La Cumbre Iberoamericana vuelve a reunirse de forma presencial con la guerra en Ucrania como telón de fondo
- Se abordarán los distintos desafíos de la región en materia ambiental, financiera, alimentaria y digital
- El primer encuentro presencial entre líderes de la región tras la pandemia contará con grandes ausencias
El viernes arrancó en Santo Domingo, capital de la República Dominicana, la 28ª edición de la Cumbre Iberoamericana, que reúne a 22 países de América Latina y de la Unión Europea. En el encuentro, aunque no forma parte de la agenda, sobrevolará, inevitablemente, el conflicto en Ucrania y sus consecuencias, que, se espera, serán abordadas en las diferentes intervenciones públicas y reuniones bilaterales entre los distintos líderes.
La cita tiene un carácter especialmente simbólico, ya que vuelve a reunir de forma presencial a los distintos líderes y representantes de los países miembros por primera vez desde la pandemia. Tras años de reuniones en su mayoría telemáticas, la Cumbre vuelve a su formato original en un momento en el que América Latina quiere recuperar un cierto peso a nivel internacional.
Desde España, que aborda la cita con el objetivo de reforzar la voz común de Iberoamérica como actor estratégico ante los retos mundiales, asisten el rey Felipe VI y el ministro de Exteriores, Manuel Albares, que llegaron el viernes al país anfitrión, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha viajado este sábado desde Bruselas para asistir directamente al acto de apertura.
Tal y como ha anunciado Albares, España planteará la cuestión de la guerra en Ucrania durante el encuentro. Según el ministro, se han realizado "varias propuestas" en relación con el conflicto con el fin de que sean incluidas en la declaración final de la Cumbre, que lleva meses debatiéndose.
De hecho, aunque la guerra no figura en la orden del día del evento, el secretario general iberoamericano, Andrés Allamand, ha dado por hecho que varios mandatarios podían suscitar el tema durante la cumbre, aunque para sacar adelante cualquier propuesta o texto hace falta el visto bueno de los 22 países miembros.
Un encuentro para abordar los principales retos de la región
Bajo el lema "Juntos por una Iberoamérica justa y sostenible" el encuentro gira en torno a la cuestión de la equidad, en un intento por frenar las desigualdades en la región y abordar algunos de los principales retos que enfrenta, como la seguridad alimentaria y financiera, la crisis climática, la transformación digital y el comercio internacional.
Por otro lado, aunque la inmigración tampoco es uno de los asuntos de la agenda, el tema será abordado por algunos de los asistentes, como República Dominicana, especialmente interesada en la delicada situación que atraviesa Haití. El país anfitrión ha comenzado la construcción de un muro para frenar el flujo migratorio proveniente de la nación vecina, la más inestable y pobre de todo el continente.
La Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno fue creada en 1991 en México con el fin de establecer un espacio común de concertación política y cooperación entre los países que conforman la comunidad. Está integrada por Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela, España, Portugal y Andorra.
La relación de Latinoamérica y la UE, en el centro
Las relaciones de América Latina con la Unión Europea cobrarán un especial protagonismo en un encuentro que, en esta ocasión, cuenta por primera vez con la presencia del alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell.
La cumbre es, además, la antesala de otra que se celebrará en el mes de julio en Bruselas entre los líderes de la Unión Europea y de América Latina y el Caribe.
España, que comenzará en mayo su turno de presidencia comunitaria, ya ha adelantado su intención de situar a Latinoamérica en el centro de la agenda europea. "España quiere que 2023 sea el año de América Latina en Europa y que América Latina esté definitivamente en el corazón de la agenda europea con un programa de trabajo y de financiación", según declaraciones de Albares.
Durante la cumbre, Pedro Sánchez, tiene cerradas entrevistas con sus homólogos de Chile, Gabriel Boric, y Costa Rica, Rodrigo Chaves, con quien aún no se ha visto desde que asumió la jefatura de Estado costarricense el año pasado.
Una cita con importantes ausencias, pero "sin sillas vacías"
Pese a la importancia de esta edición, enteramente presencial, en la cita de este fin de semana destacan importantes ausencias, como la de los mandatarios de los países más grandes en PIB y población de Latinoamérica, Brasil y México. Tampoco asistirán a la cumbre el salvadoreño, Nayib Bukele, o la de la peruana Dina Boluarte, entre otros.
Tampoco asistirá el líder venezolano, Nicolás Maduro, que ha delegado en su vicepresidenta, Delcy Rodríguez. El mandatario no ha acudido a ninguna de las cuatro citas que se han producido desde su llegada al poder en 2013.
La ausencia de López Obrador tampoco es sorprendente, ya que el mandatario apenas viaja fuera del país, pero sí lo es la de su ministro de Exteriores, Marcelo Ebrard, que tampoco acudirá a la cita. En su lugar, México envía al subsecretario para América Latina y el Caribe, Maximiliano Reyes.
El mandatario brasileño, Luis Ignacio Lula da silva, por su parte, tenía programada una visita a Pekín, por lo que el país ha enviado en su lugar al titular de Exteriores, Mauro Vieira.
Al ser preguntado por estas ausencias, Albares ha matizado que "sillas vacías no va a haber ninguna", ya que todos los países de la región van a estar representados "a un nivel muy elevado".