Supervivientes del Holocausto, portadores de la memoria
- Baptiste, de 19 años, recoge el testimonio de Denis Holstein, superviviente de Auschwitz, para que la memoria perdure
- Documentos TV emite esta historia por la celebración del final de la II Guerra Mundial en Europa, el 8 de mayo de 1945
- Ya puedes ver el preestreno de 'Una vida nos separa' en RTVE Play
En un viaje de instituto junto a sus compañeros, Baptiste visitó Auschwitzpero, para su sorpresa, no sintió emoción alguna. Seguían las huellas de Denise Holstein, la única superviviente del campo de exterminio nacida en Rouan, como él.
Su vida cambió cuando la conoció y ella le contó sus terribles vivencias, cómo sobrevivió a las atrocidades y las consecuencias que supusieron para su vida posterior. Lo recoge todo en este emotivo documental destinado a las actuales y futuras generaciones para que no olviden a las víctimas que sufrieron los terribles crímenes del nazismo.
El comienzo de una gran amistad
“Pensé que lloraría, que me entristecería, pero una vez allí, no sentí nada“
Baptiste graba desde muy pequeño su vida con la cámara. Vive en la localidad francesa de Rouan y su profesor de historia propuso a su clase visitar Auschwitz, el campo de exterminio donde los nazis asesinaron a más de un millón de judíos entre 1940 y 1945. "Antes de ir, pensé que lloraría, que me entristecería, pero, una vez allí, no sentí nada", recuerda Baptiste sorprendido.
En ese espantoso agujero del mundo estuvo metida Denis Holstein, la única superviviente de Rouan, víctima del Holocausto aún viva y que había nacido en la localidad francesa.
Preocupado por esta falta de sentimiento, Baptiste contactó con Denis y, durante meses, se forjó una relación de profunda amistad. Con su cámara, decidió que este era el momento de dejar de grabar su anodina vida para recoger la de esta anciana y conocer de primera mano a su interlocutora de 92 años.
“Toda mi vida he seguido los pasos de Denise Holstein con 75 años de diferencia“
Desde las primeras conversaciones, Baptiste descubre que "toda mi vida he seguido los pasos de Denise Holstein con 75 años de diferencia". Denise había estudiado en su mismo instituto y transitado por las mismas calles que él recorría hoy. Sin embargo, esa plácida vida familiar de la que le hablaba, se truncó en 1943.
Denis, la de la estrella amarilla
“Era muy duro salir a la calle con la estrella amarilla en la ropa“
Los nazis entraron en Rouan, limitaron la vida y los movimientos de los judíos y los señalaron. "Era muy duro salir a la calle con la estrella amarilla en la ropa", le cuenta Denise a Baptiste. Después, llegó la redada y la comunidad judía fue deportada a Drancy.
Desde este campo de concentración francés los trasladaban a Auschwitz-Birkenau, donde decenas de miles de deportados llegaban en los trenes de la muerte directos a las cámaras de gas.
“Creo que lo que me hizo resistir desde el principio fue que me había metido en la cabeza: no podrán conmigo“
Denise sobrevivió a los horrores infringidos por los nazis a los judíos. “Creo que lo que me hizo resistir desde el principio fue que me había metido en la cabeza: no podrán conmigo”, rememora con determinación Denise a Baptiste. "Yo no lloré, no lloré nunca", concluye.
El dolor no permite hablar
“Para mí, era muy difícil hablar de ello, pasó mucho tiempo antes de que pudiera hacerlo“
Testimonio a testimonio, Baptiste percibía el sufrimiento que Denise llevaba dentro. "Para mí, era muy difícil hablar de ello, pasó mucho tiempo antes de que pudiera hacerlo", confiesa la superviviente. Y enseguida, el joven se dio cuenta de algo que nunca pudo imaginar. "Cuando le pedí a Denis que me contase su historia, no se me ocurrió que sería una forma también de contársela a su familia".
“Nunca hablamos de ello, no sabíamos nada, teníamos una familia que no conocíamos“
Catherine, la hija de Denis, desconocía muchos detalles del paso de su madre por Auschwitz. Aunque cree que es fuerte y que ha conseguido superar ese calvario, admite que debió ser horrible lo que ella vivió en los campos y, además, regresar sin sus padres. "Nunca hablamos de ello, no sabíamos nada, teníamos una familia que no conocíamos", afirma la hija.
Denise había decidido olvidar lo que había visto y sufrido para construir una nueva vida. "Tenía la sensación de que os habría hecho daño, no sé, a mí me lo hacía", confiesa apenada. Un pasado reprimido, como el que escondían las víctimas que sobrevivieron a la deportación.
¿Quién hablará cuando no queden supervivientes?
La relación de amistad con su anciana amiga cambió la vida de Baptiste. Su cámara había grabado muchos minutos de historia viva y quería que esta vida contada perdurara en el tiempo.
“No me quedaba ternura para dar, pero ahora he cambiado“
"No me quedaba ternura para dar, pero ahora he cambiado", le susurra Denise con complicidad a Baptiste, mientras ven juntos el documental que éste ha realizado para preservar la memoria de todas las víctimas del Holocausto, así como dar a conocer a la generación actual esta página oscura de nuestra historia reciente .
Después de meses escuchando las conversaciones y recuerdos de Denis, Baptiste lo comprendió todo. "Me hizo sentir, lejos del campo, lo que no sentí en Auschwitz".