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La fiebre del manga: editoriales y librerías apuestan por un mercado que suma cada vez más lectores

  • Informe Semanal aborda el auge de las viñetas niponas en Occidente
  • Desde 2020, las ventas de manga han aumentado casi un 200%

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Informe Semanal - La fiebre del manga

Cualquier aficionado a la lectura se habrá percatado del detalle: en las librerías y bibliotecas el espacio dedicado al manga no deja de crecer. Lo que hasta hace poco ocupaba apenas un par de estanterías hoy llena secciones enteras, cada vez más amplias, con más títulos y más novedades que nunca.

El cómic japonés ha conquistado Occidente y España no es ajena al fenómeno. Para comprobar su alcance basta un vistazo a la lista de los libros (de cualquier género, no sólo cómic) más vendidos que publica habitualmente la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (Cegal): ahora mismo entre los 100 más buscados en toda España hay cinco mangas, tres de ellos, por delante de lo último de Juan Gómez Jurado o Camilla Lackberg.

En los últimos tres años sus ventas han aumentado casi un 200%. Y eso, pese a sus códigos de lectura, tan diferentes a los nuestros: se leen a la inversa, desde la última página y de derecha a izquierda.

Enganchan con la misma fuerza que se engancha alguien a una telenovela

"Ahora mismo el manga vende mucho", confirma Ismael Contreras, jefe de ventas de Generación X, una cadena de librerías especializada en cómic. "Nosotros lo notamos cuando el stock se rompe, cuando de repente hay una colección que tiene quince números y es imposible conseguirla completa porque siempre hay algún número agotado".

Este auge tiene mucho que ver con la variedad de temas, estilos y géneros que abarcan las viñetas japonesas, un arte en el que cabe prácticamente todo: desde aventuras, terror o romance juvenil..., a ensayo histórico, gastronomía, deporte o temática LGTBI. Por algo en Japón se dice que hay un manga por cada lector. Aunque, eso sí, el público mayoritario sigue siendo el adolescente, el que ha convertido en superventas sagas como 'One Piece' de Eiichiro Oda, o 'Haikyû!!', una especie de Oliver y Benji versión voleibol que en 2021 llegó a ser el libro más vendido en toda España, por encima de cualquier revista o novela.

Publicaciones serializadas, por entregas, que "tienen la capacidad de dejarte siempre con el cliffhanger..., con algo que contarte", dice Contreras. "Por eso enganchan con la misma fuerza que se engancha alguien a una telenovela".

El tirón del anime

Muchos de los lectores jóvenes llegan al manga a través del anime (los dibujos animados japoneses) y viceversa. Que papel y pantalla se retroalimentan lo sabe bien Jorge Gabarró, CEO de Selecta Visión, la mayor distribuidora de animación japonesa en España. "La audiencia global del anime desde hace dos años se ha duplicado", asegura. Empezaron en los años 90, la época en la que aterrizaron en España películas como Akira y series como Caballeros del Zodiaco.

Hoy manejan un catálogo de 200 referencias por el que se interesan cada vez más, cuenta, los gigantes del streaming: "Nuestros principales clientes están siendo Amazon, Netflix y grandes plataformas. Tienen el foco puesto porque lo más visto en Internet es Ataque a los titanes por encima del Juego del Calamar, por encima de la Casa de Papel, sin olvidar los clásicos como Dragon Ball", la serie que para muchos prendió la mecha del manga en España.

"Dragon Ball no fue el primer manga que se publicó en España, pero sí que fue el que hizo que todo esto explotara", asegura Annabel Espada, responsable de la línea manga de Norma Editorial. "Todo el mundo veía Dragon Ball. Yo recuerdo en aquella época que cuando la televisión autonómica catalana compraba nuevos capítulos, eso era noticia. Salía en el telediario cuando había nuevos capítulos. Eso no se ha vuelto a ver".

Las aventuras de Goku y compañía marcaron tanto que sin ellas el impacto del manga, más allá de Japón, quizás no sería igual. Akira Toriyama, su creador, es el segundo autor japonés más traducido tras Haruki Murakami. "Dragon Ball y Akira son los grandes mensajeros del manga en Occidente", afirma Kenny Ruiz, uno de los principales mangakas españoles: "No me canso de decirlo, Dragon Ball es un manga buenísimo. A día de hoy todavía lo puedo releer, lo puedo volver a estudiar y no paro de aprender con la habilidad de Akira Toriyama. Nada se abre camino en el mundo entero si no es porque es excepcional".

El arte de traducir manga

Precisamente Dragon Ball tiene mucho que ver con que Marc Bernabé acabara estudiando la lengua y la cultura japonesa: "Goku, el personaje principal de Dragon Ball, va con un uniforme con una letra japonesa", cuenta. "Estas letras, esta idiosincrasia del idioma japonés, fue lo que más me llamó la atención y me hizo decantarme por estudiar este idioma". Hoy el nombre de Bernabé y el de su empresa, Daruma, aparecen en las páginas de la mayoría del manga publicado en España y es una referencia en el mundo de la traducción: "Me encanta traducir y he tenido mucha suerte en mi carrera profesional. He podido traducir grandes obras del manga como Akira, Naruto, Bleach, Death Note..., muchas series que la gente tiene grabadas en la memoria".

La mayor complejidad a la hora de trasladar el japonés a nuestro idioma son los juegos de palabras, a menudo sin traducción: "Nuestra tarea es trasladar lo que los autores han escrito de la forma más fidedigna posible", explica, pero al mismo tiempo hay que interpretar el tono "para que el lector o el espectador de aquí pueda vibrar de la misma forma que lo haría un japonés".

No todos los 'mangakas' son japoneses

Que el manga está de moda se aprecia también en las aulas de la Escola Joso, en Barcelona. El principal referente académico en Europa para quienes quieren dedicarse al cómic de forma profesional. Entre su alumnado, muchos aspirantes a mangaka, como denominan en Japón a los creadores de este tipo de viñetas. Allí es donde estudió Miriam Bonastre, la autora de cómic europeo más vendida de 2022 con 'Hooky', un manga que empezó publicando en la plataforma Webtoon - dedicada al cómic online - y que tras lograr 95 millones de lectores acabó saltando al papel.

Su historia - que ya va por la segunda entrega - ha conquistado a un público joven mayoritariamente femenino: "El cómic americano tradicionalmente estaba muy enfocado en un mismo género, el de superhéroes y muy dirigido a un público masculino joven, adolescente", explica Bonastre. "En cambio, en el manga, al haber tantas historias, géneros distintos..., creo que ha llamado la atención a las mujeres, a las chicas".

Más difícil que triunfar aquí es hacerlo en Japón, siendo extranjero y mangaka. Kenny Ruiz es uno de los pocos autores españoles que trabaja para el hermético mercado nipón. "Hasta ahora el idioma era una barrera fortísima", asegura. Para hacerse un hueco allí es esencial comprender los tiempos y la narrativa del manga: "En el cómic book estadounidense el centro está en la acción, en el cómic europeo el centro está en la situación y en el manga el centro está en la emoción. La emoción lo absorbe todo", explica.

"El objetivo es que el espectador comunique con las emociones de los personajes por encima de cualquier otra cosa, dejando de lado, si hace falta, el escenario o incluso degradando la acción lo más posible hasta que el lector lo sienta como si le estuviera sucediendo a él". Quizás ahí radique el éxito del manga: al fin y al cabo, el de los sentimientos es un lenguaje universal.