Incertidumbre entre los vecinos de Castellón: "Hay peligro de que vuelva el fuego y queme lo poco que nos queda"

• El incendio ya ha calcinado 4.000 hectáreas y mantiene a 1.500 personas desalojadas
• Preocupa la situación de animales domésticos que no tienen agua ni comida

Guardia Civil y miembros de emergencias en la entrada a Villanuena de Viver en Castellón durante el incendio

La incertidumbre y la ansiedad de los vecinos de los pueblos del Alto Mijares, desalojados por el incendio declarado en Villanueva de Viver, se suma, también, a la de sus alcaldes y a la de los ganaderos que no pueden acceder a sus explotaciones y que temen por la vida de sus animales.

Los desalojados miran con preocupación la gran columna de humo que se ha comenzado a ver desde este mediodía a causa de un rebrote en el fuego, en el barranco de la Maigmona, dentro del perímetro de 40 kilómetros que se mantiene estable pese a las malas condiciones meteorológicas, marcadas por el fuerte viento y la baja humedad.

Alcaldes y ganaderos se han acercado durante la mañana al Puesto de Mando Avanzado (PMA) situado en Barracas para interesarse por la situación, conocer de primera mano el devenir del incendio y también intentar acceder, de manera autorizada, a sus explotaciones ganaderas.

"Incertidumbre y preocupación"

El alcalde de Montán, Sergio Fornás, ha asegurado que los vecinos desalojados, unos 200, están viviendo la situación con "muchísima incertidumbre y preocupación" especialmente ahora que "se ha reactivado el fuego en una zona de Montán muy complicada".

"Tenemos ahora el peligro de que nos vuelva a entrar el fuego por la zona de atrás del pueblo y que se nos queme lo poco que nos queda ya", ha agregado Fornás.

El alcalde ha explicado a EFE que han tenido tres incendios en los últimos años y la nevada de 2017 "dejó muchísimo mal" y "no se hizo ningún caso" cuando se quejaron, "y ahora están las cosas como están".

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Ha pedido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha visitado este lunes la zona, que "más allá de las buenas palabras" les tiene que "echar una mano y hacer más caso a los pueblos rurales".

Animales sin comida ni bebida

Los desalojados, que están en casa de familiares y en el seminario de Segorbe, se suman también a las personas mayores que se encontraban en la residencia y que fueron realojadas en otros centros por la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas.

Fornás ha señalado que hay una granja de pollos en el municipio en la que no hay luz y cuyo propietario "se ha quedado sin poder dar de comer a los animales, y está todo embalsado de agua".

Hay 18.000 pollos que tienen diez días y el dueño de la explotación está, ha dicho, "acobardado", porque "no puede pasar y además, como no tiene luz, tampoco puede ir a echarles de comer" porque todo está automatizado.

El alcalde de Puebla de Arenoso, Mateo Luna, ha descrito a EFE la situación de los vecinos desalojados como "muy complicada", con cuatro días fuera de casa, "sin saber cómo están los animales, sin luz, y esperando que pare este aire que lo único que hace es fastidiarnos".

Junto a él, dos ganaderos que tienen una explotación de vacas en el municipio intentan conseguir, sin éxito, el permiso para llegar hasta sus instalaciones y dar de beber a los animales.

Este domingo, explican a EFE los ganaderos, pudieron pasar con una cuba y les pusieron agua. Sin embargo, la situación que encontraron fue "dramática": de los 60 animales que tienen, quince habían muerto, siete habían desaparecido y unos cuantos aparecieron "con las orejas o las chapas identificativas quemadas"; han intentado volver este lunes, pero "al haberse reavivado las llamas" han tenido que dar media vuelta.

Algunos desalojados han vuelto a casa

Luna ha mostrado el agradecimiento de los vecinos por haberse podido reubicar en el seminario de Segorbe, donde "están muy bien y han podido también recoger los medicamentos que necesitaban en las farmacias".

Por su parte, el alcalde de Olba (Teruel), Federico Martín, ha explicado que los desalojados han podido volver y la población ya está ubicada en sus casas, algo que "necesitaban después de estar cuatro días fuera de sus casas".

"Tenían necesidad de ver cómo estaban sus viviendas y sus animales" y ahora "están contentos de estar en sus propiedades", según Martín.