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El presidente suizo condena "la ineptitud" de los altos cargos de Credit Suisse

  • Alain Berset afirma que "la confianza del banco fue destruida por los responsables"
  • El Banco Nacional de Suiza puso a disposición de UBS y Credit Suisse 150.000 millones de euros

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El presidente federal de Suiza, Alain Berset, en la Asamblea Federal en Berna
El presidente federal de Suiza, Alain Berset, en la Asamblea Federal en Berna

El presidente de Suiza, Alain Berset, ha condenado este martes "la ineptitud" de los altos cargos de Credit Suisse, cuya gestión en el pasado dio lugar a que el banco llegase a "una situación próxima al hundimiento", del que se salvó al ser comprado por su rival UBS en una operación respaldada por el Gobierno.

"La confianza en el Credit Suisse fue destruida progresivamente por los responsables que, como es evidente, no fueron capaces de aprender las lecciones de la última crisis financiera de 2008 ni de asumir sus responsabilidades frente a sus colaboradores", ha dicho Berset al intervenir en una sesión extraordinaria que el Parlamento suizo dedica a esta crisis bancaria.

Más de un centenar de diputados y un grupo de siete senadores han pedido que se convocara este debate por considerar que el Parlamento debía tomar posición sobre las garantías y préstamos ofrecidos por el gobierno para que UBS aceptase absorber a Credit Suisse y sus múltiples problemas.

El primero aceptó el pasado 19 de marzo pagar por el segundo 3.000 millones de euros, un precio muy modesto considerando el peso de Credit Suisse, segundo banco del país y actor mayor europeo en la gestión de fortunas y activos.

A pesar de todo ello, la transacción sólo pudo realizarse una vez que el Banco Nacional de Suiza puso a disposición de los dos bancos préstamos por alrededor de 150.000 millones de euros, a los que se sumaron unos 109.000 millones de euros en garantías del Estado suizo.

Condiciones para el uso de los créditos

La sesión parlamentaria no tendrá impacto en esas ayudas porque ninguna de las dos cámaras tiene potestad para impedir la operación financiera con el auxilio del Gobierno, aunque es posible que los legisladores establezcan ciertas condiciones para el uso de los créditos.

Asimismo, podrían limitar la posibilidad de que el Gobierno vuelva a aplicar medidas de urgencia en caso de que se requieran nuevas líneas de financiación.

Berset ha defendido el rol que asumieron el Ejecutivo, el Banco Nacional de Suiza y el organismo regulador del mercado financiero para restablecer la confianza en el sistema bancario, así como en la capacidad de las instituciones de cumplir con su misión.

En sus reflexiones sobre cómo evitar un colapso de Credit Suisse, las autoridades habían descartado la nacionalización del banco porque tal medida hubiese implicado un riesgo mayor para el erario público y no hubiera contribuido a restablecer la confianza en la gestión de la entidad.

Dejar caer al banco fue una opción que también se dejó de lado por el riesgo que eso suponía para toda la plaza financiera helvética.