Marta González de Vega: "Todos llevamos dentro a Caperucita... ¡y a la loba!"
- Tras su éxito en el teatro, escribe y protagoniza la adaptación cinematográfica dirigida por Chus Gutiérrez
- Una película participada por RTVE, que llega a los cines este 5 de abril
Primero fue una exitosa novela, luego un monólogo que lleva 7 temporadas llenando un teatro madrileño y ahora la escritora, guionista y actriz Marta González de Vega lleva al cine a su personaje (y a los hombres que la hacen pasar De Caperucita a loba), con la ayuda de la directora Chus Gutiérrez (Retorno a Hansala, El Calentito). Una película participada por RTVE, que ambas presentaron con gran éxito en el último Festival de Málaga y que promete ser una de las comedias del año. Se estrena en cines este miércoles, 5 de abril.
Preguntamos a Marta cómo cambia el humor al pasar del teatro al cine: "Aunque haya muchos chistes y situaciones que la gente que haya visto la obra de teatro va a identificar, la verdad es que cambia muchísimo. Sobre todo porque allí era un monólogo y el el cine tienes al lado a esos grandes actores, lo que da lugar a una gran cantidad de humor físico y a poder desarrollar un montón de situaciones que eran inviables en el teatro. Y eso enriquece un montón la historia".
"Y es que -añade Marta-, cuanto hice la obra teatral, ni en el mejor de mis sueños podía imaginas que esos seis tíos iban a ser Berto Romero, David Guapo, José Mota, Marco Zunino, Javier veiga... Además de que mis padres son Elena Irureta y Antonio Resines. Sin olvidar a Martita de Graná ni a Santiago Segura (recordemos que Marta es coguionista de las exitosas comedias de Segura, como Padre no hay más que uno o A todo tren). Aunque en la vida real me vaya tan mal que haya escrito esta historia, para la película he podido elegir, porque es previo pago, a los hombre que quería. Estoy encantanda con este reparto".
Además, Marta confiesa que esta película es un sueño hecho realidad: "Desde que escribí el libro, que se publicó en 2015, ya tenía planeado hacer la obra de teatro y la película. No sabía si se iba a cumplir mi sueño, pero aquí estamos. Llevo siete temporadas con la obra de teatro en Madrid, donde sigo todos los sábados, y ahora he cumplido ese sueño de convertirla en película".
Aprender a reírnos de nosotros mismos
Marta, la protagonista de la película consigue pasar de Caperucita a loba cuando decide usar cada situación patética en que la pone el amor para aprender a reírse de sí misma más fuerte que nadie. Internándose en el bosque del drama, llegará a convertirse en la protagonista de su propia comedia al descubrir que del drama brota la risa y de la risa, ¡el poder!
Pero... ¿Hasta qué punto Marta es esa Caperucita de la película? "Soy yo -confiesa-. Es una mezcla mía, de mis amigas y de todas las mujeres que conozco. Y de todos los hombres también, porque esta película es para todos los sexos. Porque cuando nos enamoramos nos comportamos todos igual, tenemos las mismas inseguridades... Mi experiencia en el teatro, y esto es una cosa que remarco mucho, es que los hombres se ríen por igual, han pasado por las mismas cosas. Y creo que esa es la fuerza que puede tener esta película: todos llevamos dentro a la Caperucita... ¡y a la loba!; y mostrar una u otra depende de de tu capacidad para convertir el drama en comedia, de aprender a reirnos de nosotros mismos. Lo que hacemos en la peli es dar pautas para aprender a cambiar ese chip. Sacas más a la loba y vas controlando a la Caperucita".
Preguntamos a Marta qué opinan esas amigas cuyas experiencias ha reflejado en la historia: "Como no doy nombres les hace ilusión reconocerse. Algún nombre real de tío si que he dejado y cuando vaya al cine se va a reconocer (ríe). No sé si te lo he contado (le dice a Chus Gutiérrez), pero una de las cosas más patéticas que se ven en la película me lo dijo un tío de verdad. Después de la entrevista te diré cual es para no hacer spoiler".
¿Son reales los hombres que aparecen en la película? Marta nos contesta: "En realidad más que hombres son actitudes que te puedes encontrar. Y un mismo hombre, en según qué momentos de su vida, puede ser cualquiera de ellos. Incluso una mujer. Y siempre digo que esto es para todos los sexos. Porque aunque yo lo cuento desde mi perspectiva de mujer heterosexual, creo que funciona también a la inversa, en relaciones homosexuales, seas quien seas, sea cual sea tu sexo... porque al final somos seres humanos y todos tenemos las mismas mezquindades, las mismas miserias y las mismas inseguridades. Eso es lo interesante, que esos personajes representan esas actitudes frente a las relaciones que tenemos, tanto hombres como mujeres, en la sociedad actual. Por eso creo que todos los espectadores se sentirán identificados con esas actitudes".
"Lo bueno de apelar en la comedia a las cosas más íntimas y emocionales de las personas es que esas cosas no cambian. Por eso los grandes clásicos de la comedia siguen tan vigentes. porque, aunque se hayan escrito hace siglos, si tratan de emociones, estas siguen siendo las mismas" -concluye Marta-.
Una estupenda directora
Siendo una película y una historia tan personal, preguntamos a Chus Gutiérrez por qué quiso dirigirla: "Cuando me incorporé al proyecto, Marta ya tenía cerrado el guion y para mí era un reto tener en el set a la protagonista absoluta y a la guionista. A la persona que mejor conocía al personaje y la historia. Así que yo tenía que apropiarme un poco de esa historia para poder contarla. Era arriesgado, pero a mí el riesgo me gusta y trabajar con Marta ha sido para mi un enriquecimiento. Yo nunca había trabajado en el humor de esta forma. Mi película que es más comedia es El Calentito, pero era un humor totalmente diferente. por eso ha sido una experiencia muy enriquecedora y en la que cada día aprendía algo".
