Anne-Cécile Robert, periodista de 'Le Monde diplomatique': "Francia atraviesa una crisis múltiple"
- Es directora de edición y relaciones internacionales del medio francés
- Hablamos con ella sobre la situación en Francia a raíz de la reforma de las pensiones del gobierno Macron
Anne-Cécile Robert es periodista especializada en instituciones europeas y África. Es directora de edición y relaciones internacionales de 'Le Monde diplomatique'. Hablamos con ella sobre la situación en Francia a raíz de la reforma de las pensiones del gobierno Macron y las consecuencias para Europa de la guerra de Ucrania. Robert ha estado en Madrid, invitada por La Casa Encendida, donde ha participado en un ciclo de conferencias con motivo de la exposición Los retos del mundo en la era post-Covid II.
PREGUNTA: ¿Cómo describiría la situación que vive Francia en este momento?
RESPUESTA: Francia atraviesa una crisis múltiple, es decir, una crisis que es social, con un desempleo que sigue siendo elevado, con desigualdades sociales importantes, aunque tengamos un sistema de protección social fuerte. Y también atravesamos una crisis política, porque la reforma que quiere aprobar el Gobierno del presidente Macron es rechazada masivamente por los franceses y gran parte de los sindicatos y de la clase política. Y sin embargo, el gobierno quiere aprobarla de todas formas.
P: ¿Cree que Macron va a mantener su reforma?
R: Es la incertidumbre. Probablemente su carácter le hace mantenerse firme, mientras que muchos otros presidentes o políticos en su lugar ya habrían tomado otra decisión para evitar estar en contra de un movimiento tan masivo. Es la primera vez en al menos 20 años que tenemos huelgas tan grandes, manifestaciones tan numerosas y constantes, con millones de personas. Así que cualquier presidente que no sea testarudo normalmente escucharía y retiraría su proyecto.
P: ¿Francia está al borde de la ruptura o ya se ha roto?
R: Es difícil de decir. Hay mucha tensión y la sociedad está realmente fracturada. Pero, ¿hasta qué punto es profunda esta fractura? Esa es la cuestión. Cuando se observan los acontecimientos de los últimos días, se tiene la impresión de que la fractura es profunda y que estamos casi en un momento de revocación. No llega a ser un momento revolucionario, pero hemos tenido una alianza muy extraña e inusual en la Asamblea Nacional entre personas diametralmente opuestas, pero que estaban tan hartas del gobierno que se han unido. Es una señal de que está pasando algo profundo.
P: ¿Cree que lo que ocurre en Francia va a tener un efecto en Europa?
R: Francia sigue siendo un gran país, un país fundador de la Unión Europea, y continúa siendo un país poderoso. Así que es posible que si ocurren acontecimientos importantes en Francia tengan consecuencias para el resto de Europa. Lo vimos cuando nos opusimos al Tratado Constitucional Europeo en 2005 y, algún tiempo después, otros países se opusieron. Al final, el Tratado fue abandonado. Así que es muy posible que tenga consecuencias en Europa.
P: Europa ya está sometida a una gran tensión con la guerra de Ucrania. ¿Cree que esta guerra hace ganar o perder a Europa?
R: Esta es la gran cuestión. Tenemos signos de fortaleza, con, por ejemplo, las medidas comunes adoptadas para apoyar a Ucrania, que son medidas sin precedentes, como el apoyo militar. Pero al mismo tiempo, mostramos signos de debilidad porque estamos construyendo la unidad de Europa bajo la bandera de Estados Unidos. Así que la cuestión de una Europa que sea europea con identidad propia se está retrasando. Y luego tenemos una Europa que se está militarizando, mientras que el proyecto original era el de una Europa que hacía la paz. Así que tenemos signos muy contrarios y también tensiones dentro de Europa que con demasiada frecuencia se subestiman y que no sabemos a dónde van a llevar.
P: ¿La Unión Europea vive una crisis de identidad?
R: Sí, es una crisis de identidad porque podemos admitir perfectamente la posibilidad de ir a la guerra para salvar valores superiores. Sabemos muy bien que cuando nos enfrentamos a Hitler en 1939-1940, sólo había una solución. La pregunta que se plantea ahora es si hoy estamos en una situación como aquella para apoyar una guerra, lo que justificaría olvidar todo lo que hemos dicho durante décadas acerca de la paz. Personalmente, tengo grandes dudas. Es decir, Rusia claramente ha actuado mal, ha lanzado una guerra monstruosa y ha atacado a un país vecino. Está mal, hay que pararla. Pero, ¿qué proyecto hay detrás de todo esto para nosotros, los europeos? Una vez que lo detengamos, ¿cuáles son nuestros objetivos? ¿Qué visión? ¿Qué valores? ¿Queremos defender o atacar? Y aquí, me parece que nos estamos quedando mudos. Es decir, vamos dando pasos, cada vez avanzamos a una etapa superior para ayudar a Ucrania, pero no sabemos a dónde vamos, nunca vamos un paso por delante. Y eso es preocupante. Porque en la historia ha habido escaladas. En general, acaban mal y, por otra parte, deberíamos tener medios para reflexionar y anticiparnos. Y aquí, corremos detrás de los acontecimientos y eso es extremadamente peligroso.
