El FMI mejora su previsión de crecimiento para España este año hasta el 1,5% y eleva la inflación al 4,3%
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha mejorado su previsión para España y ha situado el crecimiento de la economía en el 1,5% este año, cuatro décimas más que en la proyección anterior. En unas perspectivas marcadas por las turbulencias en el sector bancario, el alza de precios y el persistente impacto de la guerra en Ucrania, la institución financiera ha empeorado el pronóstico de la inflación española en 2023 hasta el 4,3% y ha restado cuatro décimas al Producto Interior Bruto (PIB) de 2024, que se queda en el 2%.
De este modo, España será el país que más crezca este año en la zona euro, donde Alemania entrará en recesión (-0,1%) y Francia e Italia mantendrán su avance en un 0,7%, según la estimación. Esto supone, en cualquier caso, una ralentización de la economía: hace un año el FMI previó un aumento del PIB español del 4,8% durante 2022, ejercicio que ha cerrado por encima del 5%. El mundo igualmente crecerá más lento en 2023, hasta un 2,8%, según sus cálculos.
Pese al ajuste, el PIB español liderará también el crecimiento en 2024 de las categorizadas como "economías avanzadas", por delante de Estados Unidos (1,1%), Reino Unido (1%), Canadá, (1,5%), Japón (1%) y la media de la eurozona (1,4%), incluidas Alemania (1,1%), Francia (1,3%) e Italia (0,8%).
Eleva la inflación esperada al 4,3% en 2023
En el terreno de la inflación, por su parte, el FMI ha empeorado el pronóstico para el país. La actualización arroja para España un 4,3% de alza de precios para el consumidor en 2023 y del 3,2% en 2024. Estas cifras suponen un sustancial descenso respecto al 8,3% del año pasado, pero son peores que las proyecciones de enero, cuando se esperaba que fuera del 3,7% y 2,7%, respectivamente.
Con todo, este año la inflación española estará por debajo de la media de la zona euro (en 5,3% en 2023) y las principales economías europeas (con 5,6% de media y solo Países Bajos, Luxemburgo y Chipre con una tasa inferior al 4%). "Permitirá mantener el diferencial positivo y seguirá favoreciendo la competitividad de las empresas", han valorado fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos, que dirige la vicepresidenta Nadia Calviño.
Por contra, en el 2024, el alza de precios en España quedará ligeramente por encima del resto, según el FMI, que espera una inflación media del 3% en las economías europeas avanzadas y del 2,9% en la eurozona en el siguiente ejercicio.
Mejora el paro, que sigue duplicando a las grandes economías europeas
Como cada año, España es el país que sale peor parado en los datos de paroEl FMI ha mejorado la previsión de tasa de desempleo media hasta el 12,6% este año —el doble que los países del entorno— y el 12,4% el año que viene. Esto supone una variación de dos y una décima respectivamente respecto a la proyección de enero.
En la Unión Europea, solo en Grecia se estiman tasas de paro similares, aunque mejores, con un 11,2% en 2023 y del 10,4% en 2024, que casi duplican la media de la "Europa avanzada" (6%) y de la zona euro (6,8%). En esta cuestión, sobresale el 3,3% de desempleo en Alemania este año y el 3,9% de Países Bajos y Eslovenia.
El crecimiento mundial se ralentiza
El FMI reconoce el jarro de agua fría que han supuesto una "inflación obstinadamente alta" y las "recientes turbulencias del sector financiero" para las perspectivas de la economía mundial, en riesgo de anotar uno de los crecimientos más débiles desde la recesión mundial de 2021, con excepción de la pandemia de 2020 y la crisis financiera de 2009.
En cualquier caso, la organización financiera ha elaborado sus previsiones con un escenario de referencia que supone que dichas tensiones del sector financiero se contienen. Bajo esa luz, estima que el crecimiento mundial se quedará en un 2,8% en 2023, frente al 3,4% del año anterior. Las economías avanzadas experimentarán la ralentización más pronunciada en este horizonte temporal, según las proyecciones, que sitúan su crecimiento en el 1,3% este año, frente al 2,7% de 2022. Además de Alemania, Reino Unido registra una ligera recesión (-0,3%), tres décimas menos profunda de lo estimado en invierno.
En cambio, los mercados emergentes resisten el envite y pasan del 4% de 2022 al 3,9% en 2023 y el 4,2% en 2024. Entre ellos, destaca el crecimiento de la India (6,3% en el próximo año), la vuelta de China tras el parón de la pandemia (5,2% este año, frente al 3% del anterior) y el desplome de Arabia Saudí (3,1% cada año desde el 8,7% de 2022).
En definitiva, la economía mundial crecerá lentamente hasta establecerse en un 3% a cinco años vista, lo que supone la previsión a medio plazo más baja en décadas.
Solo en el caso de que persistan mayores tensiones en el sector financiero —un escenario alternativo "plausible"—, el FMI pronostica que el crecimiento mundial disminuiría hasta alrededor del 2,5% en 2023, lo que supondría una de las ralentizaciones más acusadas del siglo XXI.
Finalmente, el informe estima que la inflación mundial se reducirá hasta el 7% este año, desde el 8,7% del 2022, debido a la bajada de precios de las materias primas. "La inflación subyacente podría resultar más persistente de lo previsto, lo que exigiría un endurecimiento monetario aún mayor para controlarla", señala la organización, que califica de "improbable" que la inflación vuelva al objetivo antes de 2025. Será especialmente elevada en los mercados emergentes y economías en desarrollo en 2023 (8,6%), por encima de las economías avanzadas (4,7%).
Un contexto con más riesgos
Así, el FMI advierte que "las probabilidades de un aterrizaje brusco han aumentado considerablemente", al describir los riesgos que pueden marcar la marcha de la economía mundial. A pesar de que los bancos centrales han logrado retener el alza de precios con las subidas de los tipos de interés, la inflación subyacente se mantiene y está tensando el mercado laboral en varias economías, cuestiones que se destacan en el informe junto a las "vulnerabilidades" reveladas en el sector bancario y el miedo a un contagio por todo el sistema financiero.
Entre las preocupaciones de la institución dirigida por Kristalina Georgieva, se mencionan igualmente los niveles de deuda elevados en un contexto de mayor coste del dinero, mientras persisten igualmente las tensiones geopolíticas que rodean a la invasión rusa de Ucrania y que elevan los precios de los alimentos y de la energía, al tiempo que afectan a la inversión extranjera directa y pueden provocar "grandes pérdidas de producción". Sin embargo, reconoce el informe, el alza de las materias primas por la guerra se ha moderado y se han aliviado los problemas en las cadenas de suministro derivados de la pandemia de COVID-19.
"Estas perspectivas anémicas reflejan las estrictas políticas necesarias para reducir la inflación, las consecuencias del reciente deterioro de las condiciones financieras, la guerra en Ucrania y la creciente fragmentación geoeconómica", resume el documento.
Finalmente, el FMI insta a los bancos centrales a mantenerse "firmes en su política antiinflacionista más estricta", sin descuidar la estabilidad financiera, y aboga por una "política restrictiva general" por parte de los Gobiernos, sin olvidarse por ello de las personas que más están acusando el aumento del precio de la vida.