Netanyahu aplaza a mayo la reforma judicial ante la presión de las protestas: "Me voy a tomar un tiempo para dialogar"
- El primer ministro israelí subraya que su Gobierno "jamás aceptará una guerra civil"
- Más de 650.000 personas tomaron las calles en la noche de este domingo tras el cese del ministro de Defensa
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha anunciado que retrasará hasta mayo la tramitación de la polémica reforma judicial impulsada por su Gobierno para llegar a un "amplio consenso". La propuesta ha provocado las mayores protestas de la historia del país, con un récord de 650.000 asistentes en la noche de este domingo, aunque, tras el anuncio del mandatario, los sindicatos han desconvocado la huelga general.
"Por responsabilidad nacional, decidí suspender la segunda y tercera lectura de la ley en esta sesión de la Knéset para dar tiempo a tratar de llegar a un amplio consenso, en preparación para la legislación durante la próxima sesión parlamentaria", ha declarado el primer ministro en un mensaje televisado, tras horas de reuniones con sus socios de gobierno y después de retrasar su discurso más de siete horas.
Israel lleva trece semanas consecutivas de protestas desde que el nuevo gobierno de Netanyahu anunció a principios de enero su plan de reforma judicial, tan solo seis días después de asumir el poder. En esencia, la reforma busca mermar la independencia de la Justicia y aumentar el control gubernamental sobre la misma. Tras el anuncio de Netanyahu, el principal sindicato de Israel ha cancelado su huelga general nacional.
Entre sus controvertidas medidas incluye la "cláusula de anulación", por la que una mayoría parlamentaria podría revertir fallos del Supremo. Además, la propuesta da al gobierno control casi total sobre la elección de los jueces y permite que cargos políticos ocupen los puestos de asesores legales de los ministerios.
Por esta razón, sus detractores ven la reforma como una amenaza para la democracia israelí al violar la separación de poderes, mientras que sus defensores opinan que el Tribunal Supremo israelí se inmiscuye demasiado en política y es necesario limitar ese poder.
“El gobierno ha llevado a Israel al borde de la destrucción y todavía amenazan con desmantelar la democracia. Un congelamiento temporal no es suficiente y las protestas nacionales continuarán intensificándose hasta que la ley sea rechazada por completo en la Knéset", ha declarado el Movimiento Paraguas contra la Dictadura, que aglutina a varios grupos civiles.
Netanyahu subraya que "jamás aceptará una guerra civil"
El primer ministro israelí ha afirmado que es consciente de las crecientes tensiones en la sociedad israelí, pero ha asegurado que hay una "minoría extremista" que está "desgarrando a Israel".
Netanyahu ha recalcado que "no debe haber una guerra civil" y que "cuando hay una opción para evitar laguerra civil a través del diálogo, tomo un tiempo para el diálogo". El primer ministro ha advertido de que esta situación supone "una amenaza real para la unidad nacional".
El israelí también ha señalado que rechazar prestar servicio militar supone un "grave delito" y ha resaltado que Israel no puede pervivir sin un Ejército que lo defienda. Por ello ha pedido a todas las partes actuar con "responsabilidad".
El presidente israelí, Isaac Herzog, quien había pedido a Netanyahu que frenara la reforma, ha asegurado que retarasarlo es "lo correcto". "Necesitamos el acuerdo más amplio posible. Insto a todos a mostrar responsabilidad", ha añadido.
Por su parte, el ex primer ministro Yair Lapid ha dicho que la oposición necesita estar segura de que Netanyahu no se está entregando a "trucos" y ha recalcado que han tenido "malas experiencias" en el pasado con él. "Pero si el gobierno se involucra en un diálogo real y justo, podemos salir de este momento de crisis más fuertes y unidas y podemos convertirlo en un momento decisivo en nuestra capacidad de vivir juntos", ha añadido.
Netanyahu cesó la noche del domingo a su ministro de Defensa, Yoav Gallant, después de que se pronunciara públicamente a favor de frenar la reforma, lo que suponía a su juicio un "peligro real e inminente para la seguridad de Israel". Como respuesta, una cifra récord de más 650.000 israelíes salieron anoche a las calles de todo el país, sobre todo en Tel Aviv, en protestas improvisadas que se convocaron rápidamente por las redes sociales.
Ben Gvir acepta retrasar la reforma judicial
Minutos antes, el ministro de Seguridad de Israel, el ultraderechisa Itamar Ben Gvir, aceptaba retrasar la reforma judicial a cambio de que se lleve a cabo en la próxima sesión parlamentaria.
"Acepté eliminar el veto para rechazar la legislación a cambio de un compromiso del primer ministro Benjamín Netanyahu de que la legislación se presentaría a la Knéset para su aprobación en la próxima sesión", ha afirmado Ben Gvir en un comunicado.
Ben Gvir habría cedido a retrasar la reforma a cambio de la formación de una Guardia Nacional bajo el Ministerio de Seguridad que lidera, una medida que podría ser aprobada en la próxima reunión del gabinete de la coalición.
Según los medios locales, Ben Gvir había amenazado con dejar el gobierno si se detenía el plan de la reforma judicial, poniendo en peligro el gobierno de coalición. El ultraderechista ha sostenido con anterioridad ue la reforma judicial "no debe ser detenida" y ha subrayado que "no hay que rendirse ante la anarquía".
"La reforma pasará. Se establecerá la Guardia Nacional. El presupuesto que exigí para el Ministerio de Seguridad será aprobado en su totalidad", ha indicado Ben Gvir en su cuenta en Twitter. "Nadie nos asutará. Nadie logrará cambiar la decisión del pueblo", ha añadido.