Ultrasonidos, un tratamiento revolucionario contra el párkinson y el temblor esencial
- Un procedimiento no invasivo, no requiere de cirugía ni de ingreso previo y el paciente suele recibir el alta en 24 horas
- Puede solucionar otros problemas derivados de la enfermedad como la rigidez y la lentitud
Cuatro hospitales públicos españoles han comenzado a utilizar un tratamiento revolucionario contra el parkinson y el temblor esencial. Se trata de aplicar calor con ultrasonidos de alta intensidad HIFU, por sus siglas en inglés, en una zona concreta del cerebro para conseguir que los temblores desaparezcan.
Es un procedimiento no invasivo pues no requiere de cirugía ni de ingreso previo y el paciente suele recibir el alta en 24 horas. Además del temblor, puede solucionar otros problemas derivados del párkinson como la rigidez y la lentitud.
El HIFU (High-Intensity Focused Ultrasound o Ultrasonidos localizados de alta intensidad) se utiliza también en otros casos como la medicina estética.
El procedimiento se aplica unilateralmente, por lo que el beneficio se obtiene en el lado del cuerpo más afectado. Se utiliza un casco, un marco de esterotaxia en la cabeza y una membrana de silicona que contiene agua para refrigerar y no dañar la piel. Sirve de protección mientras un radiólogo selecciona el punto en el que se aplica el calor con ultrasonidos para evitar dañar otras zonas del cerebro.
Rocío García, neuróloga, ha explicado que el método consiste en "quemar una zona del cerebro que está implicada en el temblor" y al hacerlo, éste desparece. Los pacientes tienen que seguir lidiando con la enfermedad pero sin ese síntoma característico.
“Que te curen de repente es un milagro, de la tecnología y la ciencia“
Julio Pavón, paciente de párkinson, ha expresado "que te curen de repente es un milagro, de la tecnología y la ciencia", a la vez que celebra poder volver a realizar tareas del día a día como comer, ponerse los botones de una camisa o lavarse los dientes.
El efecto del tratamiento puede ser definitivo, los estudios preliminares hablan de varios años. Los neurólogos explican que no se puede aplicar a todos los pacientes. Pueden aparecer efectos secundarios pero suelen resolverse en unas pocas semanas.
Tras una revisión, que suele producirse al mes del tratamiento, el equipo de especialistas determina el seguimiento que requiere el paciente.