Díaz Canales y Alonso Iglesias: "La canción 'The Kiss', de Judee Sill, debería ser un clásico"
- Reivindican en un cómic a esta cantante de los 70 que tuvo una vida complicada y falleció de sobredosis
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Hay artistas que parecen tenerlo todo para triunfar, como una voz privilegiada y un gran talento para escribir canciones, pero que, por razones que se nos escapan, no solo no lo logran, sino que llevan una vida de penurias y fallecen de sobredosis a los 35 años de edad, cayendo inmediatamente en el olvido. Es el caso de Judee Sill (Los Ángeles, 1944-1979), a la que ahora reivindican dos grandes del cómic español: Juan Díaz Canales (Blacksad, Corto Maltés) y Jesús Alonso Iglesias (El fantasma de Gaudí, Spider-Man: Un nuevo universo), en el cómic Judee Sill. Éxtasis y redención (Norma).
El guionista Juan Díaz Canales (Madrid, 1972) nos cuenta que descubrirla fue toda una revelación: “Fue por casualidad. Estaba escuchando una lista de reproducción de música de los 60 y 70, que me encanta, y el algoritmo me propuso “The Kiss”. Y al escuchar esa canción me quedé flipado, porque tenía una calidad extraordinaria. Por eso investigué quien era Judee Sill y descubrí que publicó dos discos en los 70 y que tuvo una vida realmente complicada: fue delincuente juvenil y pasó por la cárcel, se casó con solo 16 años, perdió a su padre muy joven, su padrastro supuestamente intentó abusar de ella, fue dibujante, a pesar de empezar muy bien en el mundo de la música no logró triunfar, fue yonki e incluso se prostituyó para conseguir las drogas… y falleció a los 35 años de sobredosis”.
“Pero había algo muy especial en Judee Sill -continúa el guionista-, porque era muy distinta al paradigma del artista de la época y, a pesar de tener una vida muy trágica, sus letras y su música son muy luminosas. Tenían una cierta espiritualidad que contrastaba muy fuertemente con esa biografía que me atrevería a definir como sórdida”.
Fascinado por el personaje, Juan contactó con el dibujante Jesús Alonso Iglesias (Madrid, 1972), al que también le sedujo inmediatamente: “Me enamoré del personaje, de la historia y de cómo quería Juan que la contáramos, con un guion desestructurado, que saltaba de un momento a otro de la vida de Judee. Y, por supuesto, busqué su música y me acabé enamorando definitivamente del personaje”.
“Porque, como dice Juan, es una música muy luminosa, que uno no se espera de Judee con la vida tan complicada que llevó. Una música que me recordaba mucho a Joni Mitchell, que tiene un tono cristalino, como muy frágil, pero que cuando quiere puede tener una potencia de voz asombrosa. Y con esas canciones que a veces pueden parecer casi religiosas, que creo que solo puede escribir alguien que estaba metida en la droga, jugando a hacer viajes oníricos, místicos, y metáforas muy particulares. La mezcla de todo eso es lo que me hace estallar la cabeza”.
“De hecho -añade el dibujante- si algún día consigo escribir mis propios guiones, que es una cuenta que tengo pendiente, me gustaría escribir algo como este cómic, porque tenía todo lo que me apetecía dibujar: es una historia superinteresante, que me permite cambiar de estilo dependiendo del momento que tratemos, y que se desarrollaba en una época que me alucina, los 60 y los 70, además de la música de ese momento. Era el proyecto que me abría la puerta a muchísimas cosas que tenía ganas de hacer”.
“En el cómic intentamos descubrir por qué no llegó a triunfar”
Escuchando a Judee Sill nos preguntamos por qué no logró triunfar a pesar de su calidad, de la buena acogida de su álbum homónimo de 1971 y a pesar de ser el primer fichaje de Asylum Records, del después todopoderoso David Geffen (editor de discos, productor de teatro y de películas y cofundador de Dreamworks).
“Esa es la pregunta que nosotros nos hacemos también -confiesa Díaz Canales-. En el cómic intentamos dar con las claves de ese fracaso, empezando por lo que comentaba antes de su complicadísimo arranque vital. Aunque la vida le dio la oportunidad de dejar atrás todas esas desgracias y fichar por un sello discográfico que se convertiría en un referente. Pero la cosa no cuajó, grabó dos discos, Judee Sill (1971) y Heart Food (1973), y fue desapareciendo de la escena musical rápidamente, de una forma casi brutal. Mientras otros triunfaban con mucha menos calidad que ella”.