P: Antes ha hablado de una unidad europea construida bajo la bandera de Estados Unidos. ¿Cree que la UE es más dependiente de Washington?
R: Sí, Europa es más dependiente de Estados Unidos y esta dependencia es la que conforma la crisis de identidad, porque Estados Unidos siempre han sido un aliado de la Unión Europea. Pero los intereses de Estados Unidos y de la Unión Europea no son necesariamente los mismos. ¿A los europeos les interesa que Rusia gire hacia Asia? ¿Y es esto realista? Rusia, nos guste o no, está ahí. Es Estados Unidos el que tiene interés en que Rusia se vaya porque tiene interés en que estemos de su lado y en apoyarlos. Pero nosotros, como europeos, no podemos fingir que Rusia no existe. Así que puede que nos interese encontrar un acuerdo en alguna parte y si es posible con Rusia. Y eso es lo preocupante, que al acercarnos a Estados Unidos, nos olvidemos de pensar como europeos.
P: En su última visita a Europa, Biden no ha pisado ni París ni Berlín, sino Varsovia. ¿Hay un cambio de eje?
R: Desde luego. El equilibrio europeo está cambiando. El eje franco-alemana apenas juega un papel desde hace un año. Por otro lado, vemos a Polonia emerger como potencia, con una geopolítica regional con los países vecinos que la sitúa en el centro del tablero. Seguimos viendo al Reino Unido, que ha abandonado la Unión Europea, pero que es el interlocutor. Es una especie de eje Varsovia, Londres, Washington, mientras que la vieja Europa, que debía ser el corazón del reactor, está completamente marginada, se pasa el tiempo persiguiendo acontecimientos. Creo que ya es hora de parar y sentar la cabeza. Es decir, hay que pensar, hay que decir vale, de acuerdo, vamos a defender a Ucrania. Pero ¿cuál es el siguiente paso y cuáles son los equilibrios continentales en términos de seguridad que queremos construir? ¿Y qué relaciones queremos en el futuro con Rusia, que estará ahí de todos modos? De momento, la reflexión es muy, muy débil.
P: ¿Cree que los medios están ayudando a desarrollar este debate?
R: No conozco la situación de los medios de comunicación aquí en España, salvo la edición española de Le Monde diplomatique, pero en Francia, los medios de comunicación están muy enfrentados, y en la cuestión de la guerra van hasta por delante del Gobierno. En el pasado, los medios de comunicación apoyaban a los gobiernos que iban a la guerra. En 2003, por ejemplo, los medios estadounidenses apoyaron la guerra decidida por George Bush contra Irak. Pero hoy, la situación es diferente. Son los medios los la alientan y le dicen al gobierno “tenemos que ayudar, tenemos que ayudar”. Los medios de comunicación están actuando casi como si fueran parte de la propia guerra. Se trata de una situación nueva y un tanto preocupante, porque los medios de comunicación pueden tener su línea editorial, pero, ¿es su trabajo hacer geopolítica? ¿Es su trabajo decir dónde poner el ejército, la munición? Es muy extraño. Los medios de comunicación deberían ser normalmente espacios de reflexión, distancia y diálogo para que la población pueda formarse una idea y comprender. Aquí estamos en un ambiente bélico que recuerda en muchos aspectos a la Guerra Fría.
P: China ha propuesto un plan de paz para Ucrania que ha sido desacreditado por Estados Unidos y Ucrania. ¿Cree que Europa debería tener algo más que decir?
R: Sinceramente, me siento un poco humillado como europea al ver que las mediaciones vienen de otro sitio. Es que las propuestas de paz vienen de China, y hasta Brasil se propone para la mediación. La Unión Africana va a mediar y nosotros, los europeos, mientras llevamos décadas pensando en la paz, mientras hemos construido el Estado de Derecho, nos encontramos como vulgares participantes en la guerra, cuando nuestro papel podría haber sido el de las potencias de la paz, establecer reglas o forzar a la gente a sentarse a la mesa. Que no sea así me irrita, y además me parece preocupante. Es como si hubiéramos olvidado las lecciones que habíamos aprendido para mantener a Europa en paz durante mucho tiempo.