Primo de Rivera es exhumado del Valle de Cuelgamuros y entierran sus restos en el cementerio de San Isidro
- Tres personas han sido detenidas por altercados con la policía a la llegada del cortejo fúnebre al cementerio madrileño
- A la exhumación solo han asistido familiares y representantes de Patrimonio, al que pertenece el mausoleo
Los restos mortales de José Antonio Primo de Rivera han salido este lunes del valle de Cuelgamuros, tras 64 años enterrados junto al altar mayor de la basílica, y han sido trasladados por decisión de la familia al cementerio de San Isidro (Madrid), donde se han vivido momentos de tensión y altercados con la policía por un grupo de falangistas que quería acceder al recinto.
La exhumación del fundador de la Falange han comenzado sobre las seis de la mañana de este lunes en la basílica del llamado antes Valle de los Caídos a puerta cerrada y sin presencia de autoridades ni de prensa, concidiendo con el 120 aniversario de su nacimiento, y ha durado más de lo previsto inicialmente.
Según fuentes oficiales, estaba previsto que la exhumación durara entre dos y tres horas, pero se ha alargado un poco más por la existencia de tabiquería con la que no se contaba y que ha tenido que ser retirada para poder continuar con la operación.
Finalmente, a las 12:50 horas aproximadamente, los restos de Primo de Rivera han salido en un coche fúnebre en dirección al cementerio de San Isidro, el lugar elegido por la familia para depositar los restos, y donde están enterrados otros familiares del fundador de la Falange, como su hermanos Miguel, ministro de Francisco Franco, y Pilar, fundadora de la Sección Femenina de Falange.
La operación se ha llevado a cabo con la máxima discreción y se ha centrado en la retirada de la lápida de granito de 3.500 kilos que cubre la fosa donde descansan sus restos desde 1959, coincidiendo con la inauguración del recinto ordenado construir por Francisco Franco. El coste de la retirada de la lápida de granito y su reposición por seis losas de mármol negro asciende a 8.630 euros.
El templo ha permanecido cerrado al público desde el sábado para preservar la intimidad y evitar la enorme expectación mediática que en 2019 acompañó el traslado del dictador Francisco Franco. Si bien, un pequeño grupo de falangitas se han concentrado a las puertas del valle de Cuelgamuros y han gritado algunos "vivas" a la salida de la comitiva en dirección a Madrid.
Sin representación del Gobierno
Durante el acto de exhumación solo han estado presentes los familiares del fundador de la Falange y no ha asisitido ningún representante del Gobierno, aunque sí de Patrimonio Nacional, al que pertenece el mausoleo. No ha asistido, por tanto, la ministra de Justicia como notaria mayor del reino -como sucedió en el caso de Franco-, ya que Primo de Rivera no fue jefe de Estado.
Tras la extracción del féretro, el prior de la abadía benedictina, Santiago Cantera, ha rezado un responso junto a los descendientes de Primo de Rivera, que son quienes han solicitado la exhumación de acuerdo a la Ley de Memoria Democrática aprobada el año pasado, que impide la presencia de restos mortales en ningún lugar "preeminente" del Valle de Cuelgamuros.
El trasiego de vehículos ha sido continuo desde primera hora en la puerta de acceso al recinto, que ha estado custodiada por agentes de la Guardia Civil y donde se encontraban más de una treintena de periodistas. Dos manifestantes han acudido a la entrada y los agentes les han pedido que se retiren, sin que se produjeran incidentes.
Trasladado al cementerio de San Isidro
Los restos mortales del fundador de la Falange reposan en el cementerio de San Isidro, donde se han estado realizando pequeñas obras de reacondicionamiento para preparar la llegada los restos del fundador de la Falange. El coche fúnebre ha llegado al cementerio de San Isidro pasadas las 13:30 horas.
Un grupo de falangistas que esperaban su llegada han protagonizado algunos incidentes cuando han tratado de aproximarse al camposanto a la llegada del coche fúnebre, algo que ha tenido que ser repelido por la Policía Nacional, que formaban un cordón para evitarlo. Hay al menos tres detenidos.
El entierro de este lunes en San Isidro es el quinto de los restos del fundador de la Falange. Primero estuvo en una fosa común de la sacramental de Florida Alta (Alicante), de donde se sacaron sus restos en 1938 para ser depositados en un nicho del cementerio alicantino de Nuestra Señora de los Remedios.
Una vez finalizada la guerra civil, en 1939, el fundador de la Falange fue trasladado al Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y, desde 1959, ocupaban un lugar preeminente en la basílica del Valle de Cuelgamuros.
La Fundación Francisco Franco ha mostrado su "más enérgica repulsa" por la exhumación de este lunes, la cual ha catalogado como "profanación" y "una nueva acción ruin y guerracivilista" del Gobierno. Por ello, se ha conjurado para mantener "viva y presente" su memoria y su obra.
