El Reino ¿Desunido? de Carlos III
- La unidad social y territorial es el principal reto en el reinado de Carlos III
- Esta noche a las 21.30 en el Telediario: especial, Carlos III, año I, un reportaje de Anna Bosch para En Portada
El titular es facilón, pero oportuno. Todo gran acontecimiento es una invitación a comparar con algún evento similar y reflexionar, en este caso lo es la coronación del rey Carlos III en el Reino Unido. ¿Por qué? Porque la última coronación fue en 1953, hace 70 años.
En 1953 la sociedad británica era muy homogénea, blanca y de cultura cristiana, y estaba sumida aún en las privaciones de la postguerra. La experiencia de haber resistido bajo los bombardeos de la aviación alemana y haber contribuido a la derrota del nazismo había unido a la población y alimentado el respeto a la monarquía porque los reyes se quedaron en Londres, y la joven Isabel que coronaban reina se había alistado al ejército siendo adolescente.
Jimmy Burns es hijo de española, nieto del doctor Gregorio Marañón. Preguntado por la relación de los británicos con la monarquía es inevitable que tenga en mente el caso español: "Aquí en general no hay un debate sobre monarquía o república. Porque hay una larga historia que no pasa por una guerra civil en el siglo XX, sino por dos guerras mundiales en las que la familia real estuvo al frente".
El Reino de 2023
Es el propósito del reportaje 'Carlos III: Año I' que hemos elaborado, hacer una instantánea de la sociedad británica: su diversidad cultural y religiosa, su estado de ánimo y los efectos del Brexit.
Hemos viajado a tres de las cuatro naciones que forman el reino: Inglaterra, donde reside el poder económico, político y mediático, y vive, ojo, el 84% de la población; Escocia e Irlanda del Norte, los dos países donde la salida de la Unión Europea ha reavivado la tensión territorial.
Escocia: ¿independencia?
"Cuando se celebró en Escocia el referéndum de independencia en 2014, un argumento para votar en contra fue que salir del Reino Unido significaría salir de la UE. Y dos años después van y nos sacan de la Unión Europea en contra de nuestra voluntad", explica la alcaldesa de Glasgow, Susan Aitken sobre por qué su partido, el Partido Nacional Escocés (SNP), pide ahora un segundo referéndum de independencia.
En el referéndum sobre la Unión Europea los escoceses votaron a favor de seguir en el club por 62% a 38%, pero el 53% en Inglaterra y Gales a favor de salir arrastró al resto. A diferencia del gobierno de David Cameron, los gobiernos que le han sucedido en Londres, del mismo partido, el Conservador, se niegan ahora a ceder temporalmente las competencias al parlamento escocés para que convoque una segunda consulta, y el Tribunal Supremo ha sentenciado que Escocia no puede hacerlo unilateralmente.
En Escocia hemos estado con el recién nombrado Ministro Principal (First Minister), Humza Yousaf, quien afirma que no tiran la toalla, pero que "toda opción que nos planteemos tiene que estar dentro de la ley".
Según los últimos sondeos, en un referéndum hoy volvería a ganar seguir en el Reino Unido, aunque por un margen menor.
Irlanda del Norte: paz e incertidumbre
El 10 de abril se cumplieron 25 años del Acuerdo de Paz, después de tres décadas de práctica guerra civil entre católicos favorables a la unificación de la isla y protestantes pro británicos, con participación de las fuerzas de seguridad británicas.
La piedra filosofal en la que se asienta ese proceso de paz es difuminar al máximo las diferencias identitarias. Con ese fin los ciudadanos de Irlanda del Norte pueden optar entre el pasaporte británico o el de la República de Irlanda o ambos, y los gobiernos británico, irlandés, estadounidense y la Unión Europea han financiado proyectos para que católicos y protestantes se relacionen y, fundamental, desaparecieron los controles del ejército británico entre el norte (británico) y el sur (independendiente) de la isla.
Salvo por la moneda y por los límites de velocidad (en millas, en el norte; en kilómetros, en el sur) la frontera entre los dos Estados es imperceptible.
La libertad de movimiento por la isla es tan básica para esa paz frágil que ni se menciona en los acuerdos. ¿Por qué? Porque en 1998 ambos Estados formaban parte de la Unión Europea y sus cuatro libertades de movimiento (de personas, bienes, capitales y servicios), y a ninguna de las partes se les pasó por la cabeza que un día uno de los dos Estados decidiría salir de ese espacio común.
¿Qué hace el Brexit? Exacerba las diferencias de nuevo y limita la libertad de movimiento con los países de la UE. Es decir, va directamente al cimiento de la paz que tanto costó alcanzar y que con tantas dificultades avanzaba.
En el reportaje contamos con un testimonio vivo de las complejidades de Irlanda del Norte, Pat Sheehan. Es un histórico del IRA, la guerrilla de los católicos, participó en la legendaria huelga de hambre de 1981 en la que murió, y se convirtió en mártir Bobby Sands. Salió de la cárcel gracias al acuerdo de paz y hoy es diputado autonómico por el Sinn Féin, el brazo político del IRA.
