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Lula anuncia medidas para combatir la discriminación racial y las desigualdades históricas en Brasil

  • Un decreto establece que al menos un 30% de los cargos de confianza del Gobierno federal sean ocupados por personas negras
  • La población negra o mestiza representa cerca del 85% de las víctimas en intervenciones policiales

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El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pronuncia su discurso en la celebración de los 20 años de políticas de igualdad racial en Brasil.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pronuncia su discurso en la celebración de los 20 años de políticas de igualdad racial en Brasil.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha anunciado este martes un conjunto de medidas para combatir la discriminación racial y reducir las desigualdades históricas que afronta la población negra, a pesar de ser mayoritaria en el país.

La batería de acciones ha sido presentada en una ceremonia en el Palacio de Planalto, en Brasilia, y busca mejorar las condiciones de vida de los afrobrasileños en el ámbito educativo, laboral y religioso, así como valorizar su memoria, en el día que se conmemora el Día Internacional de Combate a Discriminación Racial.

"Combatiendo el racismo, combatimos las raíces históricas de las desigualdades de este país", ha afirmado Lula en su pronunciamiento, en el que ha denunciado que los afrodescendientes "sufren los peores indicadores sociales" y "son siempre los mayores excluidos".

Uno de los decretos firmados por el jefe de Estado establece que al menos un 30% de los cargos de confianza del Gobierno federal sean ocupados por personas negras. El gabinete actual tiene 37 ministros, de los cuales cinco son negros y uno indígena.

"La idea es que en el conjunto de la administración pública federal el 30% de las vacantes las ocupen negros. Esa cifra la vamos a aplicar en todos los ministerios", ha declarado la ministra de Igualdad Racial, Anielle Franco.

Esta medida se debe a que, según los datos del Ministerio de Igualdad Racial, las personas negras ocupan alrededor del 1,3% de los puestos de trabajo. Además, Franco ha recordado que el número de personas negras en cargos de responsabilidad "aún no es suficiente".

Reconocimiento a las comunidades quilombolas

Otra de las iniciativas anunciadas es un programa específico para garantizar los derechos de las comunidades quilombolas, habitadas por descendientes de esclavos negros, en relación al acceso a tierras, infraestructuras y servicios públicos. Según estimaciones oficiales, más de un millón de personas en Brasil se declaran quilombolas.

En un gesto de gran simbolismo después de cuatro años de gestión del ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022), que paralizó las iniciativas en esta dirección, el líder progresista ha firmado la titulación de tres nuevos territorios quilombolas en estudio desde hacía dos décadas, en los estados de Minas Gerais y Sergipe.

Lula también ha decretado la creación de varios grupos de trabajo interministeriales para impulsar proyectos que blinden el "acceso y la permanencia de estudiantes negros" en las universidades y "proponer políticas de cuotas" obligatorias en órganos oficiales.

También tendrán la misión de elaborar un programa para disminuir los homicidios y las "vulnerabilidades sociales" entre la juventud negra y que dará continuidad a otro similar lanzado durante el Gobierno de Dilma Rousseff (2011-2016), ahijada política de Lula.

Otro grupo de trabajo tendrá como objetivo luchar contra el "racismo religioso", que afecta en especial a comunidades tradicionales de raíces africanas.

La tasa de pobreza en la población negra es casi dos veces mayor

Según datos oficiales, la tasa de pobreza entre negros y mestizos, que representan el 56% de los más de 210 millones de brasileños, es casi dos veces mayor que la de los blancos.

También sufren más desempleo, ganan menos y son las principales víctimas de la violencia policial. Según el Fórum Brasileño de Seguridad Pública, la población negra o mestiza representa cerca del 85% de las víctimas en intervenciones policiales.

Lula ha señalado que "reconstruir" Brasil "con políticas cada vez más incluyentes es una tarea obligatoria" de su Gobierno, después de "los últimos cuatro años de tentativas de retroceder al pasado colonial por inacción o por acción deliberada" de la anterior administración.

"Ningún país del mundo vivirá una verdadera democracia mientras el color de las personas determine las oportunidades que tendrán o no a lo largo de sus vidas", ha expresado el mandatario, que promete a la población negra ser verdaderos "protagonistas de su propia historia".

En la misma línea, la ministra de Igualdad Racial, Anielle Franco, ha garantizado, en un emocionado discurso, que no descansarán "hasta que ninguna persona negra en Brasil pase por hambre, tiros, falta de oportunidades y el racismo sistemático que se profundiza en muchas dimensiones".

"Nuestro Brasil es el de la igualdad racial", ha añadido Franco, hermana de Marielle Franco, la concejala de Río de Janeiro asesinada a tiros en Río de Janeiro el 14 de marzo de 2018, en un crimen aún no esclarecido totalmente.

El Gobierno también revitalizará el Cais do Valongo (Muelle del Valongo), un antiguo puerto de Río de Janeiro por donde pasaron más de un millón de esclavos y que en 2017 fue declarado Patrimonio Histórico de la Humanidad por la Unesco, por medio de la construcción de un "centro de referencia de la herencia africana".

Desde que asumió el poder, el 1 de enero, Lula se ha comprometido a reparar la "deuda histórica" que considera que el Estado brasileño tiene con los afrodescendientes por los "350 años" de esclavitud que padecieron y, como un primer paso, instauró en este su tercer mandato el Ministerio de Igualdad Racial.