Se buscan hombres cuidadores: sólo hay un 13% de varones trabajando en el sector
- Entrevistamos a varones que cuidan a personas dependientes para saber por qué son minoría
- Huir del dolor es algo típico de los hombres que tiene que ver con su poca implicación en los cuidados, según los expertos
- Puedes ver Objetivo igualdad el sábado 11h en La2, domingo a las 14:25h en Canal 24 horas y siempre en RTVE Play
¡Se buscan hombres cuidadores! ¡Se buscan hombres cuidadores! A punto hemos estado en este programa de salir a la calle a dar voces, porque sigue siendo complicado encontrar a varones que se dediquen a eso tan importante y tan poco valorado que llevamos haciendo las mujeres durante siglos: cuidar a personas dependientes. De hecho, según datos del INE, sólo el 14,1% de las personas que cuidan a personas mayores a domicilio son hombres y, en el caso de los niños, son un 12,9%.
Y si no, que se lo digan a Isabel Tarifa, trabajadora social y coordinadora de Atencis, una empresa de Córdoba que tiene en plantilla a cerca de 70 cuidadores para atender a las personas que lo necesitan, ya sean niños, mayores o personas hospitalizadas.
Isabel tuvo que hacer casi 100 llamadas para encontrar a cuidadores varones que quisieran participar en este reportaje, un objetivo que se complicaba porque no todo el mundo se presta a que entremos con las cámaras en sus casas.
Pero lo conseguimos. Delia y Basilio, residentes en Córdoba, nos abrieron las puertas de su hogar una mañana de viernes en la que el sol lucía para alegría de muchos, sobre todo de los frioleros.
“Delia y Basilio tenían claro que el cuidador tenía que ser hombre porque, aunque Delia es muy exigente con la limpieza, preferían que la persona contratada tuviera mucha fuerza y también por una cuestión de intimidad”, nos explica Isabel. “Aunque es verdad que a los hombres les cuesta un poco más ponerse con las tareas del hogar”, reconoce.
Basilio cuenta con la ayuda de tres cuidadores de Atencis. Raúl Contreras cubre el turno de noche. “Yo empiezo sobre las 9 de la noche. Cuando llego, ayudo a Delia a poner la mesa, le damos de cenar a Basilio, juego con él una partidita de dominó, que le viene muy bien, y curiosamente siempre me gana. Después le damos su medicación y lo acostamos”, nos cuenta.
Vocación, empatía y paciencia
¿Y qué se necesita para ser un buen cuidador?, les preguntamos. “Para hacer bien este trabajo hay que tener empatía, hay que tener unos conocimientos básicos de enfermería, por si hay que tratar con medicamentos, y hay que ser muy cordial con la persona, que se encuentre cómoda”, dice Raúl. A lo que Héctor Guido, el cuidador que ocupa el turno de mañana, añade: “El requisito para ser un buen cuidador es tener vocación, y eso no te lo enseña nadie. Y tener empatía, paciencia. Saber comprender a la persona y a la familia”.
“Para cuidar bien hay que tener empatía, paciencia y vocación“
Pero los cuidados abarcan mucho más y, en la mayoría de los casos, no son una profesión remunerada. Los que tienen hijos lo saben bien.
Dani Rius tiene un bebé de 9 meses y se dedica a cuidarlo en igualdad con su pareja. “Mi experiencia como padre está siendo algo muy nuevo, porque es mi primer hijo. Es muy bonito y también muy intenso y duro. Es como una revolución en la pareja, sobre todo porque es una persona más que desestructura lo que había antes”, reconoce.
Padres que quieren cuidar
Dani, que tuvo un padre que le cuidaba y se implicaba en las tareas domésticas, organiza grupos de padres en Cataluña a través de El taller: masculinidades diversas y perspectiva de género. Una vez al mes se reúnen en Cardedeu. El grupo lo coordina Xavi Ybeas, con el que también charlamos.
“Mi trabajo consiste en acompañar a los hombres que vienen aquí para que descubran qué tipos de padres son. Yo no les puedo decir cómo tiene que ser un padre. Solo les invito a que conecten con la paternidad desde un lugar de placer y de voluntad”, nos explica.
“Hay hombres que se ponen medallas por llevar al niño al parque“
“Es verdad que hay hombres que se ponen medallas por ir a la compra o por sacar al niño al parque, aunque hay otros muchos que asumen la carga mental y ordenan armarios y abren la nevera para ver lo que falta. Está habiendo una evolución, y ahora somos nosotros los que tenemos que asumir una responsabilidad que hasta ahora han asumido las mujeres”, defiende desde Gran Canaria Pedro Unamunzaga, psicoterapeuta y miembro de AHIGE, al que también hemos llamado para hacer este reportaje.
Pedro nos cuenta que a su consulta van muchos hombres que cuidan y a los que hay que apoyar, porque “hay depresiones, incluso traumas que se pueden generar por cuidar a alguien que sufre o que está mal”, reconoce.
“Muchos hombres huyen del dolor, no aceptan su vulnerabilidad“
Y si sólo hay que tener empatía, paciencia y voluntad ¿por qué siguen siendo minoría los cuidadores hombres?, aprovechamos para preguntarle. “Ya sea una empresa la que cuide o sea a nivel familiar, creo que hay una huida del dolor más acusada en los hombres que en las mujeres, una falta de aceptación de la vulnerabilidad, ellos no quieren sentirse mal… Eso es más propio del género masculino”, contesta.
Las alegrías también existen
A pesar de las dificultades, que son muchas, hay también motivos de alegría en esto de cuidar, comentan. Héctor lo tiene claro y nos emociona cuando habla de su trabajo en casa de Basilio: “Lo más satisfactorio es cuando ves que has logrado ayudar a esa persona, que tu trabajo ha valido la pena. Cuando esa persona te da un abrazo y te hace sentir como de la familia. Lo más bonito que me llevo de aquí es que me han hecho sentir de la familia”.
También Dani encuentra momentos mágicos en su cuidado: “Lo que más me gusta hacer es dormir con él. Cuando consigo que duerma y estamos los dos es como que el tiempo se para”.