La Unión Europea llega a un acuerdo para aprobar la Ley Europea de Chips
- El objetivo es duplicar su producción de semiconductores para llegar en 2030 a un 20% del mercado mundial
- La norma busca reducir la dependencia de Asia y evitar problemas de suministro
Los negociadores del Parlamento Europeo y del Consejo han alcanzado este martes un acuerdo para aprobar la Ley Europea de Chips, que movilizará 43.000 millones de euros de inversión para doblar el peso de la Unión Europea (UE) en la producción mundial de estos elementos. Con ella buscan duplicar su producción de semiconductores para llegar en 2030 a un 20% del mercado mundial a fin de reducir su dependencia de Asia y evitar problemas de suministro como los vividos durante la pandemia.
"Las nuevas reglas representan una revolución real para Europa en el sector clave de los semiconductores. Una rápida implementación del acuerdo transformará nuestra dependencia en liderazgo de mercado, nuestra vulnerabilidad en soberanía, nuestro gasto en inversión", ha dicho en un comunicado la ministra sueca de Energía, Empresa e Industria, Ebba Busch, cuyo país preside este semestre el Consejo de la UE.
La iniciativa, presentada por la Comisión Europea en febrero de 2022, surgió a raíz de la escasez generada por la COVID-19 de unos componentes que son esenciales en cualquier tecnología, desde teléfonos móviles hasta placas solares, pasando por vehículos, pero para cuya fabricación el mundo depende de Taiwán y Corea del Sur, mientras que Estados Unidos domina en el diseño.
La Ley de Chips europea busca reducir esta dependencia y ganar cuota en un mercado que mueve anualmente 433.000 millones de dólares, aumentando la producción de semiconductores en la UE, movilizando inversiones, también en investigación dónde los Veintisiete tienen la fortaleza, y monitorizando mejor la situación de los suministros para evitar futuras crisis.
El acuerdo amplía el tipo de instalaciones que se podrán financiar con los instrumentos recogidos a la ley a aquellas que produzcan máquinas para fabricar semiconductores y centros de diseño de chips de excelencia y no solo a instalaciones de fabricación punteras, según un comunicado.
La UE calcula que podrán movilizar unos 43.000 millones de euros
La medida cuenta con una dotación de 3.300 millones de euros del presupuesto europeo, pero la UE calcula que podrán movilizar un total de 43.000 millones de euros entre inversiones públicas, por ejemplo, con los fondos de recuperación poscoronavirus, y privadas.
"La visión europea de duplicar nuestra parte de mercado hasta 2030 a un 20% y producir los semiconductores más sofisticados y eficientes energéticamente en Europa ya está atrayendo sustanciales inversiones privadas. Ahora estamos movilizando una considerable financiación pública y el marco regulatorio para hacer realidad esta visión", ha indicado el comisario europeo de Industria, Thierry Breton, tras conocer el acuerdo.
En una declaración, ha destacado que la nueva ley reforzará la excelencia de la UE en la investigación en el sector y ayudará a llevar estas innovaciones del laboratorio a las fábricas.
Tras el acuerdo adoptado entre los equipos negociadores, el texto debe ser adoptado formalmente tanto por los Veintisiete en una próxima reunión de ministros como por el pleno del Parlamento Europeo.
Facilitar la construcción de empresas de este sector
Entre los principales objetivos de la iniciativa está facilitar la construcción de fábricas "primeras de su género", que se beneficiarían de permisos acelerados y podrían optar a financiación pública por contribuir a la seguridad de suministro.
Entre las mismas, los negociadores de las instituciones han incluido aquellas que se dedican a la producción del equipamiento para fabricar chips, un área en el que la UE tiene empresas líderes a nivel global. Además, se designarán "centros de excelencia" en materia de investigación, candidatos a recibir apoyo público también.
Esta ley se enmarca dentro de las iniciativas adoptadas en los últimos meses por la Unión Europea para aumentar su autonomía en áreas consideradas estratégicas, como la energía, las tecnologías verdes o las materias primas críticas.
Los problemas de suministro, las políticas más proteccionistas de Estados Unidos, las mayores tensiones geopolíticas, por ejemplo con China, o la invasión rusa de Ucrania se han ido sumando a los factores que han empujado a la UE a atajar estas dependencias y reducir así su vulnerabilidad a los vaivenes mundiales.
España aspira a ser uno de los países que se aproveche de este mecanismo para atraer una o varias fábricas a su territorio nacional. Para ello, el país cuenta con el Perte Chip, dotado con más de 12.000 millones de euros, lo que le convierte en el proyecto estratégico de mayor dimensión en términos económicos.