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Guerra en Ucrania

Cultura en tiempos de guerra: la expresión artística sigue viva en Ucrania y traspasa fronteras pese al conflicto

  • Artistas de distintas disciplinas continúan trabajando ya sea en Ucrania o en el exilio
  • La guerra en curso ha servido de impulso para distintos proyectos y ha ayudado a visibilizar algunos trabajos
  • Guerra entre Rusia y Ucrania, en directo

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El Teatro Drama de Mariúpol, tras el bombardeo del pasado miércoles. Foto: Azov / via REUTERS
El Teatro Drama de Mariúpol, tras el bombardeo del pasado miércoles.

La invasión rusa en Ucrania, pese a los bombardeos a todo tipo de infraestructuras, también artísticas, no ha conseguido frenar la expresión cultural dentro y fuera de sus fronteras. Cineastas, músicos, pintores, bailarines, actores, dramaturgos… continúan trabajando ya sea desde su país o en el exilio. De hecho, para muchos de ellos, la guerra en curso ha servido de impulso para distintos proyectos y ha ayudado a visibilizar trabajos cuyo objetivo es no solo mostrar la situación actual dentro del país, si no reivindicar y dar a conocer a través del arte la historia y la identidad ucranianas.

“Es desafortunado que haya necesitado una guerra para que este proyecto se haya puesto en marcha”, ha mencionado Anna Stavychenko, responsable del proyecto en apoyo a los músicos ucranianos de la Filarmónica de París, durante la jornada organizada este martes por La Friedrich-Ebert-Stiftung Madrid (FES) y el Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB), junto a Museums for Ukraine y el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, donde se ha celebrado el encuentro.

Stavychenko dirige una misión de ayuda a músicos ucranianos que busca impulsar las carreras fuera de Ucrania de aquellos que se han visto obligados a abandonar su país. El objetivo es que estos artistas encuentren trabajo temporal en orquestas francesas, y puedan llevar allí a sus familias y dar con un nuevo lugar en el que vivir. “Empezamos a invitar a músicos ucranianos a Francia y buscarles trabajo a través de las orquestas de toda Francia”, ha explicado Stavychenko.

Todo tiene que ver, dice, "con la defensa y la representación de Ucrania. Algo que han secundado el resto de participantes del diálogo, la cineasta ucraniana Zoya Laktionova, y el historiador de arte y comisario de la exposición "En el ojo del huracán, Vanguardia en Ucrania 1900 – 1930”, Konstantin Akinsha.

La exposición de Akinsha, en el Museo Thyssen hasta el 30 de abril, visibiliza las diferentes tendencias artísticas que desarrollaron pintores ucranianos en las primeras décadas del siglo pasado, en un difícil contexto sociopolítico. Antes de la guerra, ha explicado el historiador, intentaron llevar esta exposición a distintos países europeos que, por diversos motivos rechazaron la propuesta. No fue hasta que la guerra llegó a Ucrania, que algunos abrieron sus puertas a la muestra.

Llamamos a muchas puertas en Europa [...] y algunos de los que dijeron que no, forman parte ahora de la cadena de museos que va a visitar esta exposición”, ha explicado el historiador, que confiesa estar “muy contento” de que haya podido organizarse. Aunque reconoce, sin embargo, que “es una pena que mucha gente haya tenido que descubrir este arte por la guerra”.

La cineasta Zoya Laktionova nació en Mariupol, una ciudad ucraniana cuyo teatro fue bombardeado al inicio de la guerra, y fue allí donde hizo sus primeras películas. “Mi primera película, la rodé en el museo que fue destruido el año pasado [...] este museo no existe ya, pero mi película es testimonio de su existencia”, ha declarado. Tras más de un año de conflicto, se calcula que cientos de infraestructuras han sido bombardeadas por las tropas rusas.

La vida cultural en un país en guerra

Ni los bombardeos, ni los cortes del suministro eléctrico, han frenado la expresión cultural en Ucrania. “Parece increíble, pero la vida cultural sigue su curso, las orquestas siguen tocando, puedes ir a ver a la Orquesta Nacional y a otros lugares”, apunta Stavychenk. Las orquestas y óperas siguen siendo financiadas por el Estado, explica, lo que “dice mucho de lo valientes que son los ucranianos, incluso en las actuales circunstancias".

Sin embargo, como ha puntualizado Akinsha, las subvenciones son escasas y sigue siendo “muy difícil”. Ha apuntado, además, a la necesidad de coordinar la ayuda exterior, que a veces no llega donde se necesita, o lo hace de manera desequilibrada. “Cuando empezó guerra todo el mundo intentó mandar materiales a museos ucranianos [...] En una de las ciudades podríamos haber embalado la ciudad, con todo el papel de burbujas que llegó para proteger el arte, y en otras no sé recibió nada”.

En lo que al cine documental se refiere, según Laktionova, en la situación actual “es casi imposible, no hay dinero para hacer cine y los cineastas y documentalistas están buscando financiación fuera de Ucrania”. Sin embargo, pese a que no son pocas los programas de este tipo que se ponen a disposición de los artistas, los esfuerzos no son suficientes. Además, muchos cineastas están ahora en el frente.

Asimismo, la cineasta subraya la necesidad de favorecer la creación nacional frente a la extranjera. “Es mejor encontrar cineastas ucranianos y ayudarles a contar sus historias”, ha defendido Laktionova.

“Tampoco se puede impedir que vengan, ni significa que haya que excluir. He oído gente que dice que extranjeros vienen a apropiarse del sufrimiento, y es verdad que los ucranianos tienen prioridad, pero que tampoco pasa nada porque personas de otras personas lo hagan”, ha mencionado al respecto el historiador ucraniano.

El futuro, la cultura en Ucrania tras la guerra

“Cuando Putin dijo que Ucrania nunca había existido nadie reaccionó, porque nadie conocía a Ucrania y su cultura, no había un vínculo fuerte con el país y sus artistas”, ha dicho Stavychenko, que busca lograr, a través de la promoción del arte y la cultura ucranianas que en el futuro, “si Putin vuelve a intentarlo, la reacción mundial sea inmediata y muy potente”.

"Necesitamos que la cultura ucraniana se represente en el extranjero y no solo por ucranianos"

En el futuro ideal que imagina la directora de orquesta, está Europa y la participación ucraniana en su contexto cultural. “No solo que los músicos interpreten música ucraniana, también que se convierta en parte del repertorio europeo [...] Necesitamos que la cultura ucraniana se represente en el extranjero y no solo por gente ucraniana”, ha sostenido.

Asimismo, como ha mencionado Akinsha, de cara a la perseguida entrada en la Unión Europea de Ucrania, el país “necesita reformar la legislación cultural porque tenemos leyes anticuadas y oxidadas [...] habrá que reformarlo todo y armonizarlo con el sistema europeo”. Reconoce, sin embargo, que el arte probablemente “será lo último”, porque hay otras prioridades, pero “también es muy importante”.

Laktionova ha reflexionado, además, sobre la creación actual y la futura. “Es importante reflejar lo que está pasando ahora, pero luego habrá que interpretarlo y sacar a la luz obras más potentes, y eso se hará en el futuro”, ha declarado. Espera, además, se empiecen a hacer obras sobre otras cosas más allá del conflicto. “El cine poético, por ejemplo, era muy potente en Ucrania y espero que vuelva tras la guerra”.