"A veces -confiesa Chus-, Marta me decía: "¿Pero esto lo vas a rodar así?" Y yo le contestaba: "Marta, lo siento, pero yo soy la directora" (ríe). Y ella se callaba. Fueron momentos muy puntuales".
"Como guionista discutía mucho las cosas, como tiene que ser -replica Marta-. Pero luego, como actriz, era muy disciplinada y me callaba. Así que cuando la guionista se quejaba de algo, mi yo actriz le decía: "Tú te callas".
"Pero fue un rodaje muy bonito -asegura la actriz y guionista-. Todo el equipo decía que el buen rollo que había en el rodaje no era habitual. En las películas que hago con Santiago Segura también hay muy buen rollo, pero yo no tenía esa experiencia de pasar todos los días diez horas en el set de rodaje. Y a mí me parece que conseguir ese ambiente es trabajo del director, de Chus. Y todo el mundo comentaba ese buen ambiente de rodaje".
Cómo montar un unicornio en la Gran vía por la noche
Una de las escenas que quedarán para la posteridad de esta película es en la que Marta vuelve a casa, de noche, montada en un unicornio por una Gran Vía casi vacía. Y es que cortar y vaciar esta calle no es algo que se vea todos los días en el cine (ya lo hizo Amenábar en Abre los ojos) "¡Fue absolutamente maravilloso! -asegura marta-. Esa noche pensé que ya podía pasar lo que fuera porque yo estaba subida a un unicornio y paseándome por la Gran vía. Agradezco a todo el equipo que lo hiciera posible, que se movilizara para hacer ese sueño realidad. ¡Fue increíble! De hecho, Chus y yo tenemos una foto maravillosa de lsa dos tiradas ahí, en medio de la Gran Vía".
"Era algo que nos daba mucho miedo porque no sabíamos si íbamos a poder conseguir los permisos -confiesa Chus-. Porque teníamos que meter diez caballos en la Gran Vía. Al principio pensamos en hacerlo en animación, pero no me apetecía nada utilizar los dos lenguajes. Prefería hacerlo de una forma realista. Y por eso hay que agradecer el enorme trabajo de producción y el aposyo de la Comunidad de Madrid. Fue un trabajo en equipo. El cine siempre es un trabajo en equipo".
"Una comedia debe aspirar a que te rías el mayor número de veces posible"
Como diresctora, preguntamos a Chus cómo fue pasar el humor del teatro al cine. "Yo creo que todo está en los guiones. Cuando un guion está bien escrito, bien construido, funciona. Pueden pasar imponderables, pero normalmente la traducción directa del guion a la película es muy clara. Nosotros teníamos una buena base, a una actriz que llevaba con esta historia diez años y un elenco impresionante. Entonces... ¿qué podía salir mal? Ya sé que siempre hay riesgos, pero esta vez teníamos todo a favor para hacer una buena película. Y ha salido bien".
Marta González de Vega remarca la importancia del humor en su trabajo: "Yo empecé en El Club de la comedia. Luego he escrito seis películas con Santiago Segura y en todo lo que hago, intento que haya el máximo nivel de humor posible. Yo creo que normalmente se es más exigente con el humor en la tele que en el cine. En el cine parece que con que te rías dos veces ya es una comedia. Y para mí, una comedia debe aspirar a que te rías el mayor número de veces posible. Por eso, cada poco tiempo intento meter un gag o un chiste. Luego están los momentos mágicos, que también son importantísimos en el cine. Y los momentos de belleza, que Chus reivindica mucho. Porque el cine tiene un don especial para crear momentos bellos. Pero yo soy muy de intentar que haya gags continuos y risa continua".
Chus defiende la importancia del humor en nuestras vidas: "El humor es importantísimo para todo, para vivir, para las relaciones contigo misma y con los demás. A veces estás llorando y un segundo más tarde alguien te dice algo y te pones a reírte. La vida sin humor sería insoportable".
Pero... ¿En qué se diferencia el humor de Caperucita y el de las comedias que Marta hace con Segura? "El tiempo que llevo escribiendo con Santiago es el mismo que he estado en el teatro con Caperucita -confiesa Marta-. Por eso siempre he tenido esa dualidad dentro de mí. Creo que lo bonito que tiene el trabajo de los guionistas es saber adaptarte a cualquier cosa. Nunca me había imaginado escribiendo cine familiar, porque no estoy casada y no tengo hijos. Por eso, para mí, el gran reto cuando escribimos Padre no hay más que uno, es que la gente se sintiera tan identificada. En Caperucita me resulta más fácil, porque es lo que yo vivo, lo que viven mis amigas... Pero que sin tener hijos, ni marido ni nada, venga todo el mundo a decirme lo identificado que se ha sentido viendo Padre... es como satisfacción triple. Porque eso sí que ha sido investigación".
Chus nos confiesa que después de está película "no me importaría rodar otra comedia". Mientras que Marta no descarta dirigir algún día: "Se te despierta el gusanillo, porque cada vez quieres abarcar más parte del proceso. En ese sentido, Chus ha sido súper generosa conmigo en hacer muchas cosas en equipo y tal. Y me ha fascinado, me ha fascinado. Entonces cada vez quieres abarcar más parte del proceso".