La paz ha permitido comportamientos inimaginables hace dos décadas: apretones de manos y gestos amables entre los monarcas británicos y el ala política de quienes asesinaron a un miembro querido de la familia real, Lord Mountbattten.
"No apoyamos la monarquía, pero respetamos el papel que tiene en Gran Bretaña, y respetamos que muchos unionistas aquí son leales a la familia real. Serán relaciones en las que habrá que trabajar de cara al futuro y, desde nuestro punto de vista, hacia una Irlanda unida, independiente." Así se expresa hoy quien en el pasado empuñó un arma contra el Estado británico.
Katy Hayward, profesora de la Queen’s University de Belfast contextualiza: "El Sinn Féin ha recorrido un largo camino en estos 25 años. Lo que pretenden ahora es estar en los gobiernos del norte y del sur, no piensan sólo en sus apoyos locales, sino también en tranquilizar a los unionistas, que vean que son responsables, que se les puede confiar el gobierno. También vale para la audiencia internacional".
La singularidad de la monarquía británica
Gran aficionado al fútbol, Burns lo resume así: "La monarquía británica está en la Premier League y las demás juegan mucho más abajo". La británica es la única en Europa que mantiene la coronación además de la proclamación. El rey Carlos lo es desde el mismo momento en que su madre murió (8 de septiembre de 2022), la ceremonia del 6 de mayo es mero rito y su contenido, religioso, por una peculiaridad: además de Jefe de Estado el Rey es el Defensor de la Iglesia Anglicana.
Pero el Reino Unido de hoy no es el de Enrique VIII ni el de la joven Isabel II. En las últimas siete décadas al Reino Unido han llegado ciudadanos británicos de las antiguas colonias e inmigrantes de todo el mundo. Es una sociedad multicultural que ya se refleja en las instituciones: el primer ministro, Rishi Sunak, es de familia india e hindú; el ministro principal de Escocia, Humza Yousaf, es hijo de pakistaníes y de religión musulmana, al igual que el alcalde Londres, Sadiq Khan, el único de los tres, eso sí, que ha sido elegido por sufragio popular y no sólo por su partido.
"No ha sido un camino fácil, ni exento de racismo. Sigue habiendo prejuicios y discriminación, pero desde luego ha habido un gran cambio en todas las instituciones británicas". Lo dice Zara Mohammed, una joven escocesa que se cubre con velo y es la Secretaria General del Consejo Musulmán Británico. Concede que la clase social es una barrera más difícil de superar. Como ejemplo, el 65% de los miembros del gobierno Sunak fueron a escuelas privadas, un porcentaje nueve veces superior al de la población.
El rey Carlos hace hincapié siempre en los cambios de la sociedad británica y lleva años interesándose y relacionándose con distintas religiones del Reino Unido, pero el personal que trabaja en la Casa Real sigue siendo abrumadoramente blanco, cristiano y de clases acomodadas.
La fortuna del rey
En el reportaje abordamos también la riqueza de la monarquía. "No es fácil saber cuál es la fortuna exacta", aclara de entrada Joanna Partridge, periodista económica, "porque una parte es en propiedades inmobiliarias, que fluctúan, otra en obras de arte, joyas, caballos…Y, sobre todo, porque los testamentos de la familia real son secretos, de modo que no podemos saber qué patrimonio de la reina Isabel II ha heredado su hijo".
Partridge ha formado parte del equipo de investigación del diario The Guardian que, unas semanas después de grabar la entrevista, publicó una estimación de la fortuna del rey Carlos: 1.800 millones de libras esterlinas.
El futuro de la monarquía
Los últimos sondeos coinciden en que la mayoría de los británicos apoyan la institución, pero se aprecia una diferencia generacional: "Los jóvenes tienden a preferir un Jefe de Estado electo, mientras que los mayores de 65 años son muy partidarios de la monarquía y quieren que siga", explica en el reportaje Jemma Conner, del instituto demoscópico YouGov.
La cuestión que recientemente afecta más al prestigio de la monarquía no son los chismes del libro del hijo menor del rey, ni siquiera la relación de su hermano Andrés con el pederasta convicto Jeff Epstein, sino los vínculos de la familia real con la esclavitud. Siendo aún príncipe, el hoy rey y su hijo Guillermo condenaron el año pasado la esclavitud varias veces, sin llegar a pedir perdón. De nuevo, la Casa Real intenta reaccionar de acuerdo a la sensibilidad del momento para poder sobrevivir. Ahí está la clave. También a la hora de organizar la Coronación.
El rey Carlos ha asumido el cargo en un país en crisis económica y hasta cierto punto existencial, conscientes de ello el equipo de palacio y el gobierno británico han buscado un equilibrio entre organizar unos fastos más modestos que los de Isabel II en 1953, pero manteniendo el lustre.
Dicho de otra manera, no ofender con el dineral que cueste la pompa y, al mismo tiempo, montar un espectáculo que no decepcione. Porque reina el consenso de que esa pompa, y todo lo que rodea a su familia real, gusta y se considera una de las mejores marcas internacionales que tiene el Reino Unido.