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Libertad de prensa 2023

RSF alerta del auge de "la industria del engaño" y pone el foco en el impacto de la Inteligencia Artificial

  • España desciende cuatro puestos en la clasificación por la precariedad y la politización
  • En su informe, RSF señala cómo el "impresionante desarrollo" de la IA está sacudiendo el "ya de por sí frágil universo mediático"

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Imagen recurso de un montón de micrófonos en una escena de rueda de prensa
Reporteros sin Fronteras (RSF) alerta del "auge de la industria del engaño" y la desinformación en todo el mundo

La ONG Reporteros sin Fronteras (RSF) alerta del "auge de la industria del engaño" y la desinformación en todo el mundo y sus herramientas, como la Inteligencia Artificial (IA), y señala el recrudecimiento de la agresividad del poder en muchos países.

En su informe anual por el Día Mundial de la Libertad de Prensa, que establece una clasificación mundial sobre el periodismo, señala que en 118 países la mayoría de los expertos que han respondido al cuestionario reseñan la implicación de actores políticos de sus países en campañas de desinformación masiva o de propaganda, de manera regular o sistemática.

El documento revela grandes cambios en el ranking mundial de la libertad de prensa vinculados con la creciente animadversión hacia los periodistas y la inestabilidad política y social. Así, indica que las condiciones para el ejercicio del periodismo son "adversas" en siete de cada 10 países y "satisfactorias" solo en tres de cada 10.

Noruega se mantiene en primera posición por séptimo año consecutivo, seguido de Irlanda (2º) y Dinamarca (3º). Mientras, el trío final está formado exclusivamente por países asiáticos: Vietnam (178º), que "ha rematado su caza a los reporteros y periodistas independientes"; China (179º), "con la mayor cárcel de periodistas del mundo y uno de los principales exportadores de contenidos propagandísticos"; y Corea del Norte (180º).

Entre otros países con situación de inestabilidad que afecta a la libertad de prensa, destacan a Rusia (164º), por la expansión de la propaganda bélica y el silenciamiento de los medios rusos independentistas, Estados Unidos (45º), que ha perdido tres puestos por los cambios en los marcos jurídicos locales y la violencia extendida, o India (161º), donde la "cooptación de la prensa por oligarcas próximos al primer ministro" pone en peligro el pluralismo. También señalan a Irán (177º) por la intensa represión del movimiento social desencadenado por la muerte de la joven Mahsa Amini.

Por contra, Brasil (92º) ha mejorado su posición hasta 18 puestos tras el fin de la legislatura de Jair Bolsonaro, durante la cual se vivió hostilidad hacia la prensa.

La zona Magreb-Oriente Medio, la más peligrosa

Por regiones, Europa es considerada la que tiene las condiciones para ejercer el periodismo son más favorables, especialmente en el seno de la Unión Europea. No obstante, la situación en el continente ha variado y es desigual. Alemania (21º) ha registrado un número récord de incidentes violentos y detenciones de periodistas en su territorio, y Grecia (107º), donde los periodistas han sido vigilados por los servicios secretos mediante softwares de espionaje, se mantiene en el último puesto de la UE.

América ya no tiene ningún país en verde en el mapa de la libertad de prensa. Costa Rica (23º), que se mantenía como el último bastión de la región con una situación "buena", ha cambiado de categoría tras caer cinco puntos, y México (128º) registra el mayor número de periodistas desaparecidos del mundo (28 en 20 años).

Aunque África ha registrado algunas subidas significativas, como Botswana (65º), el ejercicio del periodismo se ha vuelto en general más complejo en el continente, donde la situación se describe como "difícil" en cerca del 40% de los países (frente al 33%, en 2022). La región Asia-Pacífico, por su parte, concentra algunos de los peores regímenes del mundo para los periodistas, como pueden ser Birmania (173º) y Afganistán (152º).