Una exhumación en cumplimiento de la ley de Memoria Democrática
La exhumación del fundador de Falange se ha producido este lunes en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática, que prohíbe que dirigentes del golpe de Estado de 1936, la Guerra Civil y el franquismo permanezcan inhumados "en un lugar preeminente de acceso público, que pueda favorecer la realización de actos públicos de exaltación", según indica el texto aprobado el pasado mes de octubre.
"Es un paso más en lo que estamos haciendo con el Valle de Cuelgamuros, que no se homenajee allí, que no se enaltezca a ninguna persona ni a ninguna ideología que evoque a la dictadura, tal y como manda la ley de Memoria", defendió el pasado jueves el ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, tras anunciar el traslado.
"Hoy es un día muy importante porque la democracia española cumple con los valores democráticos que tienen los países más avanzados de nuestro entorno. El valle de Cuelgamuros ya no se va a rendir homenaje ni al dictador ni a Primo de Rivera, ha dicho por su parte en RNE el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez.
La exhumación llega seis meses después de la entrada en vigor de la ley de Memoria Democrática, que establece que el antes conocido como Valle de los Caídos se convierta en un cementerio civil donde solo podrán yacer los restos mortales de personas fallecidas a consecuencia de la guerra y se reubicarán aquellos restos que ocupen un lugar preeminente en el recinto.
Hasta este lunes, su tumba se encontraba frente al altar mayor de la basílica del Valle, junto al lugar donde estaba la del dictador Francisco Franco, hasta que fue exhumado en octubre de 2019 y trasladado al cementerio de Mingorrubio en El Pardo.
Según la ley de Memoria, Primo de Rivera podía continuar inhumado en el Valle, como víctima de la guerra -fue fusilado por el bando republicano en noviembre de 1936 en Alicante- pero no en un lugar preeminente. En todo caso, su familia trasladó la petición de exhumar sus restos para así dar cumplimiento al deseo que el político dejó escrito en su testamento, que sus restos descansaran en un lugar católico.
"Deseo ser enterrado conforme al rito de la religión Católica, Apostólica, Romana, que profeso, en tierra bendita y bajo el amparo de la Santa Cruz", señala una de las cláusulas, según recogía el comunicado emitido por la familia.
Este mismo lunes se cumplen 120 años del nacimiento de Primo de Rivera, el 24 de abril de 1903, y grupos falangistas han criticado que el Gobierno haya hecho coincidir esta fecha con la reubicación de sus restos.
Las tareas pendientes en el Valle y otros emplazamientos
Con la ley de Memoria Democrática se pretende evitar que ningún responsable del golpe de Estado de 1936 puede estar enterrado en un lugar de acceso público y relevancia, que pueda favorecer "la realización de actos públicos de exaltación, enaltecimiento o conmemoración de las violaciones de derechos humanos cometidas durante la Guerra o la Dictadura".
Este es el caso de José Antonio Primo de Rivera que, aunque es víctima de la Guerra Civil, tras la exhumación de Francisco Franco es la única tumba individual que permanece en la basílica. Además, el Valle de Cuelgamuros ha acogido a lo largo de los años varios actos organizados por grupos falangistas para conmemorar su fusilamiento.
Por esta misma disposición de la norma, aún está por decidir si deben seguir el mismo camino el general José Moscardó y el teniente general Jaime Milans del Bosch, ya que ambos permanecen inhumados en el sepulcro del Alcázar de Toledo junto a otros 200 cuerpos aproximadamente.
Más allá de la exhumación de Primo de Rivera, en el Valle de Cuelgamuros también quedan varias asignaturas pendientes que exige la ley. Hay al menos 118 familias esperando recuperar a sus seres queridos, algo que en marzo ya fue avalado por el Tribunal Supremo frente al recurso presentado por la Asociación por la Reconciliación y la Verdad Histórica, el último escollo jurisdiccional que frenaba las exhumaciones de las víctimas.
Resignificar el lugar también pasa por convertirlo en un centro que explique su historia y dé a conocer las "circunstancias de su construcción" y "el periodo histórico en el que se inserta", según recoge la ley.
Otro proceso por ejecutar es la expulsión o no de los monjes benedictinos de la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, porque la ley considera que su gestión del complejo es "incompatible con los principios y valores constitucionales".
El Gobierno tiene que aprobar un real decreto que establecerá el nuevo marco jurídico aplicable al lugar, determinará su organización y funcionamiento y ordenará, entre otras cosas, si los monjes pueden permanecer o deben abandonar el lugar.
El Ejecutivo tenía intención de aprobar este real decreto "con la mayor celeridad posible". Sin embargo, ya han pasado seis meses sin que el Ministerio de Presidencia haya informado de avances en este punto.