Netanyahu cesa a su ministro de Defensa por pedir frenar la reforma judicial y miles de israelíes protestan en las calles
- Yoav Galant es el primer alto cargo que reclama públicamente la retirada de la polémica reforma
- El cónsul israelí en Nueva York, Asaf Zamir, ha anunciado, poco después del cese del ministro, su renuncia
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha destituido este domingo al ministro de Defensa de su Gobierno, Yoav Gallant, después de que el sábado pidiera públicamente la interrupción durante un mes de la polémica reforma judicial impulsada por el Ejecutivo.
"El primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha decidido hoy, domingo 26 de marzo, remover de su puesto al ministro de Defensa, Yoav Gallant", ha anunciado un portavoz del mandatario en un conciso comunicado que no aporta más detalles sobre esta medida.
La reacción de la población no se ha hecho esperar. Más de medio millón de israelíes han salido a las calles a manifestarse en distintos puntos del país, principalmente en las ciudades de Tel Aviv y Jerusalén. Según medios locales, las protestas han concentrado a más de 600.000 personas y podrían ser las más multitudinarias hasta el momento.
En Tel Aviv, miles de personas han bloqueado el tráfico de la principal arteria de la ciudad, portando banderas israelíes y al grito de "Democracia, democracia". En Jerusalén, cientos de manifestantes han roto uno de los cordones de seguridad en torno a la residencia del primer ministro y se han enfrentado con la Policía.
En paralelo, grupos de manifestantes se han concentrado también en las ciudades de Haifa, en el norte del país, y Beer Sheva, en el sur.
A diferencia de las protestas contra la reforma judicial que tienen lugar desde hace 12 semanas, habitualmente planificadas con anticipación y en coordinación con las fuerzas de seguridad, las manifestaciones de este domingo han sido espontáneas.
Galant, primer alto cargo que expresa su rechazo a la reforma judicial
Galant, miembro del partido derechista Likud de Netanyahy, es el primer alto cargo que muestra expresamente su rechazo a la polémica reforma judicial, que deberá ser aprobada definitivamente la próxima semana y que ha desencadenado un fuerte movimiento de protesta en el país.
"Nunca he visto el nivel de odio y dolor que veo ahora. La división en la sociedad llega hasta el Ejército y ello supone un peligro inmediato y tangible a la seguridad del Estado. No voy a ceder en esto", aseguró el ya exministro en un mensaje televisado.
"Tenemos que parar este proceso legislativo" durante un mes, afirmó Galant, quien dijo estar "comprometido" con los "valores del Likud" pero precisó que "los grandes cambios a nivel nacional deben hacerse a través de la consulta y el diálogo".
Estas declaraciones fueron rápidamente apoyadas por otros dos parlamentarios del Likud y rechazadas por otros miembros del Ejecutivo, incluyendo al ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir.
Además, el cónsul israelí en Nueva York, Asaf Zamir, ha anunciado, poco después del cese del ministro, su renuncia. "Tras los acontecimientos de hoy, ha llegado la hora de sumarme a la lucha por el futuro de Israel para asegurar que continúe siendo un faro de la democracia y la libertad en el mundo", ha escrito a través de su cuenta de Twitter.
El rechazo al despido de Gallant por parte de Netanyahu se han expandido rápidamente por múltiples esferas de la sociedad israelí, incluyendo los sindicatos, que según medios locales podrían anunciar mañana una importante huelga. Además, las universidades del país han informado de que interrumpirán las clases a partir de este lunes y un grupo de alcaldes y líderes municipales anticiparon que llevarían a cabo una huelga de hambre.
Ministros expresan su apoyo a Netanyahu
Al menos tres ministros del Likud, el partido liderado por el primer ministro, Benjamin Netanyahu, han anunciado su apoyo al jefe de Gobierno en caso de que decida pausar la reforma judicial.
El primero en manifestar su opinión ha sido el ministro de Cultura y Deportes, Miki Zohar, que ha declarado que pagarán "un alto precio" por el fracaso de la medida, al tiempo que ha expresado la necesidad de apoyar al primer ministro si "decide detener la legislación para evitar la ruptura creada en la nación".
Tras las palabras de Zohar, se ha posicionado así el ministro de Diáspora, Amichai Chikli, que ha sugerido "trazar una hoja de ruta renovada para la continuación de la legislación, presentarla públicamente y fijar de antemano reglas del juego".
Para Chickli, el Ejecutivo ha "cometido un error", no a la hora de "identificar la urgencia de la reforma, más imprescindible que nunca, sino en la forma de llevarla a cabo". "Aunque el destino final no cambia, recomiendo recalcular la ruta, (...) aunque tenemos todas la razón", ha agregado.
Por último, el ministro de Economía, Nir Barkat, ha reiterado que "apoyará al primer ministro en la decisión de parar y recalcular la ruta". "El Estado de Israel está por encima de todo. Un Israel está por encima de todo (...) La reforma es necesaria y la haremos, pero no a costa de una guerra fraticida", según ha manifestado en sus redes sociales.
Protestas en aumento
Las protestas contra la reforma judicial, que otorga al Gobierno el control absoluto sobre el nombramiento de los jueces del Tribunal Supremo e impide que los tribunales veten normas aprobadas por el Parlamento, se han sucedido desde que en enero el Ejecutivo presentara el proyecto y han ido progresivamente en aumento.
Netanyahu y sus aliados de extrema derecha y ultraortodoxos consideran que esta reforma es necesaria para restablecer un equilibrio de poder entre los cargos electos y el Tribunal Supremo, que consideran politizado. La medida busca otorgar más poder al Ejecutivo en detrimento de la Justicia, cuya independencia se vería socavada.
Este sábado, más de 630.000 manifestantes salieron a las calles de las principales ciudades del país en un intento de paralizar la nueva norma. Según el diario The Times of Israel, hasta 300.000 personas se concentraron en Tel Aviv, donde decenas de manifestantes cortaron la autopista Ayalon, lo que hizo que la Policía empleara gases lacrimógenos para dispersar la protesta, que se saldó con una docena de detenciones.
El cese del ministro ha sido rechazado por el ex primer ministro y actual líder de la oposición, Yair Lapid, quien ha indicado que esta medida "daña la seguridad nacional". "Netanyahu puede cesar a Gallant, pero no puede cesar la realidad ni al pueblo de Israel que se enfrenta a las locuras de esta coalición", ha escrito Lapid a través de su cuenta de Twitter.
El ex primer ministro, Naftali Benet, también ha expresado su profunda preocupación por la situación y ha señalado que Israel enfrenta el mayor peligro desde la Guerra del Yom Kipur en 1973. "Necesitamos detener las manifestaciones y protestas, y buscar el diálogo. Cualquier cosa que dañe la fortaleza del Ejército y el sistema de seguridad debe detenerse de inmediato", ha expresado Gallant durante una intervención televisada.