Un tope de renta de 26.000 euros quitaría el bono energético a un tercio de las familias numerosas de ingreso medio-bajo
- Un análisis de EsadeEcPol advierte de que un límite de rentas demasiado bajo puede dejar sin ayudas a familias vulnerables
- Aboga por eliminar barreras y simplificar la solicitud para que ningún hogar en riesgo de pobreza energética se quede sin ayuda
El establecimiento de un tope de renta de 26.000 euros, similar al que ha sugerido el Gobierno para el bono térmico, como límite máximo para que los hogares accedan a ayudas energéticas dejaría a un tercio de las familias numerosas de renta media-baja sin el bono social que ahora disfrutan, según un análisis de EsadeEcPol, que recomienda "una evaluación más cuidadosa y detallada sobre la manera en que se combinan los criterios de renta con los de tipo de hogar" para la concesión de esas ayudas.
El estudio, elaborado a partir de los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida de 2020 y 2021, se publica después de que la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, anunciara la introducción de umbrales de renta para acceder al bono social térmico, a raíz de que se conoció que el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, y la líder de la oposición madrileña, Mónica García, cobran la ayuda. Sin embargo, aunque reconoce que hay problemas en la asignación de esas subvenciones, subraya que el principal no es tanto que haya familias perceptoras que no la necesitan, sino que muchas que sí tienen necesidad de ese apoyo se quedan sin recibirla.
"Solo un 8,3% de los hogares reciben algún bono social energético, aunque un 14,3% declaró que tuvo problemas para mantener su vivienda a una temperatura adecuada en 2021", señalan los autores del informe, que consideran "este tipo de error como más gravoso socialmente que el contrario, incluir a quien no la necesita".
La mayoría de hogares con algún tipo de ayuda reciben el bono social eléctrico, un 6,1%, mientras que apenas el 0,08% del total perciben el bono social térmico, que subvenciona el gasto en gas. Y un 1,5% reciben una combinación de varios bonos. "Aún quedan un número considerable de hogares, muchos de los cuales probablemente sean potenciales beneficiarios de estos bonos energéticos, que siguen sin recibirlos", insiste el informe.
Al desagregar las ayudas por tramos de renta neta equivalente por unidad de consumo -es decir, en función del número de miembros del hogar-, solo el 17% de los hogares que se sitúan en el 30% con rentas más bajas reciben algún tipo de bono social energético. El porcentaje se reduce considerablemente en los tramos de renta superiores, por debajo del 10%, aunque llama la atención que, al observar los hogares que se sitúan entre el 2% con mayor renta, vuelve a subir hasta rozar el 4% con ayudas.
Las familias numerosas de menor renta acceden a menos ayudas
Ese sesgo en la concesión hacia los hogares con mayor capacidad económica se aprecia especialmente al analizar el acceso a los bonos sociales energéticos de las familias numerosas, que por el momento tienen derecho a esas ayudas sin ningún criterio de renta adicional. Así, un 30% de las familias numerosas de renta baja y un 38% de las de renta media-baja tienen ayudas energéticas, pero la proporción se eleva por encima del 50% cuando se trata de familias numerosas de renta media y alta.
A juicio de los autores, este reparto sugiere que "las familias con mayor disponibilidad de tiempo e información para lograr este tipo de bonos (algo que puede aproximarse por el nivel de ingresos del hogar) cuentan con una mayor probabilidad de poder conseguirlos".
Para remediarlo, su propuesta es simplificar el proceso de solicitud para eliminar barreras de entrada y reducir la cantidad de documentos necesarios, incluso convirtiendo la concesión en un proceso automático, en el que la iniciativa sea de las administraciones públicas: "Una posibilidad sería identificar a las familias candidatas y realizar un envío por parte de la Administración del aviso y la solicitud ya rellenada. Otra opción, más ambiciosa, sería una inclusión completa a través de la factura o a modo de componente del Ingreso Mínimo Vital".
Con ese objetivo, indican que sería conveniente universalizar la declaración de la renta, con el fin de conocer los ingresos reales de todos los hogares año a año, algo que ahora no ocurre porque muchos contribuyentes están exentos: en 2021, quienes ganasen menos de 22.000 euros, o 14.000 si provenían de varios pagadores, no tenían que presentar declaración, lo que les convierte en invisibles a ojos de la Agencia Tributaria.
El tope máximo de renta para familias numerosas, un umbral delicado
Como segunda medida, el estudio considera que introducir un tope máximo de ingresos a las familias numerosas que quieran acceder al bono social eléctrico es "un paso en la buena dirección", pero advierte sobre las dificultades para fijar ese umbral sin perjudicar a hogares en riesgo de pobreza energética: "Si el límite es demasiado bajo, dejará fuera a familias que, por su nivel de renta, son vulnerables".
Su cálculo es que, si finalmente se introduce ese umbral de 26.000 euros que ha planteado el Gobierno, ninguna familia de rentas medias y altas podría seguir percibiendo bonos sociales energéticos -tal como se pretende para evitar casos como el de Ossorio y García-, pero un 31% de las que tienen renta media-baja también lo perderían.
“Más allá de la decisión específica del umbral, el fondo de las recomendaciones que se desprenden de nuestro análisis se puede resumir en una idea: ajustar de manera más precisa necesidad y prestación, especialmente para evitar que quien ahora se queda fuera y la necesita pueda disponer del apoyo”, concluyen los autores del informe.