no todos los mensajes políticos y dardos se lanzaban dentro del Congreso.
Y si Sánchez y Díaz han querido mostrar cercanía en la moción de censura, la distancia ha sido física y simbólica entre Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal. Física porque el líder del PP no ha querido pisar el Parlamento en los dos días que ha durado una moción que el PP ha tratado de rebajar en todo momento, conscientes de que en este debate todos los ataques se han dirigido precisamente a su partido, desde la derecha y desde la izquierda. Y simbólica porque ambos partidos- PP y Vox- no se han dedicado precisamente elogios y halagos.
Si este martes Abascal cargaba contra el "líder autoproclamado de la oposición" y pedía a Feijóo recuperar su "credibilidad" votando junto a Vox en la moción, este miércoles le ha tocado a la portavoz, Cuca Gamarra, reivindicar un PP "sin ataduras" que se desmarca de Vox. Los 'populares' se ven como única alternativa al Gobierno PSOE- Unidas Podemos y obvian las encuestas que auguran que necesitaría a los de Abascal para volver al Palacio de La Moncloa. Para ellos la única moción de censura válida es la que se celebrará en las urnas en la que- están convencidos- "los ciudadanos dirán 'no' a Sánchez".
Por parte de PSOE y el bloque de investidura han tratado de ligar en todo momento "el futuro de PP y Vox", o lo que es lo mismo, para ellos, "la derecha y la ultraderecha".
Gamarra, que ha rechazado el segundo turno de réplica, ha querido dejar claro que el PP sigue su camino propio marcando una distancia con Vox que, en opinión de los partidos de izquierda y nacionalistas, no es real. Así, Sánchez ha querido volver a insistir en que "son exactamente lo mismo" y en que pactarán cuando lo necesiten sin dudarlo como hicieron en Castilla y León, primer gobierno de coalición PP-Vox.
Los socialistas han querido meter más el dedo en la llaga del PP recordando la dureza de la que hizo gala en la pasada moción de censura de Vox el exlíder del PP Pablo Casado, cuando rompió con Abascal y le espetó aquel "no queremos ser como usted". El giro del voto en contra a la abstención el PSOE lo interpreta como ese espacio abierto que deja ahora el PP a Vox en el bloque de la derecha, pero Gamarra lo ha justifica por puro respeto a Tamames.
De esta forma y durante dos jornadas de moción de censura, los partidos se han lanzado ataques pensando ya en las urnas, un tono que augura que el Congreso, el Senado y cada espacio político quedará inundado de mensajes de campaña lo que queda de año.
¿Arranque oficial de campaña electoral?
Aunque los partidos llevan semanas de actos y mítines vendiendo sus proyectos, la sensación que deja este debate es que, ahora sí, arranca la precampaña de las generales, que se intercalará en una suerte de campaña global con las locales y autonómicas. Y en este ambiente han sobrevolado los dos días de debate el 'caso Mediador' con el 'tito Bernie' en boca de muchos, para atacar al PSOE; o los casos 'Gürtel' y 'Kitchen', contra el PP, que ha tenido que volver a escuchar, en boca del portavoz socialista, Patxi López, una nueva referencia a "irse de vacaciones con un narcotraficante", en referencia de nuevo a la fotografía en los años 90 de Feijóo con Marcial Dorado.
A partir del 2 de abril ya serán oficialmente cuatro los candidatos principales en liza- Sánchez, Feijóo, Abascal y Díaz (a falta de que Ciudadanos decida a quién erige en posible salvador del partido 'naranja')- y todo apunta a que cada sesión de control en el Congreso y en el Senado, como diría Tamames, se convertirá "en un mitin".
Ningún partido se ha atrevido a rebatirle eso al profesor y economista, que ha aconsejado a Patxi López sosiego para que no le diera un infarto ante la viveza de su discurso. Consejo que deberán aplicarse más parlamentarios.
El candidato, satisfecho con su candidatura en esta moción, se ha despedido de un Congreso en el que ha pedido "menos gritos" y más concordia". Mal año este 2023 para ese fin.