Los vocales progresistas no logran un acuerdo para una dimisión en bloque que fuerce la renovación del CGPJ
- La idea era que se sumaran a la renuncia de Concepción Sáez para poner en peligro el quorum del órgano
- No hay previstas más reuniones del sector progresista para abordar este asunto antes del pleno de este jueves
Los vocales progresistas del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) no han logrado alcanzar un acuerdo sobre una posible dimisión en bloque que permita forzar la renovación del órgano de gobierno de los jueces, caducado desde diciembre de 2018.
Este martes, se han reunido para valorar esta opción que, sin embargo, no ha logrado el consenso entre los ocho vocales que integran el sector progresistas. El encuentro ha servido para que discutan por primera vez entre todos este asunto, pero sin que quienes apoyan la renuncia colectiva hayan logrado convencer a los que se muestran reacios, de modo que las diferencias persisten.
El objetivo era intentar pactar una postura común que llevar al Pleno ordinario de este jueves, donde ya figura en el orden del día una "dación de cuenta" de la renuncia presentada por Sáez. No obstante, según fuentes del CGPJ a RTVE, no hay previstas más reuniones del sector progresista para abordar este asunto.
Una dimisión en bloque para poner en riego el quorum del Pleno
La iniciativa partió el pasado jueves del vocal progresista Álvaro Cuesta, un día después de que se conociera que su compañera Concepción Sáez había presentado su renuncia al presidente interino del CGPJ, Rafael Mozo, el 13 de marzo ante la "insostenible" situación del Consejo, tanto por la interinidad como por las tensiones internas.
La idea era que los otros siete vocales progresistas –los designados a propuesta del PSOE más Enrique Lucas, nominado por el PNV pero que suele alinearse con este bloque– se sumaran a Sáez para poner en peligro el quorum del Pleno y empujar a Gobierno y PP a pactar la renovación, pendiente desde el 4 de diciembre de 2018.
Los interrogantes giran en torno a las consecuencias prácticas de esta hipotética dimisión colectiva. En primer lugar, por el 'quorum' del Pleno. Actualmente, es de 11 (10 más el presidente), por lo que la partida de los vocales progresistas podría impedir que se constituyera. Sin embargo, desde el ala conservadora se avisa de que, puesto que Mozo es un presidente interino, podría interpretarse que con los 10 miembros conservadores es posible seguir trabajando.
Fuentes jurídicas a EFE recuerdan que, además, no oafectaría a la Comisión Permanente, el organismo que administra el día a día del Consejo y que, ante una hipotética dimisión en bloque de los progresistas, no se vería afectado y seguiría funcionando con normalidad pues si tendría quorum para convocarse.
Es por ello que existen voces entre los progresistas que consideran las dimisiones "inviables" porque "no garantiza en absoluto" que eso fuerce a los partidos a sentarse a renovar. "Sería un gesto más simbólico que operativo" que, además, otorgaría "el control del poder judicial a los conservadores".
Sáez dimitió ante la "larga crisis" en el CGPJ
El Consejo cuenta a día de hoy con 18 vocales, después del cese de su expresidente, Carlos Lesmes, un fallecimiento y una jubilación, y teniendo en cuenta que la renuncia de Sáez aún debe ser aceptada por el actual presidente, Rafael Mozo.
De momento, Mozo solo tiene sobre la mesa la carta de renuncia que Sáez le envió el 13 de marzo. En el caso de que Mozo la acepte, el bloque progresista estaría integrado por seis miembros, a los que suele unirse en sus votaciones el vocal Enrique Lucas, propuesto en su día por el PNV.
En la carta, Sáez plantea su renuncia como "ineludible" porque el CGPJ lleva caducado más de cuatro años y, a pesar de haber "aguantado" todo este tiempo "no sin inquietud ni incomodidad", "en este momento resulta difícil pronosticar cuándo y cómo se resolverá esa larga crisis".
Además, la vocal señala a "la incapacidad de tomar determinadas decisiones en el ejercicio ordinario de las competencias de este órgano al tiempo que se clama por la recuperación de competencias impropias de un Consejo en funciones", algo que dice ha terminado por "agotar" su "paciencia".