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Desempleo

Jóvenes y parados de larga duración, el 'talón de Aquiles' del mercado laboral: "He tenido 16 contratos en dos años"

  • Muchos jóvenes se quejan de que tienen que ofrecer mayor disponibilidad que el resto y aceptar peores condiciones
  • Para la población de más de 50 años es difícil llegar a hacer una entrevista: "El principal problema es que me ven mayor"

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Jóvenes y parados de larga duración: su odisea para encontrar trabajo
Varias personas esperan para hacer una entrevista de trabajo.

María tiene 22 años y ha sido auxiliar de enfermería en un hospital de rehabilitación concertado de Madrid, aunque no en las condiciones más idóneas. "He estado dos años trabajando y he llegado a tener 16 contratos", explica a RTVE.es. Muchos duraban una semana o eran para cubrir bajas, salvo los dos últimos, que fueron de seis meses cada uno. "En el sector sanitario, a los jóvenes nos tienen muy mal valorados a la hora de ofrecernos un contrato más largo", se queja.

Lleva casi dos meses en paro y se ha cansado de encadenar contratos inestables y esperar trabajos que nunca llegaban. "Juegan con eso: te ofrecen tres meses de contrato mientras, al mismo tiempo, te dicen que te están buscando otro algo más estable", dice. Esto le ha impedido independizarse, ya que no había nada que le ofreciera estabilidad, y ahora vive con sus abuelos, a quienes ayuda económicamente.

"¿Por qué no me merezco yo un contrato indefinido y una persona más mayor a lo mejor sí?".

Explica que hay dificultades añadidas a las que se tienen que enfrentar los jóvenes por el simple hecho de estar dando los primeros pasos en el terreno laboral. Entre ellas, tener mayor disponibilidad que el resto o estar dispuestos a aceptar peores contratos. "Creen que no tienes responsabilidades más allá de que estés estudiando", recalca, y se queja de que todo ello es un freno constante en su carrera: "¿Por qué yo no me merezco un contrato indefinido y una persona más mayor a lo mejor sí?".

Por otro lado, Mercedes tiene 62 años y a lo largo de su vida ha trabajado como administrativa, florista y haciendo labores de limpieza y cuidando a personas en el servicio doméstico. "Llevo casi tres años en paro y, antes de eso, tuve contratos de semanas o meses", cuenta a RTVE.es. Aunque busca empleo a diario, se queja de que la rechazan por su edad: "El principal problema es que me ven mayor".

"El principal problema es que me ven mayor"

Tiene cursos de todas las profesiones que ha desempeñado y ahora está estudiando una Formación Profesional (FP) para ser Técnico Superior en Paisajismo y Medio Rural. "A pesar de mi edad, me sigo formando y estoy buscando trabajo a diario", defiende, pero a día de hoy se ve forzada a trabajar en B cuidando a una persona mayor y como ayudante en una floristería: "No me quieren dar de alta porque les sale muy caro".

Jóvenes, desempleados mayores de 45 años y parados de larga duración. Estos son colectivos que tienen dificultades añadidas para poder asentarse en el mercado laboral. El paro de jóvenes menores de 25 años alcanzó el 30% en el primer trimestre de 2023, según datos del del INE. Por otra parte, había más de 1.300.000 personas paradas de larga duración, de las que 673.400 -más de la mitad- tenían entre 45 y 64 años.

"Esperaron a que terminara mi jornada y me echaron a la calle"

Jordi tiene 28 años y ha trabajado en varias empresas de comunicación y marketing en Valencia. Lleva un mes y medio en paro después de haber estado cuatro años en la misma compañía. "Estuve seis meses con un contrato temporal y el resto, como indefinido", explica a RTVE.es, algo que a priori puede parecer normal. Sin embargo, el clima laboral estaba marcado por la falta de formación complementaria, pocos incentivos y un exceso de responsabilidades, lo que hizo que tuviera que cogerse una baja que duró tres meses: "Me supuso mucho estrés y tuve un cuadro de ansiedad, con ataques de pánico y sin poder salir de casa".

"Llevo un mes inscribiéndome en varias ofertas y solo me han llamado una vez"

Al incorporarse, la empresa le desplazó de su lugar en la oficina y le ponía problemas para retomar su actividad. "Me reprochaba que me hubiera cogido la baja" y "un día esperaron a que terminara mi jornada y me echaron a la calle, sin avisarme". Desde entonces, intenta que su antigua empresa le indemnice por despido improcedente mientras busca empleo dentro de su sector: "Llevo un mes inscribiéndome en varias ofertas y solo me han llamado una vez. Estoy encontrando muchas dificultades para hacer entrevistas y no sé por qué".

En su ámbito, se queja de que muchas empresas exigen una formación excesiva e infravaloran a los jóvenes: "Tengo siete años de experiencia laboral, hablo cuatro idiomas y cumplo los requisitos, pero cuando digo que tengo 28 años empiezan a sacar pegas".

¿Dónde se concentra el paro juvenil? ¿Cómo impulsar su empleabilidad?

"El mayor porcentaje de personas desempleadas está en las que buscan el primer empleo y, generalmente, son jóvenes", explica a RTVE.es Mari Cruz Vicente, secretaria de Acción Sindical y Empleo de CC.OO. En esta línea, indica que el paro juvenil "muchas veces no tiene un sector concreto", aunque en los últimos años ha afectado a perfiles más técnicos.

