Enlaces accesibilidad

Aumenta la inseguridad alimentaria en todo el mundo: más de 250 millones de personas la sufrieron en 2022

  • Según la Red Global contra las Crisis Alimentarias, la cifra ha crecido 65 millones respecto a la de 2021
  • Los conflictos y la inseguridad fueron el factor más significativo en 19 países, con 117 millones de personas

Por
Una persona sostiene granos de alimento mientras otras acercan sus manos
Una persona sostiene granos de alimento mientras otras acercan sus manos

Alrededor de 258 millones de personas de 58 países sufrieron inseguridad alimentaria aguda en 2022, 65 millones más que en 2021. Así lo ha revelado este miércoles un nuevo informe de la Red Global contra las Crisis Alimentarias (Gnafc), creado en colaboración con diversas agencias de Naciones Unidas.

“Es un panorama muy preocupante. La prevalencia de poblaciones que se enfrentan a la inseguridad alimentaria aguda en niveles de crisis o peores ha aumentado por cuarto año consecutivo”, ha explicado al respecto el director de la Oficina de Emergencias y Resiliencia de la FAO, Rein Paulsen.

Según el estudio, las repercusiones de la guerra de Ucrania es uno de los principales factores del hambre, sobre todo en los países más pobres del mundo. Una situación a la que se han añadido en los últimos años los efectos de las crisis económicas, el aumento de los precios y la crisis climática.

El número de personas que viven bajo estrés alimentario se ha más que triplicado desde 2016, pasando de 83,3 millones a los 258 millones de 2022.

Los países con las mayores crisis

Las diez mayores crisis del año, que contabilizan a 163 millones de personas que se encuentran en situación de inseguridad alimentaria y que representan al 63% de la población mundial, se registraron en la República Democrática del Congo (RDC), Etiopía, Afganistán, Nigeria, Yemen, Birmania, Siria, Sudán, Ucrania y Pakistán. Muchas de ellas tienen un "carácter prolongado", según ha advertido la investigación, pues hasta 38 países las han registrado en las siete ediciones del informe.

Por su parte, en Latinoamérica y en el Caribe sufrieron crisis de seguridad alimentaria 17,8 millones de personas, situaciones que fueron especialmente graves en Colombia, República Dominicana, Guatemala, Haití y Honduras. Concretamente, Haití tuvo el mayor número de personas que se enfrentaron a altos niveles de inseguridad alimentaria aguda, con 4,72 millones, el 26% de la población.

En el caso de Guatemala, el empeoramiento de las condiciones socioeconómicas agravadas por los fenómenos meteorológicos y el aumento de los precios mundiales de los alimentos, el combustible y los fertilizantes llevaron a 4,6 millones de personas a sufrir escasez en junio-septiembre de 2022.Se trata de la cifra más alta registrada por la entidad, que destaca que "los hogares vulnerables han sido incapaces de recuperarse de los choques económicos y climáticos superpuestos desde 2018".

Asimismo, hay varios países de los que no se disponen datos, entre ellos Venezuela. "Resulta preocupante que Venezuela, el epicentro de la crisis migratoria en la región, no disponía en 2022 de ningún dato sobre inseguridad alimentaria a nivel nacional en 2022", ha señalado al respecto el informe.

Conflictos, fenómenos climáticos y otros factores

Respecto a los factores que impulsan la inseguridad alimentaria, se indica que “son complejos, están interrelacionados y se refuerzan mutuamente, creando una espiral de efectos negativos sobre la inseguridad alimentaria aguda y la nutrición”, con los conflictos y las crisis económicas como el principal motor.

Los conflictos y la inseguridad fueron el factor más significativo en 19 países, con 117 millones de personas, mientras que las causas económicas, incluidas las repercusiones de la guerra en Ucrania y de la COVID-19, se convirtieron en el principal impulsor en 27 países con 83,9 millones de personas, frente a los 30,2 millones de personas en 21 países en 2021.

Por su parte, los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos son responsables del hambre en 12 países con 56,8 millones de personas, frente a 23,5 millones en ocho países en 2021.

Además, las conclusiones del informe también han confirmado el impacto negativo de la guerra en Ucrania. Tras alcanzar su punto máximo en el primer semestre de 2022, los precios de los alimentos han bajado, pero la guerra sigue afectando indirectamente a la seguridad alimentaria, sobre todo en los países de renta baja que dependen de las importaciones y “cuya fragilidad se ve agravada por el conflicto”.