“Lo que sospechamos -añade Díaz Canales-, es que, por los pocos testimonios que quedan de la gente que convivió con ella y sus entrevistas, quizá molestó a Geffen o no se supo adaptar a la industria discográfica. Por ejemplo, en los conciertos se quejaba, en el escenario, de tener que hacer de telonera para “grupos nefastos”. O quizá su desaparición se debió a un cúmulo de mala suerte. La verdad es que no tenemos las respuestas. Posiblemente por eso no llegó a sacar nunca ese tercer disco que ya estaba preparando”.
“Judee rompe el estereotipo de las estrellas de rock de la época”
“Lo que sí puedo decir -añade el guionista-, es que ella rompe con el estereotipo de estrella de rock fulgurante que está tan ligado a la época, como puede ser Janis Joplin, que es una chica más o menos normal, con su carrera universitaria y que cae en las drogas y el alcohol cuando empieza a conocer el éxito. Ese desenfreno tan propio de las estrellas de rock”.
“El caso de Judee es el contrario -añade-, comienza con ese desenfreno total, con todas esas tragedias y adicciones… y gracias a la música busca un mundo más espiritual. Por eso sus canciones están llenas de lirismo y poesía y no reflejan esa vida llena de altibajos. Creo que eso la convierte en un caso bastante singular”.
Una narración inspirada en ‘Ciudadano Kane’
Una de las cosas más interesantes del cómic quizá sea esa narración fragmentada y con saltos temporales, con la que intentan reconstruir su vida. “Jesús y yo hemos intentado reproducir las mismas dificultades que nos hemos encontrado a la hora de reconstruir su vida -asegura Díaz Canales-, porque realmente se sabe bastante poco sobre ella. Por eso he intentado seguir el esquema de algunas de mis narraciones de referencia, como puede ser Ciudadano Kane (Orson Welles, 1939). Ese estilo que no tiene que ser lineal, sino que busca los momentos más vitales de la biografía del personaje”.
“En nuestro caso -añade-, partimos de esa supuesta nota de suicidio que encuentra la policía. Y siguiendo esa nota vamos saltando de un lado a otro, reconstruyendo esa personalidad compleja que, a veces, puede incluso resultar antipática, pero que, casi siempre está llena de poesía, de sensibilidad. Ella misma se veía como una persona con tendencias autodestructivas, pero también era muy creativa.Hizo una música genial siendo prácticamente autodidacta y, además, sabemos que también dibujaba. Con todas las piezas de ese puzzle intentamos reconstruir su vida”.
Precisamente, otra de las incógnitas de su vida es esa faceta como dibujante: “Al parecer su padrastro era animador en la Metro e incluso trabajó en un corto de Tom y Jerry que ganó el Oscar. Por lo visto le había propuesto trabajar con él. Justo a finales de 2022 se ha estrenado un documental sobre Judee, que todavía no ha llegado a España, y al parecer han podido conseguir alguno de sus dibujos. Ojalá podamos descubrirlos para que sean una muestra más de esa sensibilidad artística que tenía”.
“Me gusta mucho el guion de Juan -asegura Jesús-, porque creo que ha resuelto muy bien esos agujeros en la biografía de Judee que no teníamos claros, dando a la historia una coherencia muy bonita en la que a veces uno no sabe que parte es verdad y que parte es ficción. Ha conseguido una coherencia muy especial en la que todo encaja”.
De hecho, Jesús Alonso Iglesias confiesa que no ha podido evitar empatizar con Judee Sill. “Yo suelo empatizar bastante con lo que dibujo, sobre todo en este caso en que el personaje me encanta y su música también. Es una historia tan brillante, tan triste, que lamenté acabar el trabajo. Por eso quise dibujar el cómic con la música de Judee Sill de fondo, para meterme en la esencia del personaje. Y creo que, de alguna forma, eso ha quedado plasmado en las páginas... esa dulzura, esa ternura, esa tristeza de un personaje que parecía encaminarse hacia la luz pero no consigue escapar de las sombras. Por lo que me transmiten algunos lectores, siento que he conseguido transmitir algo de todo eso, lo que me parece super emocionante”.
“Judee Sill tenía una cara muy fácil de dibujar”
Preguntamos a Jesús Alonso Iglesias cómo es su versión de Judee Sill. “Creo que se parece bastante a la original porque tenía una cara con rasgos muy especiales y muy fácil de dibujar. Daba mucho juego. Es una mujer delgada, con el pelo que le tapa parte de la cara, esas grandes gafas…”.
“A la vez -continúa el dibujante-, es un personaje que me despierta mucha ternura y algo de tristeza. Tiene algo como muy poético. Por eso he jugado tanto con el color. Desde el principio decidí que cada vez que ella aparecía en escena pasaran cosas que no parecían reales. Por ejemplo, aparecen jirones de humo rosa, muchos detalles en ese color, e incluso sus diálogos están escritos en color rosa”.