Finalmente, la zona Magreb-Oriente Medio es la considerada más peligrosa para los periodistas, ya que en más de la mitad de los países de la región la situación se considera "muy grave".

La bajísima puntuación de algunos países, como Siria (175º), Yemen (168º) e Irak (167º), se debe principalmente al gran número de periodistas desaparecidos o secuestrados. Por su parte, Argelia (136º), que persiste en su deriva autoritaria con la persecución del propietario de medios Ihsane El Kadi, se mantiene en la categoría de países donde la situación de la prensa se considera "difícil".

España baja cuatro puestos por la precariedad

Por su parte, España desciende cuatro puestos en la clasificación mundial hasta alcanzar el puesto 36. El motivo es que, pese a gozar de un clima favorable al libre ejercicio del periodismo, con agresiones a la prensa en mínimos históricos y europeos, los profesionales de los medios en España siguen padeciendo "una precariedad preocupante y ya cronificada" y viven un bloqueo de la modificación del marco jurídico.

Según el informe, el contexto económico en el que se mueven los periodistas españoles "el indicador peor puntuado por el panel de expertos en libertad de prensa que ha respondido al centenar de preguntas".

Otro factor que explica el descenso de España en el ránking es el empeoramiento del indicador legal y jurídico, un movimiento que RSF interpreta como las expectativas desfavorables sobre la derogación de los artículos más polémicos y perjudiciales para la libertad de información de la ley Mordaza, una reforma bloqueada en el Congreso y una de las promesas destacadas del Gobierno y sus socios para la actual legislatura.

Por otro lado, la fuerte politización de los medios de comunicación, cada vez más contagiados de la polarización que afecta a la política española e "incapaces de respetar los imprescindibles límites entre la información y la opinión", también contribuye a erosionar la libertad de prensa en España.

Alerta de la desinformación y el impacto de la inteligencia artificial

"La diferencia entre lo verdadero y lo falso, lo real y lo artificial, los hechos y los artefactos se difumina, poniendo en peligro el derecho a la información. Capacidades de manipulación sin precedentes son utilizadas para debilitar a quienes encarnan el periodismo de calidad", afirma RSF. Además, subraya cómo el "impresionante desarrollo de la inteligencia artificial generativa" está sacudiendo el "ya de por sí frágil universo mediático".

En este sentido, la ONG señala que en muchos casos las aplicaciones relacionadas con la IA "digieren contenidos y luego regurgitan simplificaciones" que faltan al rigor y a la fiabilidad. El informe pone como ejemplo el programa Midjourney, que genera imágenes de alta definición y que en los últimos meses ha copado las redes sociales con "falsificaciones cada vez más verosímiles e indetectables" que se hacen virales.

El informe también pone el foco sobre el propietario de Twitter, Elon Musk, de quien dice "está llevando al extremo una lógica arbitraria y censitaria, demostrando que las plataformas digitales son auténticas arenas movedizas para el periodismo".

Rusia y la guerra de propaganda

En este contexto, RSF señala la fácil expansión de la propaganda de Rusia. La prohibición de las redes sociales occidentales beneficia a la plataforma Telegram, cuya audiencia en Rusia se ha más que duplicado en un año. Este canal ha sido ampliamente utilizado por las redes de propaganda de Putin, con cuentas dedicadas, incluso, a rastrear los movimientos de los periodistas extranjeros, que son tratados como espías.

Mientras, un bloque de silencio se ha abatido sobre los últimos medios rusos independientes, que han sido prohibidos, bloqueados y/o declarados "agentes extranjeros".

En Ucrania (79º), el aparato de propaganda del Kremlin se despliega a marchas forzadas con cada nueva conquista de territorio por parte de las fuerzas rusas: las cadenas de televisión sufren interferencias, los medios ucranianos son reemplazados y los periodistas locales, perseguidos. En las zonas no invadidas, pese a la desorganización de las redacciones y a las dificultades inherentes a la cobertura de un país en guerra, los periodistas gozan de mayor libertad.