"Desde la crisis inmobiliaria en 2008, los más perjudicados han sido los que habían estudiado arquitectura o ingeniería", señala la experta, que reconoce que parte de esos empleos se han recuperado, pero no todos. Aunque hay perfiles muy formados, recuerda que también "hay un gran volumen de jóvenes con escasa formación, algo relacionado con el fracaso escolar", lo que es un problema añadido porque "los empleos cada vez requieren un mayor nivel de cualificación".

Por ello, establece dos caminos para revertir la balanza. En primer lugar, "recuperar sectores" mediante las nuevas tecnologías y la digitalización: "Es un campo interesante y ahí, en la juventud, tenemos a las personas más formadas para ello". De forma paralela, apostar la cualificación profesional, donde juega un papel importante la FP, una palanca para mejorar la empleabilidad de los jóvenes y, a su vez, reincorporar al mercado de trabajo a personas que tienen más experiencia y necesitan acreditarla con una titulación.

También es clave impartir conocimientos prácticos para desenvolverse en el entorno laboral, algo que reclama María, auxiliar de enfermería, que está haciendo un curso en la Fundación Iter, donde aprende cómo afrontar una entrevista de trabajo. "Nos imparten muy bien los conocimientos, pero luego no nos dan la oportunidad de encajar en el mercado laboral porque no nos han preparado para eso".

"El principal problema que tengo para encontrar trabajo es mi edad"

Gloria tiene 55 años y es decoradora de interiores. Comenzó su trayectoria haciendo proyectos de cocina, pero su vida laboral se concentra en los 16 años que estuvo en una empresa del sector del mármol. "Llevo 15 años sin trabajar con contrato", explica a RTVE.es, "aunque he tenido empleos esporádicos, repartiendo prensa diaria, pero sin darme de alta en la Seguridad Social".

"Hay empresas que ofrecen empleos con formación previa, pero prefieren a personas de 20 a 30 años antes que a otras mayores de 40 años"

Actualmente, realiza actividades formativas en un programa concertado por la Comunidad de Madrid mientras sigue buscando trabajo, preferentemente de su sector, pero también de comercial y en atención al cliente. "El principal problema que tengo para encontrar trabajo es mi edad", cuenta, "y hay empresas que ofrecen empleos con formación previa, pero prefieren a personas de 20 a 30 años antes que a otras mayores de 40 años".

También se queja de que muchas eligen contratar a personas que tienen cursos oficiales, pero no la experiencia que ella sí tiene, de modo que “ya no solo es por la edad, sino por tener un título”. Gloria tuvo una entrevista por teléfono hace tres meses, mientras que la última de carácter presencial la hizo hace cuatro años. A pesar de ello, no cae en el desánimo.

Parados de larga duración: una situación que empeora a partir de los 50 años

Las personas paradas de larga duración son aquellas que llevan más de un año sin trabajar. "Tienen mayores dificultades de reinserción laboral", explica la secretaria de Acción Sindical y Empleo de CC.OO., "y empeora a partir de los 50 años". Aquí también está presente la brecha de género y "en estas edades, las mujeres son las que más dificultades tienen para reincorporarse al mercado de trabajo", indica. Los factores que más las penalizan para encontrar empleo son la edad, la falta de cualificación y asumir el cuidado de hijos y familiares. Según el INE, en el primer trimestre de 2023 había 113.200 mujeres de 50 a 54 años paradas de larga duración, frente a 73.900 hombres en las mismas condiciones, según el INE.

Dentro del desempleo de larga duración, destaca tres perfiles: los que están de camino a la jubilación y ya no buscan trabajar; otros que no vuelven porque no tienen formación o están en situación de exclusión -un segmento estructural que, según indica, representa alrededor del 4%-; y los mayores de 50 años que han sido expulsados del mercado y que, a pesar de tener experiencia, no tienen una cualificación que la acredite. "Este último grupo es el mayoritario dentro del paro de larga duración", cuenta, y vienen, sobre todo, de profesiones tradicionales dentro de la industria, como fresadores y soldadores.

También pone el foco en las personas de más de 45 años que están en paro, pero sin llegar a ser de larga duración. "Tienen dificultades para volver, pero menos que los mayores de 50", explica. Estos perfiles "van rotando más por el mercado de trabajo con contratos temporales” y suelen adentrarse en el sector servicios, por ejemplo, la hostelería.

Las mujeres desempleadas de larga duración superan en un 26% a los hombres en la misma situación

¿Qué pueden ofrecer? "Sobre todo, el conocimiento del valor del trabajo"

Como indica Mari Cruz Vicente, para revertir esta situación es importante darles la oportunidad de seguir demostrando sus capacidades: "Se quiere retrasar la edad de jubilación y, por otro lado, te dicen que a los 50 años ya no vales para trabajar. Es una contradicción". Por tanto, implica ver el factor de la edad por la otra cara de la moneda: no como una traba, sino como una ventaja.

¿Y qué consideran que pueden ofrecer? Tanto Gloria como Mercedes aluden a su experiencia, ya sea en su profesión como en el propio terreno laboral. "Sobre todo, el conocimiento absoluto del valor del trabajo, tanto para ti como para la persona que te da el empleo", defiende Mercedes.

Estos pueden ser puntos a favor en una entrevista, pero ambas reconocen que no suelen tener la oportunidad de demostrarlos. Mercedes señala que el funcionamiento de los portales de búsqueda de empleo es "una barrera constante" porque le obliga a poner su edad y, a raíz de esto, es rechazada de forma automática en muchas ofertas de trabajo. "A las entrevistas se debería acceder en igualdad de condiciones", señala, "porque para mí es fundamental que me conozcan: si les gusto, que me den un periodo de prueba, y si no, que me rechacen".