Y es que en el cómic también hay mucho de la psicodelia de los 60 y 70. “Era un recurso inevitable -confiesa Alonso Iglesias-. Sobre todo, en los capítulos en los que mostramos el consumo de drogas, porque esa época es historia del diseño y a Juan y a mí nos encanta. Este cómic podía haber sido un ejercicio de estilo en el que cada página fuera totalmente distinta de la anterior, pero Juan y yo preferimos dosificar todos esos recursos, y no abusar de ellos, en pro de la narración. Pero sí, hay momentos muy psicodélicos. Son los 70 y era lo que se respiraba”.
“Por eso -continúa-, también intento deformar las imágenes y añadirles poesía. Y jugar con distintos niveles de lectura. Intentamos que esas imágenes sean como los versos de las canciones de Judee Sill y por eso aparecen ángeles, ovnis… incluso aparece Jesucristo. Hemos plasmado todo lo que nos sugería la música de Judee Sill”.
Destacar la preciosa portada. “Para las portadas siempre me gusta proponer ideas arriesgadas sabiendo que es muy posible que no las acepten y tenga que hacer algo más conservador -asegura-. De hecho, en Francia hay dos portadas, la misma que aquí y otra muy diferente. Pero la española me gusta mucho. En ella he intentado transmitir lo que siento cuando escucho a Judee Sill”.
“Es muy complicado trasladar la música a los cómics, aunque hay varios títulos que lo lo han hecho fenomenal -añade el dibujante-. Está el ritmo de la atención, el ruido… Pero en este caso lo que hemos intentado es transmitir esas sensaciones que nos provoca la música de Judee, concretamente la canción “The Kiss”, que es una maravilla. Por eso vemos al personaje, solo con su música, con su esencia, que es lo que nos conmovió de ella y más nos conmueve cuanto más la escuchamos”.
“Judee Sill podía haber sido una gran estrella”
Preguntamos a Juan Díaz Canales hasta dónde cree que podría haber llegado Judee Seal si la hubieran dado la oportunidad: “Creo que podría haber sido una estrella de la talla de Carole King o Joni Mitchell. Porque estaba en el momento y el lugar indicados y lo tenía todo para triunfar. Esa es otra tragedia más que añadir a su vida. Porque pareció tener una segunda oportunidad, pero por lo que sea, por mala suerte, por decisiones de terceros… no pudo aprovecharla”
“Elotro día comentaba con Jesús Alonso Iglesias que no entendía como una canción como “The Kiss” no se había convertido en un clásico, porque cada vez que la escucho siento que tiene todos los elementos necesarios para serlo. Pero solo es una canción más perdida de aquella época”.
Jesús Alonso Iglesias comparte esa sensación: “Estamos hablando de una época muy brillante, y viendo a sus coetáneos, Judee estaba a la altura de todos ellos. Y encima tenía un estilo muy personal. Solo publicó dos discos, pero son tan geniales que podemos suponer que habría llegado muy lejos. Por eso, parte de nuestra intención con este cómic es reivindicar para Judee el lugar de privilegio que le corresponde en ese momento de la múisca”.
Sus proyectos
En cuanto a sus proyectos, Juan Díaz Canales acabó hace tiempo el guion del segundo tomo de Blacksad: Todo cae, que Juanjo Guarnido está a punto de terminar de dibujar, y ahora confiesa que: “Estoy trabajando ya en un nuevo tomo de Corto Maltés”.
Mientras que Jesús Alonso Iglesias ha vuelto a diseñar algunos de los personajes principales de Spider-Man: Un nuevo universo, para la segunda parte, Spider-Man: Cruzando el Multiverso, que se estrenará en cines el 2 de junio. “Me llamaron desde el principio, aunque hubo un largo parón para retocar el guion, lo que me permitió trabajar en El Gato con Botas. Luego volví a Spider-Man, donde he estado trabajando como dos años. Es una película mucho más ambiciosa que la primera y he diseñado muchos de los personajes principales”.
“Por ejemplo -añade-, he diseñado el Spider-Man 2099, que se llama Miguel O'Hara y es un personaje irlandés-Mexicano. Buscaban una cara que pudiera reflejar eso inmediatamente y pensaron en mí enseguida. También he diseñado el Spider-Man punk, varias Spider-Woman, el vestuario de Miles Morales, trabajé en el diseño de el Buitre… Como yo había participado en la primera película y era uno de los veteranos, la verdad es que confiaron en mí para muchas cosas e iba tocando a casi todos los personajes”.